[capítulo diez: madre]

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Narra Morty.

— Hazlo pasar. — Dijo mamá.

Papá salió de la oficina para verme con una sonrisa extraña, no sabía si que mamá haya querido verme sea algo bueno o todo lo contrario. Me quitó las esposas y me empujó hacia el interior de la habitación.

Colores pastel.
Libros.
Peluches.
Aroma a vainilla.
En el momento me parecía lindo, ahora me doy cuenta de lo anormal que una doctora especializada en biotecnología sea tan afectuosa y amigable.

Morty. Se levantó y jaló la silla frente a su escritorio invitando a sentarme.

La-lamento lo que p-paso. Me senté  y ella hizo lo mismo del otro lado del escritorio.

Se que no haz sido tu cariño. Me lo esperaba de Morty Veinte.

No, f-f-fui yo.

— Por favor Morty, soy la última persona a la que puedes mentirle. — Puso los codos sobre el escritorio. — Conozco cada fibra, cada célula y cada molécula de tu código genético. Escúchame Morty...

— Diecinueve. — Interrumpí.

— ¿Qué?

— Somos dif-f-ferentes, todos. Llamame Diecinueve.

Mamá levantó la ceja. Creo que voy a pagar caro por ese simple hecho de rebeldía.

Hasta este momento, pensé que la risa psicópata con la que me respondió Beth sería uno de los sonidos más aterradores estando en la casa.

— Bueno Diecinueve. — Paso su mano por su rostro hasta acomodar su cabello  para continuar. — El punto aquí es que no esta bien que cubras a tus hermanos por algo de lo que no eres responsable, querido. Puedes llegar a recibir un castigo injusto y eso es lo último que quisiera que te pasara.

Dentro de mi sentía impotencia. Impotencia porque nadie escuchaba lo que decía y así como Dieciocho, intentaban protegerme. Soy capaz de cuidarme a mi mismo.

Sí, mentí. No quiero que ellos se metan en problemas. Incluso si ellos los causaron. Siento esa necesidad de protegerlos aunque yo sea el número central.

Apreté los puños, sentí el enojo dentro de mi pecho.

Me siento hipócrita, ¿soy hipócrita por proteger a mis hermanos y por no querer que ellos hagan lo mismo? Rayos estoy confundido y enojado. Es gracioso, ¿debería reírme? Esto es incomodo. Me siento súper incomodo.

¿Es demasiado obvio? Me muerdo el labio con la esperanza de que me de una respuesta. Muevo los ojos de un lado a otro y juego con mis manos.

Mamá deja de lado su discurso maternal de "solo quiero lo mejor para ti" para analizarme con su estúpida mirada analítica de doctora.

— Interesante.

— ¿Qué coño estas viendo, eh? Sabemos que s-s-somos clones. Todos lo sabemos. ¿Q-q-qué esperaban? Somos tres personas exactamente iguales, — Me levante de la silla y comencé a caminar por la habitación, realmente me siento furioso. — con los mismos recuerdos, hasta la ropa.

— ¿Qué más, Morty?

Volví mi vista a ella y sentí un horrible miedo creciendo dentro de mi como una enredadera. Subía desde las puntas de mis dedos hasta las fibras de mi cabello.

— L-l-la verdad l-l-lo siento, m-mamá. N-no se que me esta pasando. Me siento molesto pero al mismo t-tiempo — Mis ojos se llenaron de lágrimas y se quebró mi voz. — t-tan triste.

Regresé mi confundido trasero a la silla y desabotoné mi pantalón, de un momento a otro sentí como me apretaba.

— No puedo creer que pase tan rápido. — Se levantó y jaló mi silla para incarse frente a mi, aún me analizaba y me empezó a tocar el rostro como midiendo mi temperatura igual que mi ritmo cardíaco.

— ¡Wow! ¿Q-q-qué estas haciendo? — Debo admitir que esa posición era demasiado extraña para mi.

Abracé mis piernas sobre el asiento alejándome un poco, pero al hacer esto, sentí como un puñetazo en mi estómago que me dobló de dolor. Inesperadamente sentí la silla humedecerse.

No puede ser, ¿Me orine?

La verdad es que no. Pero ese mismo sentimiento me hizo despertar

— ¿Pero qué...?

Levanté las sábanas y el pantalón para descubrir mi bóxer, aún tenía tiempo, por lo que me puse de pie y corrí al baño.

Para mi suerte desperté antes de ensuciar la cama de Rick. Es más que obvio que no le diré nada de esto. No le afecta el saber o no.

Enrollé papel sanitario y lo acomodé sobre mi ropa interior que solo tenía unas cuantas gotas.

Caminando de regreso a la habitación, las palabras de mamá resuenan detro de mi cabeza siempre que pasa lo mismo, así como mi confusión y mi inocencia al enterarme.

Cariño, no te preocupes esto es normal, pero tenemos que ir a la sala de consulta para recostarte y ponerte una intravenosa porque Diecisiete murió desangrando y...

¡D-d-desangrado! — ¿¡Qué mierda esta pasando!? ¿¡Intravenosa!? ¿¡Diecisiete!? — ¿¡P-p-pero por qué!? ¿Qué me esta pasando?

¡Escúchame! — Detuvo mi cara con ambas manos. — Después te explicaré como funciona tu ciclo hormonal pero justo ahora hay que ir al cuarto de consulta.

— ¿¡Ciclo hormonal!? — Ahí recapacité.

— Morty, tienes vagina.

Aquella fría y solitaria noche fue la primera vez que tuve mi periodo y fue cuando descubrí cual es la diferencia entre pares y nones.

Dormí en la sala de consulta hasta que todo pasó. Mis hermanos no tenían porque saberlo, es lo que me dijo Beth, pueden atentar contra mi integridad y los días que volviera a mancharme volvería a dormir en otro lugar.

Era mi secreto.

Y sigue siendo mi secreto.

outside {Rickorty}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora