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—Solo un poco más.—murmuró el gato que intentaba tomar la llave que estaba estancado en el otro lado de la celda.

Con un bastón bastante largo y fino intentó moverlo de un lado a otro para sacarlo del lugar. Al no conseguirlo, bufó al ver el palillo roto. Miró la ventana con tal de ver la luz que ilumina la ciudad Gótica, no evitó sonreír un poco al ver la detective mirando la nada...tenía envidia de ella. Jugando don sus dedos lo hizo frustrarlo un poco ya que no tenía sus valiosas garras de acero.

—Ya verás cuando salga de aquí enana.—dijo el chico con cierta mueca debido a la desesperación en una pequeña celda.

Luego de una noche libre regresó a la cueva. Quedó esta extrañada al ver que su hermano empacaba sus cosas.

—¿Por qué tanto equipaje?—preguntó su hermana seriamente aunque ya espera la posible repuesta.
—África.

Natalia no tardó en buscar su maleta ella quería ir a ese lugar. Damian tomó el hombro de la ojiazules haciéndola voltear.

—No irás.—espetó su hermano.
—Pero...
—Es lo mejor...lo sabes.—respondió este con cierta lástima hacia ella.

Esta gruñó sacando la mano bruscamente de su hombro. No quería estar en la cueva soportando a Dick o Timothy. No cabe duda de que Bruce había planeado todo, después de todo el siempre buscaba forma de separar a los gemelos por los dobles problemas que causan. Bastante frustrante.

—¿Cuándo?
—Mañana temprano.

Sin razón esta comenzó a golpearlo con furia. El maldito suertudo podía irse, pero ella tenía que estar en la cueva castigada. Este quedó anonado de la actitud de la chica. Solo limitó a calmarla dándole palmadas en la espaldas.

—¿Por qué no vas a ver a tu novio ?— preguntó este con cierta burla.
—Ya lárgate a África de una vez.— a respondió esta con un golpe en el hombro.

El padre de los gemelos mantenía silencio total al verlos discutir, algo que no es nuevo para él. Tomó la libertad de bajar los escalones con rapidez, acompañado de los supuestos hermanos mayores.

—Aw, no aceptan separarse por solo tres meses.—comentó Tim.—Vaya que los gemelos tienen una promesa inquebrantable.

—¡Cállate!—ordenaron los pequeños.

—Desde ahora lo digo Damian.—este miró al adolescente.—No quiero que te metas en problemas y no llevaras bombas.— este había sacado una bomba del tamaño de un bebé...cualquiera lo confundiría que es una bomba nuclear.

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—Ya no te enojes preciosa.—susurró el novio de la castaña.—Solo será tres meses.
—Te odio.

Rió enternecido al enojo de la chica, rápidamente la tomó por la cintura besando cada parte de su cara. Esta se rehusó, lo alejó para luego ir a cambiarse la ropa.

—¿Sabes qué estoy aquí verdad?—este no tardó en sonreír al ver su pantalón en el suelo.
—Pues no me mires.
—Palabra de honor.

Este miraba las piernas formadas de la chica, su vista fue subiendo hasta su trasero, luego su espalda desnuda.

—Estás mirando.—Natalia rápidamente fue a ponerse una camiseta que robó de su hermano.

—Es imposible resistirse.—lentamente se acercó a ella para agarrar aquellas firmes piernas.
—Pero dijiste que...

Este la calló con un beso. Odiaba cuando ella decía la verdad sobre la relación entre ellos. Más bien como debe ser la relación entre las parejas...obviamente Garfield había dicho lo básico, aunque olvidó ciertos detalles. Sin previo aviso esta mordió el labio del chico...grave error.

—Mhn. Esta noche no escaparás chiquita.—dejando ver su colmillo hizo que la chica se enojara.
—Dijiste que las parejas no pueden tener sexo.
—Shh.—alargando el shhh la llevó hasta la cama.

Al siguiente día Logan despertó al sentir las manos calientes de su novia. Está dormía plácidamente mientras este bufó al recordar que Natalia lo había golpeado por pevertido. Recogiendo su uniforme no tardó en vestirse, buscó una bolsa de hielo para ponerlo en la frente de la chica y besarla.

—Te veré en tres meses.—susurró este mientras salía de la habitación.

Transcurriendo las horas el gato parlante buscaba manera de escapar de Arkham. Ya tenía un plan pero no estaba al cien seguro de hacerlo. Un estruendo ruido hizo que llamase su atención, volteó para encontrar una hermosa policía con una bandeja de comida en sus manos.

Perfecto plan para el chico.

Mientras más se acercaba su rostro iba cambiando a uno anonado. Aquella mirada molesta hizo que su columna vertebral se tensara, con una sonrisa nerviosa miró a la dama sería que parecía una estatua.

—Debería darte vergüenza de que una chica te haya encarcelado aquí.—por fin habló Seline con aquella mirada penetrante que hizo que el chico sonriera entre dientes nervioso.
—Estoy así de salir.—dijo mientras que con su mano hacia una seña de lo poco que tenía para salir.—Aunque me imagino que viniste a sacarme de aquí...mamá.

La madre del chico sonrió un poco. Solo le entregó la bandeja de comida, quería que este aprendiera de su castigo...aunque ella sabía que este se las ingeniaba de salir.

—Considéralo un castigo.—la madre metió su mano entre aquellos tubos para tomar el rostro de su hijo con cuidado, lentamente unieron sus frentes.—Sé que saldrás de aquí...gatito travieso.

Esta rápidamente besó la nariz de su hijo para salir de Arkham, por suerte no fue atrapada con las manos en la masa. Sin mucho que hacer, optó por sentarse a comer. Esperanzado buscó entre la comida algo que lo ayudará a escapar.

No había nada.

—Al parecer esta no es la vía confiable.—suspiró al ver los platos vacíos junto con el jugo.

Detective y Ladrón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora