El Misterio Del Brasier

Capítulo III

Lara:

-Me están diciendo que el agua estaba mezclada con sangre-

-Y no solo eso, toda la bañera estaba llena de agua roja-
Dijo Banks al jefe.

-¿Y qué hicieron con ella?-

-Con ayuda del equipo, recopilamos todos los vestigios de evidencia que encontramos-

-Y los enviamos a forenses para ser analizados. También limpiamos la tina.-

-Excelente. Más que una competencia, ustedes trabajan muy bien como equipo. Y eso me agrada-

-Y a nosotras más-
Dijo Banks sarcásticamente.

-Mmm... Qué me dices tú Torres ¿Encontraste algo importante?-

-No, señor.-

-Pues date prisa, Banks te lleva ventaja-

-Lo sé señor.-
Dije suprimiendo una risa maliciosa.

-Bien. Han hecho un buen trabajo hasta ahora; sigan así y pronto tendremos al culpable de todo esto.-

-Sí señor.-
Dijimos ella y yo al unísono.

Después de estar otro rato con el jefe, y recibir unas cuantas indicaciones, nos fuimos cada quien a casa.

Agua de sangre

¿Por qué la bañera estaba llena de ese asqueroso líquido rojo?

No lo entiendo

Y esas marcas...

No pudo salir por la ventana...
¿O si?

Era el tercer piso... Eso sería un suicidio... Un suicidio...

No

Ya revisamos toda la mansión como 5 veces, y sin mencionar la escena del crimen que ya está más registrada que aeropuerto mexicano después del regreso del Chapo.

Si el asesino se hubiese lanzado desde allí, apuesto a que habría pistas o... Su cuerpo...

Despejé mis pensamientos después de tomar un buen café cargado.

Mi teléfono comenzó a sonar.
Era un número desconocido.

-¿Diga?-

-¿Detective Torres?-
Habló una voz masculina.

-¿Si?-

-Necesito hablar contigo-

-¿Quién habla?-

-Por ahora no te lo puedo decir. Pero tengo información importante para el caso, que seguro querrás oír-

-Dime quién eres-

-Escucha, sé por qué mataron a Cristina, sé por qué había sangre en el agua de la bañera, y como olvidar esas huellas en la ventana que tanto que te esforzaste en ocultar de la detective Elizabeth. Pero también sé que quieres esa placa tanto como yo quiero que se haga justicia-

Se me encogió el estómago.
-¡Cómo sabes todo eso, y cómo tienes mi número! ¡Dime de una buena vez quién demonios eres!-

-¿Ahora? Soy tu nuevo informante.-

Guardé silencio.

-Mira, entiendo que no confíes en mi-

-Ah entonces lo entiendes... Pues dime TÚ persona sin nombre, si confiarías en un posible secuestrador que sabe todo de ti, y te llama para decirte que tiene información sobre un asesinato-