.:Capítulo 1:.

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–Ya pueden salir al recreo– dijo con una sonrisa.

Todos sus alumnos salieron, pero como de costumbre un chico pelirrojo se quedó.

Decidió acercarse ya que estaba preocupado por él. Hace varios días que lo observaba y siempre tenía la misma actitud tan depresiva y callada.

–Kano– llamó su atención una vez estuvo frente a él.

–¿Que ocurre, Shiota-Sensei?– preguntó el pelirrojo mientras lo miraba, pudo notar que en sus ojos no había ese brillo y alegría que había en los ojos de sus demás alumnos.

–¿Puedo sentarme?– Lo único que hizo fue asentir en respuesta y se sentó junto a él –¿por qué no sales a los recreos con tus compañeros?– El menor bajó la cabeza en respuesta –Kano, ¿hay algún problema en tu casa? Con tus padres quizás... – no hubo respuesta –¿No quieres decirme? Puedes confiar en mí... – El peliceleste en verdad sentía mucha preocupación por su alumno, siempre lo veía deprimido y nunca presenció una sonrisa en su rostro –Kano... Me gustaría poder hablar con tu madre si es posible– quizás alguno de sus familiares pueda decirle el porqué de su comportamiento.

–No tengo madre– respondió secamente sin mirarlo.

–Oh... ¿Y... tu padre?– El mayor comenzaba a comprender la situación del chico.

–Trabaja casi siempre– volvió a responder.

–Bueno... Dale esto– le entregó una nota que había improvisado con una hoja libre y un bolígrafo del pelirrojo –Si puede venir lo antes posible, quiero hablar con él– dijo antes de que los compañeros del menor comenzaran a entrar al aula de a poco.

[°°°]

Un suspiro escapó de sus labios para luego mirar hacia el frente, otro día de escuela concluido, para su suerte todo había salido 'bien'.

Salió de su salón y se dirigió a la entrada donde ya se encontraba el lujoso auto de su padre, gracias a esto siempre recibía varios comentarios sobre que tenía una gran vida, con un padre millonario. Pero para él no era así.

Entró al vehículo en silencio, colocándose el cinturón de seguridad.

–¿Cómo te fue, Kano?– preguntó su pelirrojo padre mientras comenzaba a conducir hasta su hogar.

–Bien, supongo– respondió desganado mientras miraba por la ventana.

El mayor miró preocupado a su hijo y luego siguió su camino.

Al llegar ambos se bajaron y entraron a la gran residencia, al hacerlo fueron recibidos por la sirvienta del lugar.

–Buenas tardes señor Akabane, Kano– saludó la señora mayor a ambos haciendo una pequeña reverencia.

Ambos se sentaron en la mesa y almorzaron en silencio.

–Kano, ¿que tienes?– Le preguntó preocupado el mayor al ver que no había tocado su comida.

–Nada...– respondió mirando el suelo.

–No puedes estar así por nada... ¿Por qué no quieres decirme?–.

–No es nada papá, solamente estoy cansado, ya sabes, la escuela es agotadora... – volvió a responder mirando hacia otra parte.

El mayor estaba por hablar pero la señora mayor los interrumpió.

–Disculpe señor, tiene una llamada de su trabajo.– informó amablemente.

–Dile que espere, estoy ocupa... – antes de que termine su hijo lo interrumpió.

–No importa, ya me voy a mí habitación.. – El menor se paró y caminó hacia las escaleras para poder ir a su habitación.

El pelirrojo mayor suspiró desganado y la mayor posó su mano sobre el hombro de este.

–Descuide señor, es un adolescente, sabe como son– dijo con una sonrisa tratando de calmarlo.

–aún así me preocupa... – decía mientras veía como se perdía por las escaleras.

Por otro lado el menor estaba sentado en su cama mientras miraba una foto en la que estaban él cuando tenía apenas un año, su padre y su madre.

Hizo una mueca y rompió la foto en dos dejando solo la parte en la que estaban él y su padre. Miró la parte en la que estaba su madre y la rompió en miles de pedazos sintiendo como un par de lágrimas se acumulaban en sus ojos.

Limpió sus lágrimas y dejó la foto a un lado. Se quitó el saco que era parte del uniforme y observó sus brazos estos estaban llenos de cortadas grandes, pequeñas, algunas hechas cicatrices y otras hechas hace poco, suspiró y se tiró sobre su cama cerrando sus ojos.

...

–¿Por qué querría estar con ustedes dos? Un llorón malcriado y su presumido padre– decía una mujer pelimorada oscuro hacia su hijo y esposo.

El menor de los dos se escondió detrás de la pierna de su padre mientras lágrimas salían de sus ojos, cada palabra que salía de la boca de la mayor le dolía bastante.

–Además miedoso. No sé porqué te tuve en un principio. Eres solo un simple error.– Las lágrimas del menor aumentaban cada vez más sintiendo como todo el amor que alguna vez tuvo por su madre se desvanecía lentamente...

...

El menor despertó de golpe mirando a su alrededor, se relajó al ver que estaba sobre su cama, pero al recordar el último día que vio a su madre sintió como lágrimas volvían a caer de sus ojos, abrazó sus piernas tratando de contenerlas.

En medio de sus sollozos sintió unos cálidos brazos rodearlo, levantó la vista encontrándose con la sirvienta del hogar, esta al ver su rostro limpió rápidamente sus lágrimas y besó su frente.

–No debes llorar por ella... Y mucho menos hacerte eso en los brazos. No vale la pena, ella te dejó y se perdió ver crecer un gran chico como tú– dijo al mismo tiempo que le sonreía al menor –Descuida, no le diré nada a tu padre... Pero no lo vuelvas hacer ¿o cómo crees que se sentiría al ver que tiene un hijo suicida?–.

–... Es inevitable– le respondió bajando la mirada.

–... Bueno, no puedo hacer nada sobre eso... Pero al menos lo intenté– acarició dulcemente la cabeza del pelirrojo. Antes de salir de la habitación dijo –Cambiate el uniforme, no querrás que tu padre entre y te vea así.– Le dedicó una última sonrisa y salió del lugar dejándolo solo.

Suspiró y se tiró nuevamente a su cama viendo al techo. Hasta que recordó que tenía que darle la nota de su profesor a su padre.

Se levantó y se cambió de ropa. Tomó la nota de su mochila para luego salir de su habitación y caminar hacia la oficina de su padre.

Al llegar pidió permiso y entró a dicho lugar.

–¿Qué sucede, Kano?– El menor simplemente le entregó la nota –¿una carta de tu profesor? Pero ¿no que tienes buenas notas?– Le preguntó confundido.

–Sí, pero dijo que quería verte lo antes posible–.

–Mañana iré...– dijo mientras leía la nota con un poco de preocupación, pero tratando de disimularla.

–Esta bien yo...Ya me voy...– El mayor asintió y este abandonó la habitación.

"Este chico me preocupa bastante...Si su madre no le hubiera dicho todo eso el día que nos separamos...quizás y hoy todo sería diferente... " pensó mientras miraba la nota.

Hijo Suicida •Karmagisa•《Cancelada.》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora