Kano comenzaba a recuperar la conciencia, al abrir sus ojos lo primero que se topó frente a él fue una luz blanca.
¿Acaso... Estaba muerto?
Para su propia desgracia, no.
Miró a su alrededor y notó que estaba en la habitación de algún hospital, un lugar donde nunca antes había estado, solo de vez en cuando. Su cabeza dolía, pero lo que más dolían eran sus brazos, los miró y ambos estaban vendados.
"Genial Kano... Ahora papá sabe el verdadero desastre que soy... ¿Lo habré decepcionado...? Seguramente..."
Cerró sus ojos cubriendo su rostro con sus brazos. Se sentía muchísimo peor que otras veces. Quería llorar nuevamente, pero ya ni lágrimas le quedaban.
Se sentía la peor persona del mundo.
Mientras tanto, fuera de la habitación se encontraba cierto pelirrojo, preocupado, alterado y nervioso de sobremanera, al igual que estaba muy inquieto caminando de un lado a otro. No tenía noticias de su hijo desde hace cuatro horas.
Su cabeza no podía asimilar lo que acababa de pasar, su hijo, lo único que amaba, había atentado contra su propia vida, por suerte no lo había logrado, pero aún así no quitaba el hecho de que su vida corría riesgo. Todo por culpa de su ex-esposa, y quizás de él, su cabeza trabajó un poco en esa posibilidad. ¿No le prestaba atención? ¿No estaba lo suficientemente presente en su vida? ¿Trabajaba mucho y le dejaba de lado? Esas y más cuestiones llegaron a él como miles de flechas.
-Karma, por favor, tranquilízate él estará bien- decía su mejor amigo Hiroto Maehara quien lo miraba caminar de un lado a otro, aunque no se le notara estaba igual de preocupado que el pelirrojo. Pero entre nervios no lograrían nada, por lo tanto mantenía su postura.
-¿Cómo quieres que esté tranquilo? Maehara, es mi hijo el que está en esa habitación luchando por su vida- decía muy nervioso mientras veía al de cabellera naranja.
Soltando un suspiro se sentó junto a su amigo mirando al techo.
-No quiero perderlo... Es lo único que me impulsa a seguir adelante...- decía un Karma muy sensible debido a la situación.
El pelinaranja pasó una mano por el hombro de este transmitiéndole su apoyo.
-Ya tranquilo Karma, no sé como se siente, pero si imagino a Ryū o a Yuuma en esto creo que estaría igual o hasta peor que tu. Pero recuerda que siempre te apoyaré Karma, soy tu mejor amigo después de todo. Además de mi apoyo cuentas con el de Yuuma, Rio, Kataoka, y todos los demás, incluso con el de Asano, por más raro que suene. No estás solo Karma, todos estamos contigo- decía mientras miraba a Karma, este suspiró.
-Tienes razón. Pero aún así, temo a lo que pueda pasarle a Kano...- Su preocupación no se iba por más cosas que le dijera su amigo, sus nervios y preocupación se incrementaban con cada segundo que pasaba.
Pasadas un par de horas, el pelirrojo le había dicho al pelinaranja que si quería podía irse, que no lo obligaría a quedarse, a pesar de que al principio no aceptó terminó haciéndolo gracias a la insistencia del pelirrojo.
Karma ahora se encontraba en soledad, las horas solo pasaban y pasaban, sin saber nada de su hijo, tenía tantas ganas de entrar en esa habitación y ver a su mayor tesoro, pero debía controlarse y no hacerlo. No quería aceptarlo pero necesitaba de alguien en esos momentos, alguien quien lo ayude a no sentirse tan mal, alguien que anime su día con solo hablarle.
Sí, como era de sospechase, Karma necesitaba a Nagisa.
Dudando un poco dio con el contacto del menor en su teléfono y lo llamó.
[°°°]
05:47 a.mPor otro lado cierto peliceleste dormía tranquila y 'normalmente', si eso se referían al dormir con la cabeza en los pies de la cama, sí estaba durmiendo muy normalmente. Esto mismo solía sucederle cuando estaba muy cansado.
