Regresé a mis clases de teatro nerviosa, tenía miedo de haber quedado como una completa loca ante el pobre Flavio, bastante tenía con llegar a un sitio nuevo sin conocer a nadie.
Ana me tenía loca desde hacía unos días, quería quedar con Mauro para verle y poder estar juntos, no pensaba en los posibles peligros que podía haber y que había que tener cuidado, podía ser un chico pero también podía ser un hombre pasándose por un chico y si encima solo le vio por fotografías... tendríamos que investigar antes de quedar en ningún sitio, para quedarme más tranquila, además si Daniel se llegase a enterar un día que iba a quedar con el chico le daría algo seguro.
Al entrar vi que apenas estaban empezando a llegar mis compañeros pero Flavio ya estaba preparándose al fondo de la sala. Me acerqué con timidez hasta donde se encontraba y le toqué el hombro con cuidado.
—¡Oh! Eres tú —sonrió—. Me has asustado.
Contemplé su sonrisa, desde luego podía alumbrar todo el sitio si se lo proponía, era muy bonita. Me mordí el labio al ver que no me miraba mal ni incómodo, actuaba como si no hubiera sucedido nada, como si no hubiera huido sin darle ninguna explicación.
—Perdona por... —suspiré—. Lo de ayer, no quería dejarte tirado.
—No pasa nada, aunque es verdad que me quedé algo confundido, pensé que había dicho algo que no debía.
—No, bueno...sí.
Sus ojos azules me miraron con curiosidad, dejó el estiramiento que estaba haciendo pegado a la pared y se acercó hasta mí, analizándome de arriba abajo.
—¿Qué dije?
—En realidad nada malo pero...malo para mí.
—Dios, mujer, no he entendido nada —rió.
—Perdona —sonreí avergonzada—. Tu herma...
—¿Le conoces? ¿Te hizo algo? —Me interrumpió.
—¡No! Bueno o sí, es que...no lo sé. Supongo que en Italia hay muchos Marco.
—Es uno de los nombres más comunes, como aquí Juan —sonrió.
—Me alivia saberlo —suspiré contenta, me había relajado mucho.
—Pero ¿qué te pasó? Ahora me muero de la intriga.
—¿No sabes quién soy? ¿No viste las noticias? —pregunté extrañada.
Flavio negó con la cabeza pero no pudo abrir la boca porque la señora Flores ya había aparecido haciendo sonar sus tacones, preparada para comenzar con su clase.
—Bueno chicos, hoy para calentar haremos una actividad llamada el espejo, tenéis que poneros por parejas.
Miré para Elena rápidamente, mi amiga y fiel compañera de las clases de teatro. Por desgracia ella ya se había colocado con Juan, el chico con el que estaba empezando a tontear últimamente. Me mordí el labio incómoda al no saber con quién ponerme, Elena era la chica con la que más conectaba y siempre me juntaba. «Traidora» pensé al verla sonreír mientras Flavio se acercaba hasta mí.
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Sombras Unidas #2 (COMPLETA)
Storie d'amoreDespués de tanto sufrimiento, Alma consigue regresar a casa. Aunque crea que todo lo malo ha pasado y podrá tener una vida tranquila, nada es lo que parece. El pasado siempre regresa y esta vez lo hará con fuerza, pues todos los secretos que giran...