Dos años de casados; su matrimonio era de los más envidiados, pero cuando llegaron a su tercer aniversario todo cambió. Las atenciones que antes solía tener para con su mujer se fueron esfumando, sus te amo no eran pronunciados y las muestras de cariño solo una vez al mes, solo si el quería. Antes llegaba a almorzar, a cenar y dormir; ya no.
La navidad estaba cerca, pero para Perrie no era algo lindo para celebrar. No podía salir, su marido le había prohibido eso. Así que se dedicó a ver películas.
-Feliz navidad Perrie.- Pronunció triste viéndose al espejo. -¿En que te has convertido?-
Se odiaba a sí misma de tan solo pensar que nunca podría gustarle como antes a su marido.
-Señora Malik.- Habló su empleada. -¿Necesita algo más?-
-No.- Sonrió triste. -Gracias Betty.- La miró. -Feliz navidad.-
La empleada dio las gracias y se fue.
El celular de la rubia comenzó a sonar e ilusionada tomó la llamada pensando que era su marido.
-Mi a...- No terminó de hablar ya que escuchó la voz ilusionada de su madre.
-¡Feliz navidad hija!-
-Gracias mami, feliz navidad.- Sonrió triste.
-¿Como te la estás pasando?-
-Bien.- Mintió. -Estoy envolviendo los regalos de las hermanas de Zayn. ¿Ustedes como van?- Preguntó al oír gente riendo y música.
-Muy bien hija, Jonnie y sus chistes, tú papá trajo a Caitlin y cantando están todos.- Se escuchaba muy alegre y por un momento deseaba estar allí, con su familia.
-Me alegro mucho ma.- Un nudo comenzaba adornarse en su garganta. -Bueno, te dejo seguiré en esto.-
-Feliz navidad mi amor.-
-Feliz navidad, te amo.-
Colgó y suspiró.
-Me encanta saber que cuando no estoy en casa aprovechas para hablar con tu amante.- Soltó aquella voz masculina que odiaba y amaba a la vez.
Ella sin embargo decidió ignorarlo y subir a su habitación. Se despojó de toda su ropa colocándose una pijama de seda color rosa. Su marido llegó e inmediatamente contempló el hermoso cuerpo de su mujer, que por más de un año no se dignaba en mirar.
-¿Con quién hablabas?- Pronunció molesto.
-¿De cuando acá te importa lo que suceda conmigo?- Preguntó viéndolo a los ojos.
-Soy tu esposo.-
-¿Y?- Arqueó una ceja. -Que seas mi esposo no significa nada, ¿o si? Porque por si no mal recuerdo hacen meses te descubrí una de tus tantas amantes.- Se acostó en la cama dándole la espalda.
Por su parte Zayn no dijo nada más.
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La navidad transcurrió normal y ya era tiempo de Zayn volver a sus negocios.
-Tenemos un cóctel esta noche.- Pronunció amargamente como siempre.