Pero algo interrumpió su sueño con un ser extraño semejante a un pulpo de color amarillo y con traje de profesor, era el sonido de su teléfono sonar desesperadamente. Al oírlo, pegó un salto y se sentó en la cama mientras agarraba dicho aparato para luego contestar.
-¿Hola?- dijo tratando de no sonar tan dormido como estaba mientras se escondía hasta la cabeza con las sabanas.
-Nagisa... - No le faltó decir un par de palabras más para que el menor saliera de su 'cueva de sabanas' y fuera como rayo a vestirse para luego salir de su casa corriendo hasta llegar al hospital que le había dicho el pelirrojo, este no estaba lejos por lo tanto llegó en un par de minutos.
-¡Karma!- exclamó al ver al mayor sentado para luego correr hacia él -Karma... ¿Cómo está? ¿Cómo estás? ¿Está todo bien? ¿Qué pasó?- preguntaba mientras el mayor se paraba.
-Kano... Intentó suicidarse- confesó haciendo que el menor abra sus ojos de par en par.
-¿P... Por qué...?- preguntó estupefacto.
-Okuda...- respondió -Ella... Hace unos días había estado viniendo a casa, él en verdad la odia y más odia cuando nos peleamos, por eso creo que no lo resistió... Demonios... Me siento el peor padre del mundo, yo no sabía que él tenía esas cortadas en sus muñecas, ni que sufría tanto- se lamentaba el pelirrojo, antes de sentir los brazos del peliceleste rodearlo.
-Tranquilo Karma, no fue tu culpa. Es culpa de esa mujer- decía el menor mientras el mayor correspondía al abrazo -No tienes porqué culparte...- A pesar de las diferencias de altura y tamaño sentía el abrazo del pequeño cuerpo tan cálido y consolador. A decir verdad era la primera vez que abrazaba a su amigo y en verdad se sentía bien -Todo saldrá bien... - decía eso y muchas más cosas positivas para poder calmarlo.
-Disculpe, ¿Señor Akabane Karma?- preguntó un hombre de bata blanca mientras sostenía un par de papeles. Supo que era él ya que no habían nadie más que la "pareja" en aquellos pasillos.
Nagisa rápidamente se apartó de Karma al ver al hombre y se puso detrás de él para poder oír lo que decía.
-Su hijo se encuentra muy bien- dijo haciendo a ambos chicos relajarse -Lo único que es preocupante... es su salud mental- el peliceleste miró preocupado al pelirrojo, pero este solamente miraba serio al hombre frente a él.
-¿Podemos pasar a verlo?- Le preguntó el Akabane a lo que el mayor accedió dándoles paso a la habitación.
-¿No quieres que espere afuera?- sugirió el peliceleste antes de que el contrario abra la puerta.
-No... No quiero entrar solo...- Al oírlo tomó su mano dándole su apoyo.
Ambos entraron viendo al menor de edad sobre la camilla. A Karma le dolía de sobremanera ver a su hijo en ese estado, conectado a varias máquinas y con los brazos vendados, se sentía el peor padre del mundo por haberse permitido llegar hasta este punto.
-Kano...- susurró Nagisa en el mismo estado que su acompañante, sintió sus ojos humedecer, pero lo que menos haría en este momento sería llorar, aunque las ganas las tenía retenidas en un nudo en su garganta.
Karma acarició el cabello de su hijo, la piel de este último estaba más pálida que de costumbre, al igual que parecía tener un poco de fiebre.
-Dentro de unas horas despertará, o quizás antes. Si mañana se siente bien, va a poder irse- les dijo el doctor a sus espaldas.
Ninguno contestó, solamente Karma asintió sin prestarle mucha atención.
"Lo siento, hijo... Lamento tanto que estés en esta situación... Todo por culpa de Okuda... Y... Mía".
Pensó el pelirrojo mientras llevaba una mano a su rostro en seña de frustración. El menor al verlo optó por hacer más fuerte el agarre de sus manos mientras lo miraba preocupado.

ESTÁS LEYENDO
Hijo Suicida •Karmagisa•《Cancelada.》
Fiksi PenggemarNo querrás que tu padre sepa que tiene un hijo suicida. 《25/12/2017》 《21/05/2020. Cancelada. 》