El suicidio del marido de su hermana lo aplastó de inmediato. Ahora se le agregaba la responsabilidad de la familia de su hermana. Le parecı́a que su futuro tenı́a el gris de la penumbra. Con una mueca distante, sonriendo ante su propio colapso espiritual (plenamente consciente de todos sus vicios y debilidades), siguió leyendo un libro tras otro. Pero hasta las Confesiones de Rousseau estaban repletas de mentiras heroicas. Y peor aún era La vida nueva de Toson... allı́ encontró un héroe más taimadamente hipócrita que cualquiera. Sólo Villon conmovı́a su corazón. En su poesı́a descubrió belleza masculina.
En sus sueños veı́a a Villon que esperaba ser ahorcado. Cuántas veces, como Villon, él habı́a deseado caer hasta el fondo de la vida. Pero ni sus circunstancias ni su fuerza fı́sica lo permitieron. Consumido poco a poco. Como lo habı́a visto Swift. Un árbol pudriéndose, de la copa para abajo.