Quinta Sesión.

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Mini-maratón 3/4.
🌚🌚🌚🌚.

El menor se sobresaltó al momento en que Murdoc abrió el agua caliente. Se quejó ante la temperatura tan alta.

— ¡E-esta muy caliente! —exclamó al ver que la irritación se hizo presente en su piel.

El azabache rodó los ojos y sin importarle, comenzó a enjabonar el cuerpo del más pálido. El vapor poco a poco comenzó a llenar todo el baño.

Stuart cerraba los ojos con fuerza, el agua lo quemaba y podía sentir el ardor en las heridas que Murdoc le había echo. Comenzó a marearse por el calor que se había acumulado.

Sintió presión en su cuello y como lo obligaban a recostarse en la tina. Comenzó a tirar manotazos a la nada, rogando por oxígeno. Las heridas de su rostro ardieron y en un acto de desesperación, le lanzó un puñetazo al mayor en el rostro.

Sintió un pequeño golpe en el borde de la tina y la presión en su cuello desapareció.

Se sentó rápidamente y cerró el agua caliente.

—... ¿Murdoc? —cuestionó sin obtener respuesta.

Se recargo en la fría cerámica. Respiraba de forma lenta y profunda, tratando de que el mareo pasara y esperó a que el vapor se disolviera por completo. Cuando aquello sucedió, solo pudo ver la mano del satánico en uno de los bordes.

— ¿¡Murdoc!? —gritó alterado y rápidamente se envolvió en una toalla. Salió de la tina, resbalándose un poco. Admiró el cuerpo del azabache en el suelo. —... ¿Mudz? —se arrodilló frente a él y lo movió con cuidado. — ¿... Honey?

Le dio la vuelta, observando un notorio golpe en la frente del mayor. Stuart se sobresaltó y se limitó a abrazarlo con fuerza.

—Yo... ¡No era mi intención, Murdoc! —exclamó, comenzando a llorar. — ¡Murdoc, despierta! —exigió, comenzando a moverlo con un poco de brusquedad. — ¡Murdoc, no me dejes solo!

Lo recostó con cuidado y rápidamente salió del baño. ¿Tenían algún botiquín? No estaba seguro, nunca había visto uno y Murdoc no se había molestado nunca en sanarle sus heridas.

—... —se quedó callado al observar la puerta principal a unos cuantos metros. Solo tenía que correr a vestirse y salir de ahí. —Pero él podría despertar... —susurró.

“¡A la mierda todo, me iré en toalla!”, pensó.

Asintió un par de veces. Ya había tomado una decisión.

...

Murdoc abrió lentamente los ojos, quejándose. Llevó una de sus manos al golpe que había recibido en la cabeza.

— ¿Qué demonios...? —susurró, al mirar alrededor y ver que estaba en su habitación. — ¡Maldición! —exclamó. — ¿Dónde está...? —se detuvo al ver al chico peli-azul en la esquina de su habitación.

Stuart jugaba con sus dedos y temblaba un poco. Estaba vestido y lentamente se acercó al mayor.

—... ¿Estás bien? —se sentó a su lado y le hizo el cabello hacia atrás. —Ese golpe estuvo fuerte...

El azabache lo miró con algo de miedo. No podía creer que el menor se preocupara por él aún después de todo lo que le hizo.

—... Stuart.

— ¿Sabes? He estado pensando... —se sentó sobre sus piernas. —Que las cosas pueden volver a hacer como antes. Si hice algo malo, dímelo.

$ting. 『2Doc/TERMINADA』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora