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Alex.

—¡Me quitaste a Natalia!—rugió Chico bestia mientras que sus garras me lastimaban.

—¡Traigan el sedante!—ordenó Batman.

  Había logrado debilitarlo pero al parecer que mientras más lo hacía...su ira incrementaba. El tal Garfield se convirtió una especie de bestia agresiva e incluso con un instinto asesino. Choqué contra la pared por estar esquivando sus inmensas garras, creí por un momento mi fin hasta que llegó la enana a defenderme.

Si me quiere después de todo.

—¡Garfield Mark Logan!—llamó Natalia con una voz potente.—¡Siéntate!

Rugió agresivamente hacia ella pero obedeció su orden. Lentamente fue encogiéndose hasta convertirse en un adolescente...su mirada furiosa lo decía todo.

—Ahora lo defiendes.—espetó este.—Robin tenía razón de que tenías algo con él.
—Espera.—ella lo tomó de su brazo pero este se salió del agarre.

—¡No quiero oír nada de ti!—gritó.—Lo nuestro acabó.

Este salió de ahí con la mirada herida, conozco esa mirada ya que obviamente yo pasé por eso. Mirando a Natalia—que se tragaba las lágrimas por el maldito orgullo.—se quedó de brazos cruzados mirando el suelo.

—Agh.

Ella me ayudó a vendar mis heridas mientras que mi madre me regañaba por el otro lado y Batman...su mirada seria lo decía todo.

—Supongo que tenemos que hablar.—dijo él con esa voz inquietante.
—Ve madre.—dije con una leve sonrisa.—Nat me está curando.

No vi a mis padres por un buen tiempo, Natalia seguía cabizbaja por lo que me cansé y tomé su barbilla para que me observara.

—Solo fue un malentendido...no hay necesidad de llorar.—dijo en un murmuro.

Siento algo de lastima por ella.

—Llorar es bueno.—dije mientras echaba su mechón de cabello hacia atrás.
—Yo lo veo como un sentimiento innecesario y pérdida de tiempo.—reí por lo que dijo así que abrasé su cabeza con fuerza.

—No importa.

—¡Qué le haces a mi hermana!

Miré a Robin que iba furioso hacia mí, empujé a la enana del camino lo cuál terminamos nosotros en una pelea. Intenté esquivarlo y darle uno que otro merecido por ser Robin, en serio este chico necesita un nuevo hobby.

—¡Robin!—llamó Batman.
—Tienes suerte de conservar tu cabeza.—dijo este soltando su arma.

—Sácalo de aquí.—ordenó el detective a Natalia.

Luego de un largo camino terminé de vuelta a casa ¿Me rechazó como hijo?...¿Me rechazó por qué soy el hijo de una ladrona?

—Está confuso, Alex, necesita tiempo para meditarlo.—dijo ella.

—No pareces sorprendida.

En silencio ella se marchó dejándome con más palabras en la boca. No pude resistirme en acostarme con mi fiel y único amigo...la cama, abrasando mi suave almohada escondí mi rostro. Presentía que esto iba a ocurrir. Mi padre acaba de rechazarme por ser un ladrón, no me importa...de todas formas no lo quería conocer.

Tal vez debería demostrarle lo que soy capaz de hacer.

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Damian

Mantuve silencio al ver mi padre sentado en la mesa en espera de que mi hermana diera una explicación.

—Todo este tiempo andabas con él...¿Con qué propósito?—preguntó con la mirada frustrada.

—No quería hacer las misiones sola.
—Te conozco bien, Natalia.Si estabas con él es por algún motivo...

No respondió a nada.Mi padre se hartó de la conversación por lo que fue de vuelta al batimovil. Natalia desapareció en un dos por tres así que la dejé ir por solo esta vez, si me encuentro con ese gato lo haré sufrir.

Detective y Ladrón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora