El desafío

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Elizabeth P.O.V:

No voy a mentir estuve asustada por un total de cinco segundos, el total de segundos que me tomó encontrar una roca de la cual agarrarme. Abrí los ojos y me vi sumergida en oscuridad, si pudiera hablar bajo el agua como Percy gritaría algo como "¡Lupa tienes que estar bromeando!". Al parecer había calculado mal, la invitación de Lupa a que yo formara parte de la legión romana había caducado.

<<¿Tan rápido dudas de mi?>> la voz de Lupa retumbó en mi mente.

<<No pero verás no es fácil confiar cuando estoy ahogándome en el Tiber>> Contesté.

<<Elizabeth tenerte en nuestra legión seria una ganancia para los romanos. Pero debes saber algo>>.

Si pudiera rodar los ojos bajo el agua lo habría hecho, detestaba cuanto le encantaba el misterio a las criaturas y dioses, ¿porqué no pueden simplemente hablar sin rodeos?

<<¿Qué cosa?>>

<<Has evadido la muerte antes pero aquellos dioses que se encargan de llevar a las almas al inframundo están detrás de ti, no dejarán que evadas tu destino...tienes una prueba muy grande al final de esta misión y si la pasas ayudarás a tus amigos y al destino del mundo. Pero te costará la vida>>.

<<Algo muy importante para decir cuando estoy apunto de morir ahogada>>.

<<El Tiber solo te dejará cruzar si aceptas tu destino>>.

Asentí, luego me di cuenta que era tonto asentir en esa posición <<No sé porqué el tonto Tiber tiene que preguntar, siempre haré lo necesario para garantizar el bien de mis amigos>>.

Acto seguido el rio se partió en dos, caí al suelo y respiré como había estado deseando hacer desde que el río intentó arrastrarme con toda su fuerza. Al otro lado vi a Casio saltar al pedazo de tierra seca que dejó el Tiber al descubierto, a pesar de que la caída debió ser dura corrió a mi lado.

—¿Estás bien?—me ofreció su mano para ayudarme la cual tomé agradecida—creí que tendría que buscar tu...creí que te ahogarías.

Si no fuera por las horribles noticias de Lupa hubiera reído—Vamos Casio, se necesita más que un río para detenerme—intenté darle una mirada que lo tranquilizara pero supe que tuvo poco efecto.

—Salgamos de aquí ¿de acuerdo?

Dejé que Casio me guiara fuera del río donde ahora nos esperaba un grupo de cinco romanos los cuales nos guiaron a través de la ciudad hacia su preator. La ciudad romana, la original, era hermosa con una cantidad incontable de estatuas y casas que habían sobrevivido con todo pronóstico al desgaste del polvo y el tiempo, tan bien cuidada que resplandecía como si fueran nueva. Creí que cuando llegáramos a la legión solo nos toparíamos con filas interminables de soldados en un campamento de tierra donde lo único que importaba era hacerse más fuerte para eliminar al enemigo el día que se necesitase, en su lugar observé con una nostalgia que nunca antes había sentido a las familias viviendo en esa legión, donde en lugar de tierra había caminos adoquinados, edificios clásicos de la época romana, familias sentadas frente a su casa platicando, cenando o jugando. La legión se alzaba entre colinas como puntitos de luz que parecían hacer un espejo del cielo, era hermosa y se respiraba paz, una que ahora sabía jamás podría disfrutar.

En el centro de la ciudad se alzaba un edificio similar al Partenón, aunque me imagino no tan grande e imponente, en su interior en una larga mesa de roca se concentraban los lideres de esa legión en el festín más grande que jamás haya visto, a su alrededor en mesas mucho más pequeñas y con comida menos apetitosa se encontraban soldados cenando. A nuestra llegada un romano corrió con un pequeño pergamino a la mesa de los jefes se inclinó y se los entregó, el líder un hombre viejo con el cabello blanco y demasiadas arrugas en la cara se lo arrebató sin siquiera mirar al chico y lo empezó a leer, los romanos en la mesa junto a a nosotros nos miraron confundidos, uno agarró su lanza y se colocó en posición para lanzarla a cualquiera de nosotros. Casio me tomó de la mano, no me atreví a mirarlo ya que todos los sentimientos por la revelación de Lupa seguían en mi interior, listos para explotar en un mar de lagrimas cuando tuvieran la oportunidad.

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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La última hija de Artemisa-Una antigua profecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora