Percy nos cuenta sus sueños

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Ohhh no creyeron que subiera otro capítulos pronto ¿cierto? Bueno no mentía cuando dije que escribir el capitulo anterior había abierto la imaginación que fue bloqueada hace ya más de un año para esta historia. Espero les guste este capitulo, aún no logro hacerlo tan largos como en los otros libros de LUHDA pero estoy llegando ahí.

Por cierto una pequeña nota: recuerden que esto es un fanfic y por eso no todo el tiempo será exactamente igual que en el libro (ese es el chiste de que sea un fanfic) solo lo comento porque a veces me llegan comentarios de algunos lectores quejándose de como es diferente a los libros...bueno humm, DUH? ES UN FANFIC NO SE SUPONE QUE SEA IGUAL, quieres algo igual al libro lee el libro...jaja perdón por ser un poco agresiva. 

Como siempre correcciones en nombres o algunos aspectos de la mitología son siempre bienvenidos y en caso de que yo lo haya alterado apropósito para que encaje con el fanfic se los haré saber. Un abrazo :) 

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Elizabeth (P. O. V.):

Decidimos hablar con Annabeth sobre la profecía de Casio si alguien podía ayudarnos era ella, en realidad no quería molestarla ella también tenía una carga muy pesada en este viaje con todo eso de encontrar el Partenón de Atenea. Pero sabía que ella era la única persona lo suficientemente inteligente como para guiarnos en el siguiente paso en este viaje.

Resulta que mientras nosotros hablábamos con la ex-novia de Casio, el resto de la tripulación tuvo una pequeña juntar que resultó en más eidolons. Gracias a los dioses nuestra increíble Piper logró desterrarlos de la nave para siempre.

—Vaya estoy impresionada—dije a Piper—te haz vuelto buena con el charmspeak.

Piper me miró apenada—No es nada—la hija de Afrodita me dirigió una larga mirada que me hizo sentir incomoda, supongo que Piper se dio cuenta de la forma en la que me estaba viendo porque enseguida se disculpó—perdona, es solo que—la chica bufó—odio sonar como mi madre pero presiento que tienes un conflicto ya sabes, en tu corazón.

Una parte de mi quería reír porque Piper definitivamente sonaba como su madre, otra parte de mi quería golpear a Casio porque esto era su culpa. De acuerdo, sí estaba celosa pero si alguien aquí se le ocurre mencionarlo lo arrojaré al Tártaro.

—Sí eso me recordó mucho a tu madre—acepté—no es un conflicto amoroso, solo son...celos—murmuré casi inaudible.

Lo bueno de hablar con una hija de Afrodita es que en lo referente a sentimientos ellas no necesitaban muchas palabras, no tuve que repetir la palabra con "c" para que Piper entendiera a qué me refería.

—¿Por qué?

—Nada, no tenemos que hablar sobre esto tu madre ya cree que mi vida amorosa es una telenovela y no necesito más espectadores en ella.

Piper levantó las manos en señal de rendición—Solo diré esto...quien sea ella no es rival para ti—Piper le dirigió una mirada a Casio y sonrió—y no creo que deba serlo.

Asentí—Lo sé.

En ese momento Annabeth se sentó con nosotras—De acuerdo ya que no hay más problemas de Eidolons voto porque todos descansemos aún tenemos un largo camino por delante. Habrá que hacer guardia no quiero ningún ataque sorpresa por parte de los romanos o de algún sirviente de Gea.

—Yo haré guardia—me ofrecí—pero primero necesitamos hablar contigo Annabeth.

—¿Quiénes?

Piper y el resto (excepto Percy quién se negaba a dejar a Annabeth sola) se dirigieron a sus habitaciones a descansar. Annabeth, Percy, Casio, Connor y yo nos sentamos alrededor de la mesa. Observé a Casio, aún no se veía listo para hablar pero no teníamos mucho tiempo por lo que decidí iniciar.

La última hija de Artemisa-Una antigua profecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora