Capítulo 10.

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Eran las 4:50am en los barrios más pobres de Zenith, donde se encontraban las instalaciones de la resistencia, ocultas bajo la superficie y de rastreadores mágicos. Nuestras dos protagonistas dormían profundamente en la oscuridad de su habitación. Mientras que Soraya lucía radiante después de dormir 6 escasas horas, Marga estaba totalmente revuelta en su cama, babeando la almohada. Esa es una de las diferencias entre una princesa y una plebeya.

La puerta se abrió con cuidado de no rechinar, Jenna asomó la cabeza para serciorarse de que seguían dormidas y sonrió. Hoy les esperaba un largo día.

Con diversión, sacó una bocina de aire comprimido, entrando completamente al cuarto y cerrando la puerta detrás de sí. Apretó los ojos al mismo tiempo que presionó el botón que hace sonar la bocina, despertando estrepitosamente a las adolescentes.

—¡¿Pero que...?!.—Soraya se había sentado con rapidez sin que se saliera un cabello de su lugar. Se calló al escuchar un fuerte impacto contra el suelo.

Marga se había caído de la litera por el susto.

La rubia se tapó la boca con ambas manos, abriendo mucho los ojos. Rezaba para que su mejor amiga no tuviera ganas de matar a la recién llegada por despertarla de esa manera. La hija de Flora se sentó en el suelo con las rodillas flexionadas, no se le podía ver el rostro ya que su abundante cabello lo tapaba por completo.

—¿Saben? Son estos momentos en los cuales extraño a Esmeralda y sus pasos silenciosos.—mencionó recordando lo sigilosa que era su hermana, podía hacerse pasar por un ninja sin problemas.

—Lamento despertarlas así, pero las necesito activas para la demostración de hoy. Deben impresionar al líder.—comenta Jenna guardando la corneta en un estuche.

—Nos da tiempo para desayunar ¿Cierto?.—cuestionó la princesa rubia seguido de un bostezo.

Jenna sonrió, otra vez.

—Claro que si, no por nada las levanté una hora antes.

(...)

—Jenna tiene razón, en este lugar hay puro viejo.—Soraya arrugó la nariz.

Habían llegado al comedor, el sitio era casi igual a una cafetería escolar: mesas de metal, paredes grises, los botes de basura en la esquina inferior derecha, al lado de la puerta principal se encontraban los cocineros sirviendo las porciones en bandejas. Más que una escuela parecía una cárcel, pensaba Soraya.

Las tres féminas se encontraban en la barra, donde unas mujeres de unos 50 años les dejaban porciones de una masa gris en sus bandejas. Jenna estaba acostumbrada, así que solo agradeció y continuó. Para Marga fue algo igual, se parecía a la comida que daban en Fontana Roja. En cuanto a Soraya, hizo una mueca y le preguntó a la mujer si le podía dar algo en especial, la señora solo le gruñó y le hizo señas para que se fuera de ahí.

—Que gente tan maleducada.—comentó una vez se pusieron a buscar mesa.—Parece que a esas mujeres no les dieron anoche se...

—Hey, cuida tu lenguaje. Sólo yo digo esas cosas.—la morena regañó a su mejor amiga.

La rubia bufó mientras rodaba los ojos, ella no era de decir palabras feas y mucho menos insultos, pero había captado que a Tristán le gustaba tener esa clase de conversaciones, desafiantes con sarcasmo y groserías. Quería acercarse a él y Marga no la dejaba decir esas palabras.

Hizo un puchero hasta que visualizó una cabellera rojiza que estaba de espaldas sentado en medio del comedor ¡Esa era su cabellera rojiza!.

Winx Club. Nueva Generación 2: Viaje En El Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora