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—Cat.—llamó la chica por tercera vez.—Sácame.
—Diviértete en este infierno de locos.—dijo este dándole un beso juguetón y sale entre las ventanas.

—White Rabbit está de vuelta.—dijo dos caras mientras miraba a la chica.—Me sorprende sinceramente.

—Maldición.—susurró Natalia.

Catboy estaba contento de ver el espectáculo, quería ver cómo la consentida de papá resolvía sus propios problemas. Mirando desde la ventana esperó a que ella hiciera su plan.

Estuvo horas esperando a que ella hiciese algo, pero nada ocurría, no es extraño...es normal de la detective.

—Anda,conejita.—llamó uno de los guardias mientras abría la celda.—Es hora del desayuno.

Natalia fue llevada al gran salón donde todos los villanos desayunaban tranquilos o uno que otro causaba problemas. Esta recibió silbidos, miradas lujuriosas por su cuerpo.

—¡Rabbit! ¿Te encogiste? Sigues luciendo fenomenal con ese cuerpo.—dijo Bane con descaro.

Durante la vigilancia miró su alrededor hasta ver los guardias distraídos, levantándose le la mesa se acercó a unos de las tuberías gigantes que dejaban en el centro de esta. Sin opción optó por llamar la atención haciendo bailes exóticos con la tubería. Logrando llamar la atención de los guardias estos fueron a detenerla. Alex se rió ante el fracaso de su media hermana, chasqueó la lengua mientras miraba la acción de la castaña.

—Solo quería divertirme.—murmullo esta entre gemidos mientras se acercaba a los guardias.

—¡Supéralo no saldrás de aquí!—susurró Alex a punto de carcajearse.—Los guardias no son tan estúpidos para caer en esa broma.

—Lo siento cariño yo soy gay.—dijo uno de los guardias con un toque femenino.

La castaña bufó mientras volvía nuevamente a la celda, Natalia miró su celda y entró debajo de la cama. Catboy sonrió satisfecho al verla rendirse así nada más, este miró de reojo las llaves con una sonrisa juguetona.

—La mente maestra quedó atrapada.—comentó este.—Buena suerte en la segunda ronda.

Este se quejó al chocarse con alguien que estaba justo detrás de él, ver que era su padre, bajó la mirada dando un lado.

—Déjala ir.—espetó el detective agarrando el brazo de su hijo.

—No tengo por qué hacerte caso.—respondió el chico.
—No voy a repetirlo...saca a mí hija de ahí.

—Porque no lo haces tú ¿Ah?, Eres Batman, tú siempre resuelves todo en un segundo.

La alarma de Arkham se activó en ese instante. Batman entró por la ventana en busca del problema, resulta ser Natalia que permanecía en el suelo suspirando de dolor. Sin alternativa abrió la celda con una de sus navajas y cargó a la enana, recibiendo el mayor daño de quemaduras. 

~•~

Catboy

No quiero admitir esto pero me preocupó ver a Natalia de esa forma, cada minuto empeora más de la cuenta por lo que me quedé con ella. Es más incómodo ver a ese enano engreído mirarme con ganas de matarme...en serio tengo miedo.

—¿Cómo le quitamos este color de cabello?—fue la pregunta más estúpida que hice pero vale la pena.
—Te mataría ahora mismo.—ese levantó de la silla con su arma en mano.

—Mira enano...yo en tu lugar estaría apoyando a tu hermana en esta situación.

—La apoyaré matándote.

Ya sabrán que este niño no puede contenerse en matarme. Como buen hermano mayor...—No puedo asegurar eso...tendré que husmear su información, aunque soy más alto que ellos así que tal vez.— tuve que esquivar y tratar de detenerlo antes de que haga algo.

—¡Deténgase!—ordenó nuestro...padre.—Pudieron haber lastimado a Natalia o peor.

Tuvo que revisar a la enana que aún seguía inconsciente de esa rara condición, y yo creo que no sea algo normal...juraría haberlo visto antes. Solo que se le hace ahora tan difícil de recordar.

Detective y Ladrón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora