Llamando a una antigua ¿amiga?

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Le dedico este capitulo a Alexa_1403 quien me amenazó con lanzarme al tartaro si no continuaba la historia, te lo agradezco mucho porque resulta que continuar este capitulo ayudó a avivar mi inspiración, si no fuera por las fiestas este capitulo sería más largo, lo continuaré mañana en navidad. Le deseo a todos felices fiestas, los quiero mucho y agradezco que a pesar de mi descarada tardanza sigan aquí conmigo la familia que he formado con La última hija de Artemisa es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida, y espero seguir conociendo a más de los lectores de este saga a los que siempre llamaré amigos. Los adoro con todo mi corazón y les mando un abrazo enorme! <3


POR CIERTO TENGO UNA PREGUNTA MUY IMPORTANTE AL FINAL DEL CAPITULO POR FAVOR LEANLA ^_^

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Casio (P. O. V.):

Por supuesto que Jason y Percy se metieron en problemas al ir a hablar con Dionisio, poseídos por Eidolons. Mientras Frank y el entrenador llevaban a los dos inconscientes chicos a sus habitaciones, Elizabeth se acercó a mi.

—¿Te divertiste con el entrenador?—preguntó Eli.

Rodé los ojos, un mal habito que había aprendido de ella—Me vengare.

—Chicos—la voz de Connor nos sorprendió—¿qué ocurre?

Wow, había olvidado que Connor también se encontraba con nosotros (N/A sip olvidé que Connor estaba en el barco pero una lectora me lo recordó, lo siento)—Jason se ha desmayado de nuevo y Percy también. Fueron poseídos por Eidolons—expliqué.

Connor tembló ligeramente, todos los chicos de la nave habíamos sido poseídos antes de llegar al campamento, si en algún momento planeas que alguien te posea te lo advierto no es una buena sensación.

—¿Dónde estabas?—preguntó Elizabeth—no te he visto en todo el día cualquiera creería que estabas muerto—Eli intentó meterle un puñetazo en las costillas a Connor pero este la esquivó hábilmente. Uno desarrolla reflejos cuando convives con una chica como Elizabeth que tira golpes cada oportunidad que tiene.

—Tranquila, solo estaba haciendo un par de llamadas al campamento—explicó el hijo de Hermes—les avisé sobre los romanos, estarán alerta por cualquier posible ataque.

Toda mi vida había estado orgulloso de ser romano y de haber sido entrenado en el Campamento Jupiter, pero ahora veía algunas de las fallas en nuestra forma de pensar, los romanos no éramos del tipo de sentarse con el enemigo y tratar de entablar una conversación, no la mayoría al menos. Por eso Jason y Reyna eran tan buenos como preatores, sabían controlar a las masas de rabiosos romanos y siempre tomaban la mejor decisión para el campamento.

—¿Crees que podrán hacer algo para detener al Campamento Jupiter?—pregunté escéptico.

—¿Qué? ¿Acaso no crees que los griegos puedan resistir una pelea contra ustedes?—Connor pretendió estar ofendido—claro que podemos, Elizabeth pateando tu trasero constantemente es prueba de ello.

—¡Ja! Ella no patea mi trasero solo le hago creer que puede—me defendí.

Elizabeth rodó los ojos—Claro—comentó—Casio acerca de...tu asunto, creo que deberíamos consultar a Annabeth sobre eso.

Me cruce de brazos—No creo que sea buena idea...

La chica imitó mi gesto y se cruzó de brazos, sostuvimos la mirada esperando que uno de nosotros desistiera, debo admitir que una pelea de miradas con Elizabeth es algo aterradora la mirada de la chica era muy parecida a las de las estatuas de Diana en el campamento romano, como si en cualquier momento la estatua fuera a saltar de su pedestal, cazarte y colgarte como decoración en su altar.

La última hija de Artemisa-Una antigua profecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora