Capítulo II

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Ana:

-Ah... Si claro, adelante-
Dije titubeante.
-El señor Smith debe estar en su despacho; yo estaba por entrar-

-¿Usted trabaja aquí?-

-Si soy el ama de llaves... Ahora si me permite... Yo... Debo trabajar-
Dije e intenté pasar sobre ellos pero el hombre de nuevo me impidió el paso, y dijo:

-Disculpenos señorita, pero se está investigando un homicidio, por lo tanto usted no puede entrar hasta ser interrogada-

-Por... Por qué-

-Porque todos ustedes se volvieron sospechosos por el simple hecho de trabajar aquí-

-¿Está usted diciendo que yo podría ser acusada como... culpable?-

El sonrió sarcásticamente.

-Señorita... Todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario-

Lara:

-Pobre chica; a Sanders le encanta espantar gente-
Le dije a Banks mientras observaba a la muchacha que hablaba con el jefe.
-Y la cara tan asustada que puso, fue todo un poema.-

-Ni que lo digas... ¿Sanders te habló sobre la placa?-

-Si, lo mencionó-

-¿Y que piensas?-

-Pienso que debería dejar de comer tantas donas... Digo, tengo un sensual cuerpo, pero tanta harina no creo que lo beneficie-

-No Torres, sobre la competencia-

-Ah. Yo creo que es una completa estupidez-

-Gracias, por fin alguien con los pies sobre la tierra-

-Entonces tu tampoco estás de acuerdo-
Dije sorprendida.

-Ellas son las detectives Torres y Banks, estarán a cargo de la investigación.-
Dijo Sanders interrumpiéndonos.

Banks y yo nos acercamos a donde el ama llaves, y nos presentamos;

-Elizabeth Banks, investigadora especial-
Habló ella.

-Lara Torres... Amm... investigadora ultra especial-

-No puedes decir eso-
Susurró Banks sin dejar de sonreír.

-Lo diré si yo quiero-
Dije de la misma manera.

-Bien, la dejaré con mis agentes.-
Dijo el jefe.
-Suerte ¡Cooper!-

-Ya voy señor. Suerte chicas-
Dijo Grace.

-Bien Lara, entremos-
Dijo Banks.

Ambas en compañía de algunos novatos, ingresamos a la mansión.

-Vaya que es una gran casa ¿Cuántas personas viven aquí? ¿Como treinta?-

-No inventes Torres, solo son dos-

-¡Qué! ¡Yo soy solo una y creí que mi departamento era enorme!-

-Silencio. Esto es todo muy ostentoso y con tanto... Lujo-

-Por supuesto que es ostentoso, esta es como la casa de una celebridad ¿Dónde se supone que está el marido de la víctima?-

-Si te refieres al señor Smith, debe estar aquí. No ha de ser fácil ser quien encuentra al amor de su vida con un disparo-

-Si, pobre hombre... Debe estar destrozado-

-Mira, el despacho-

Ambas nos detuvimos frente a dos grandes puertas.

El Misterio Del BrasierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora