Capítulo 30.

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—Todos a sus posiciones, no quiero que nadie se quede aquí.

Helia caminaba a paso apresurado por el almacén abandonado que habían invadido como escondite temporal; dando órdenes a los pocos que quedaban. Pensaba que con una buena organización, lograrían dar una buena batalla.

—Grupo A, ingresen a la nave del grupo B. Saben cuál es su misión.—ordenó haciendo señas con las manos.—¡Jeff! ¡Te dije tres veces que eres del grupo D! ¡Y deja de comerte el papel higiénico!.

Marga y Soraya compartían una bodega apartada del reto para poder cambiarse en paz. Por suerte, Tristán había logrado sacarles algunas prendas antes de que el techo colapsara encima del armario. Mientras que la castaña subía el cierre de su chaqueta, la rubia le contaba una y otra vez como fue que Tristán la había salvado de ahogarse.

—¡Fue como toda una película de amor! ¡Yo ahogándome y él buscando la manera de sacarme de ahí!.—los ojos de Soraya parecían corazones a punto de estallar.—Que rabia que no pude verlo antes de que se fuera con Corde ¡Ambos se fueron y nos dejaron! ¡¿Puedes creerlo?!.

—Ehm... ¿Y qué tiene de malo?.—no comprendía el drama de su mejor amiga.

—¿Cómo que qué tiene de malo? ¡Somos damas! Se supone que ellos tienen que protegerme.—Soraya seguía en su fantasía por su príncipe azul.

—Soraya, no necesitas a ninguno de esos debiluchos.—colocó algunas armas en los compartimientos colgados a sus piernas.—Yo estoy aquí.

—Pero no quiero que tú me salves.—se cruzó de brazos, como niña malcriada.

Marga suspiró con pesar.

—Como quieras.—rodó los ojos y se dirigió a la puerta.—Cambiate rápido, recuerda que nuestra entrada es la más importante.

—Es cierto ¡Somos el espectáculo principal!.

Marga se dirigía a la nave de Tecna y Timmy para finiquitar detalles, pero en el camino se topó con Flora. La mujer quiso seguir de largo, normalmente solo le haría un gesto y se iría sin esperar algún saludo por parte de su hija; sin embargo, algo dentro de ella le decía que, al menos, debería despedirse.

—Mucho éxito en la misión.—fue lo primero que dijo, algo incómoda.

—¿Acaso no vas a ir?.—todos en la rebelión la trataban de "usted" menos Marga, ella perdió todo el respeto por la líder.

—Seré de más ayuda aquí, sin entrometerme en tus asuntos.—contestó, respirando profundo.—Sé que si estoy allá, en algún momento pediré una retirada. Helia es más fuerte que yo en ese aspecto.

—¿Por qué lo haces? ¿Quieres seguir viviendo en la esclavitud? ¿Seguir año tras año viendo como la población externa muere dolorosamente?.—cuestionó con decepción.

La expresión de Flora cambió a tristeza, algo que Marga jamás había visto desde que llegaron ahí. La morena mayor suspiró.

—No. No sabes cuántas noches me he estado recriminando eso, pero... Tengo miedo.—se pasó las manos por los ojos.—Sé que debo ser fuerte, pero con todo lo que ha pasado, tantas muertes... No quiero perder a nadie más.

No se esperaba ver esa faceta de su madre en ese presente, de verdad que era algo impactante.

—Es doloroso, lo comprendo. Desde niña pasé por cosas traumáticas con mi familia.—puso una mano en el hombro de su madre.—Es por eso que debemos luchar por conseguir la paz, hasta dando nuestras vidas por lograrlo.

—¿Y quién disfrutará de esa paz?.

El hada de la tierra sonrió.

—La próxima generación.

Winx Club. Nueva Generación 2: Viaje En El Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora