Hijo Suicida •Karmagisa•《Cancelada.》

.:Capítulo 2:.

El pelirrojo mayor caminaba por los pasillos de la escuela de su hijo, escuchando como varias de las profesoras del lugar decían varios cumplidos y elogios a sus espaldas.

Decidió acercarse a una de ellas para preguntarle dónde era el salón de su hijo, porque en realidad nunca había venido a una reunión con el profesor del menor.

–Disculpe ¿Sabe dónde está el salón de... Shiota Nagisa?– preguntó mientras leía el nombre del chico en la nota que le dio su hijo.

"Este "profesor" tiene nombre de mujer... "

–Sí, es aquella puerta– respondió la mujer apuntando hacia una puerta un poco alejada de ellos.

–Gracias...– respondió un tanto seco ya que veía que igual que las demás no le quitaba la vista de encima.

Se alejó de ella suspirando.

"No puedo creer como son las mujeres hoy en día... "

Pensó mientas caminaba hacia dicha puerta, al llegar echó una pequeña mirada adentro encontrándose con el salón totalmente vacío a excepción de una chica, la cual estaba de espaldas, con el cabello color celeste amarrado en dos coletas. Al parecer estaba ordenando un par de papeles en la mesa del profesor. Decidió tocar la puerta, esta se giró y la abrió.

–¿Este es el salón de Shiota Nagisa?– preguntó.

El contrario soltó una pequeña risa.

–Sí, soy yo, ¿eres el padre de Kano Akabane?– preguntó con una sonrisa encantadora dejándolo entrar.

–Sí– respondió mientas en sus interiores pensaba que se había confundido con el género del chico.

–Sientese, por favor– el mayor obedeció y el peliceleste se sentó frente a él en su típico asiento –Bueno, por la nota sabrá porqué lo llame...–.

–Sí...–.

–Usted debe saber que Kano es uno de los chicos con mejores notas de todo el salón, pero su actitud es preocupante. En verdad, es muy callado y siempre que lo veo, pareciera triste. En los recreos nunca sale con sus compañeros o habla con ellos...– explicó mirando al mayor.

–Si, lo sé, en mi casa es igual, aunque nunca me quiere decir lo que le pasa...– respondió el pelirrojo algo desganado, pero sin perder la postura.

–Él me había dicho que no tenía madre... ¿Es eso cierto?–.

–Sí, bueno, su madre se fue cuando él tenía seis años. Pero el día que lo hizo le dijo cosas demasiado feas y creo que por eso él es así. Yo siempre trato de estar con él en todo, pero me aleja de él... – El pelirrojo miró hacía otra parte pensando en ese día.

–...Creo que entiendo un poco su situación... – dijo con una sonrisa nostálgica haciendo que el mayor lo mire –Mis padres también se separaron y para mi era horrible tener que convivir con uno solo de ellos... Más por cómo era mi madre... – dijo más para si mismo lo último.

–Disculpe. No entendí lo último que dijo–.

–ah. No se preocupe, no era de importancia– dijo con una sonrisa nerviosa moviendo sus manos frente a él –Volviendo al tema de Kano, ¿Su madre nunca lo visita? O algo parecido– preguntó cambiando de tema para poder volver al del menor.

–Bueno, no la ve desde ese día. En verdad, tanto ella como yo juramos no volver a vernos, hasta ella misma dijo frente de los dos que él no era más su hijo... O yo su esposo...– Lo último lo dijo por lo bajo para que el peliceleste no lo oiga.

–Oh lamento oír eso... – El menor ahora comprendía bastante la situación de su alumno.

–No se preocupe. Trataré de hablar con él y sacar todo lo que tenga guardado y retenido– dijo mientras miraba al menor a los ojos.

–Bueno... Si quiere, yo también podría ayudarlo... – sugirió –No crea que es por metido ni nada, solamente quiero ayudar a uno de mis mejores alumnos... – finalizó con una sonrisa sincera.

–Créame que sería de gran ayuda– el mayor le devolvió la sonrisa y en ese momento entraron todos los alumnos del peliceleste, los cuales volvían de educación física –Creo que yo debería irme–.

–Sí, esta bien. Lo acompañaré hasta la salida– el peliceleste se paró de su silla al igual que el pelirrojo.

Varias de las chicas alumnas del de menor altura se quedaron viendo embobadas al pelirrojo, haciendo lo mismo que hacían las maestras.

Ambos salieron del salón, no sin que antes el pelirrojo saludara a su hijo.

–Escuche quería pedirle un favor a usted...– Dijo mientras ambos caminaban por los pasillos del establecimiento para poder llegar a la salida.

–Claro ¿que es?– El menor lo miró.

–Bueno, quería pedirle si es posible, que no le recuerde nada respecto a su madre o lo que es una "familia de dos padres" en sí... – El peliceleste se sorprendió un poco ante la petición, pero entendió al instante con lo demás hablado y decidió ceder ante esta.

–Esta bien señor– respondió con una pequeña sonrisa.

El mayor le devolvió la sonrisa y se despidieron para que luego este se fuera por la salida y el menor de nuevo a su salón.

Al llegar lo recibieron con varias miradas pícaras.

–¿Qué?– preguntó ingenuo.

–"Lo acompañaré hasta la salida"– dijo una de sus alumnas imitando su voz.

–Nagisa-Sensei ¿ese era su pareja?– preguntó una chica pelirrosada.

–Si Nagisa-Sensei se veían tan lindos juntos– dijo otra de sus alumnas con una sonrisa.

–¿Qué? Claro que no, no se metan en la vida privada de los demás. Mejor sigamos con la clase– dijo totalmente rojo de la vergüenza. Aunque mientras todos habrían sus carpetas y libros miró de reojo al pelirrojo este sostenía su misma postura de siempre.

"En verdad entiendo y lamento lo que tuviste y tienes que vivir Kano... A pesar de que no eres más que mi alumno me preocupas"