Capitulo 4.

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Me remuevo en mi cama y sonrió, extrañaba tanto mi cama, me levanto y empiezo a caminar a baño mientras bostezo, cepillos mis dientes y lavo mi cara para después, bajo los escalones y camino por el pasillo que me lleva a la cocina, escucho voces y cuando llego veo a Ben y Nathan riendo.

—No es que me moleste pero ¿Qué haces en mi casa Nathan?—Pregunto mientras tomo una de sus tostadas.

—Vine a quedarme unos días, tengo hermanitis.

Rio mientras me acerco y beso su mejilla para después hacer lo mismo con Ben, me siento en la silla frente a mesón y veo a Ben cocinar, el ama cocinar y yo no me quejo que ya su comida es deliciosa y6 no soy la única que lo piensa.

—¿Huevo y tostada hermanita?

—Y tocineta Ben, nunca te olvides de la tocineta.

—Claro—El rueda los ojos.

Nathan rie pero ahí algo raro en el, primero el no le gusta quedarse en mi casa según porque es muy grande, segundo el ama a su departamento y eso lo se porque el no se cansa de repetirlo una y otra vez y tercero el esta raro desde ayer, anda inquieto y sus ojeras han crecido un poco mas, si algo esta escondiendo y no lo quiere decir.

Ben Deja mi plato justo al frente y empiezo a comer, aun con la mirada puesta en Nathan pero el ni siquiera lo nota o se incomodad, porque el odia que yo lo mire fijamente, me giro a ver a Ben y al parecer el también nota lo mismo que yo. El timbre de la casa suena y al aparecer eso lo hace reaccionar, los tres nos miramos a ver quien será el que abre la puerta pero yo los ignoro porque tengo mucha flojera de ir abrir, Ben silba mientras empieza a lavar lo que ensucio, Nathan suspira y sonrió cuando el se para abrir. Bne y yo chocamos las palmas y sonreírnos victorioso.

—Algo le pasa a Nathan, ahí que averiguar que le pasa.

—Lo se, ayer me llamo en plena madrugada para abrirle y venia algo tomado, después se sentó en el mueble y no dijo ni una palabra hasta que se durmió.

—Entonces eso significa que es algo grave.

El asiente, ambos nos quedamos callado cuando vemos que esta volviendo y no solo, viene con Steven seguido de diez hombre, no puedo evitar sonreír cuando veo al rubio me dejo cautivada, no voy a decir que los demás guardaespaldas son feo porque mierda no lo son pero al parecer tengo algo con los rubio porque es el único que me gusta entre ellos.

—Buenos días hermanos Davis.

—Hola Steven, pensé que hoy era mi dia libre.

—Pues piensa mal pequeña Susan, hoy tienes una entrevista en la radio pero en la tarde.

Bufo, odio ese tipo de entrevista porque ellos se creen que saben todo y mas sin son hombre, tiene la tendencia de ponerme incomoda y odio sentirme asi.

—Ya que, ¿Nathan hoy iras al hospital?

—Si, ¿Por qué? ¿Quiere ver a tu novio? El no deja de preguntar por ti y te manda muchas carta que por cierto la tengo en el auto recuérdame darte.

—¡Claro! Quiero verlo, asi que terminamos de comer, nos arreglamos y nos vamos.

—De acuerdo—El sonríe pero parece más una mueca

Como un poco de tocino, Steven toma un poco de café que seguro Ben le paso, me giro y veo los diez guardaespaldas que serán mi sombra a partir de hoy, todo son muy a puesto pero algunos de ellos parecen mayores, solo como cuatro deben de tener entre la edad de Ben y Nathan. Ellos me ven y les sonrió porque no quiero que me tenga miedo y sobre todo no quiero que piense mal de mi.

—Hola chicos, asi que ustedes cuidaran que mi culo.

—Asi es—Dicen Steven—Cinco de ellos los escogiste con tus hermano y los otros cinco restante lo contrata de la mejor agencia de Londres.

Cayendo Por Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora