outside {Rickorty}

[capítulo uno: tormenta]

— Nos vemos el lunes, subnormales.

Sonó el timbre, los alumnos recogieron sus cuadernos y abandonaron el aula. Menos una. La chica pelirroja registrada bajo el nombre de Summer, que dejó sus libros de matemáticas perfectamente apilados al lado de un cuaderno con los acertijos que su maestro de lógica ponía en el pizarrón antes de empezar la clase para ganar un punto extra.

La  materia impartida por el señor Sánchez era la favorita de la adolescente, cada clase era algo diferente. Sus compañeros, por lo contrario, les aterraba y preocupaba tener a Rick como maestro. En los pasillos del instituto se hablaba sobre él: que había matado a alguien, que estaba lleno de secretos, que casi todas las maestras y alumnas (y algunos alumnos) querían con él.
Al pasar el tiempo, el mayor solicitó el cambio de materia de LENGUA Y DIALECTO por MATEMÁTICAS AVANZADAS donde se sentia más cómodo en vez de enseñar a adolescentes a hablar y poner acentos y aumentaba el respeto o miedo que le provocaba a los alumnos.

— Señor Sánchez, — Se acercó al profesor con una caja de todas mientras él guardaba sus papeles en su maletín. — creo que ya resolví el acertijo de esta clase.

— ¿Ah si? — Se volvió hacia ella y cruzó los brazos. — Veamos, Smith. Eres la que siempre intenta resolver mis acertijos y no lo logras, ¿Hoy harás el cambio a tu trayectoria de desdicha?

Respondió con una mirada molesta. Dibujó en la pizarra nueve puntos como los números del 1 al 9 en el teclado del teléfono. El acertijo era unir los nueve puntos con cuatro líneas sin levantar el lápiz. Los que intentaron hacían cinco o seis líneas. Summer pensó que sabía la respuesta, pero tras intentos fallidos solo obtuvo burlas por parte de Rick.

— ¡Es imposible! — Reaccionó 10 minutos después de la hora de salida. — ¡Esto ha de ser engaño suyo!

— Soy tramposo, pero... — Tomó la tiza y dibujo el acertijo tras la respuesta. — Hoy no, es pensar fuera de la caja, Smith.

Rick regresó a guardar sus cosas para volver a casa. Summer escribió la respuesta y sacó un cubo Rubik desordenado, alcanzó al profesor en la puerta.

— Le apuesto a que lo arme en el fin de semana, yo duro unos 15 minutos y quiero saber en que tanto lo arma usted. — Extendió el brazo.

— Se supone que yo soy el que deja la tarea, — Arrebató el cubo. — pero acepto, si tú resuelves este acertijo.

— Dígalo... — Saco una hoja y pluma.

— Dibuja un triángulo hecho de 10 cerillas, así como las pirámides jerárquicas, ¿Sabes cómo? — La chica asintió mostrando el dibujo. — Bien, tienes que mover solo tres cerillas para poner el triángulo de cabeza.

— ¿Solo tres?

— Solo tres, y como sé que no buscarás la respuesta en internet, haré tu cubo sin despegar las estampas.

Estrecharon las manos firmando su contrato y salieron de la escuela. Rick subió a su auto he hizo la misma llamada de sus viernes después de clases.

— ¿Hola? — Respondió la voz femenina.

— Hola, Uni, — Dijo dulcemente. — ¿Qué te parece que te lleve un café de avellanas?

— Muy romántico, Rick, — Contestó Unity. — pero iré a visitar a mi madre...

— ¡Déjala plantada! — Interrumpió. — He visto que lloverá toda la tarde y te congelaras el trasero.

— Por eso me iré antes de la tormenta, Sánchez.

Rick gruñó molesto. De verdad quería pasar la noche con Unity, su vecina desde hace poco, con la que tenía aventuras los fines de semana cuando ninguno trabajaba. Era más sexo que sentimientos. No había interés por conocerse, solo diversión.

— Llegaré el domingo por la tarde, quizá podríamos salir.

— Bien.

Colgó el teléfono y fue a hacer sus compras para después conducir por la carretera a las afueras de la ciudad. 15 minutos después llegó a su casa. No era arquitecto, pero conocía a uno muy bueno que diseño la casa de Rick de un solo piso pero con un terreno considerable, sala y cocina amplia con un baño grande, una habitacion, un estudio y afuera un cobertizo para herramientas donde guardaba la madera para la chimenea.

Rick aparte de impartir una cátedra le gustaba estar lejos de los demás, y que mejor forma que construir una casa con un bosque como patio trasero. No era una reserva natural por lo que en días fríos el señor Sánchez podía ir a cortar leña para encender su chimenea.

Esa tarde se puso jeans, una chaqueta y botas. Volvió a su estudio con sus papeles escolales e intentó descubrir el rompecabezas del cubo Rubik de Summer. Afuera ya se estaba nublando, pero Rick no se percató hasta que empezó a llover.

Salió por la puerta corrediza hacia el cobertizo por unos trozos de leña para calentar la casa.