Ella era la nueva, el no tanto, llevaba ya unos tres años estudiando algo que no le gustaba. Lo normal en todas las familias adineradas, ser el heredero de la empresa de su padre. Pero el no quería, el solo deseaba ser cirujano; salvar vidas.
Otra parte de su vida era un asco. Un cinco de febrero en las calles de Nueva York se escuchó su corazón romperse. Su novia, lo había dejado por su hermano, ¿Que loco no? Pero así sucedió y el juró dos cosas que cumpliría.
-Hoy llegan las nuevas.- Anunció su compañero de habitación.
-¿Has averiguado?- Preguntó el moreno mientras veía al ruloso sentarse en la cama.
-Si obvio.- Buscó su celular para mostrarle la fotografía de la chica. -Es hermosa.- Dijo. -Aunque un poco superficial.-
El moreno corrió sus ojos y asintió.
-Bueno..- Se puso de pie y tomó su chaqueta. -Estaré por ahí, cuando lleguen haz el favor de avisarme.-
-Bien.-
Dicho eso el moreno salió de su habitación. Caminó por los pasillos y llegó hacia la alberca, una de sus debilidades. Era el mejor nadador de la universidad, pero desde que su entrenador enfermó pararon sus lecciones.
-¿Por qué tan solito?- Preguntó una chica mientras que se acercaba a él.
-No te interesa April, solo déjame en paz.-
-¿Por qué siempre me alejas?-
-¿Acaso te has vuelto sorda?- Preguntó de mala manera. -Aléjate de mi.- Alzó su voz provocando una reacción de nerviosismo en la chica, ella se alejó y el volvió a sentirse mejor.
April siempre había estado tras el. Una noche de borrachera tuvo relaciones con ella y eso bastó para que la chica quedara perdidamente enamorada de él.
Las horas pasaron sin darse cuenta, pero solo se dio cuenta cuando su celular sonó. Era Alex.
-¿Que sucede?-
-Ha llegado la chica.- Anunció su amigo y al instante el corrió a de allí.
(.....)
Al siguiente día de haberla observado y estudiado decidió acercársele. Utilizó la técnica antigua: chocar con ella. Y así lo hizo.
-Lo siento, de verdad.- Dijo el moreno mientras la ayudaba a levantar sus libros.
-No te preocupes.- Pronunció la rubia. -Eres un poco idiota, la verdad.- Dijo luego de mirarlo a los ojos.
-Oye, ¿Es así como comenzamos?-
-Al diablo con eso.- Dicho eso le arrebató los libros y se fue.
-¿Que carajos fue eso?-
-Supongo que es su reacción, ella es así, presumida e idiota.-
Su amigo rió y el negó.
(.....)
Dos semanas pasaron rápidamente en la universidad de Harvard. Era una tradición la fiesta de bienvenida a los nuevos luego de dos semanas, así que todos asistirían.
Ya en la noche todos bailaban y tomaban. Zayn observó el ambiente y al instante la divisó, caminó hacia la mesa de ponches y se sirvió uno.
-Oh, el idiota.- Habló la rubia y el rió.
-Te recuerdo.- Dijo tomando su bebida. -La agradecida, ¿no? De nada por lo de los libros.-
Ella rió y asintió.
