[capítulo nueve: pelea]

1K 206 12
                                    

Narra Morty.

— ¿Un señor? — Preguntó Dieciocho con un tono de incredulidad. — ¿Crees que nuestros padres nos clonaron para vender nuestros órganos?

— No, no lo creo, lo se. — Respondió muy seriamente. Se sentó en mi cama con los pies colgando frente a Dieciocho. Yo me acomode de la misma manera a su lado, sin comprender nada de lo que hablaban. — ¡Los órganos de chicos de 16 años se venden en el mercado negro!

— ¿Y no es más caro hacer clones que fabricar solo los órganos? — Se cruzó de brazos.

— ¿Quieres dejar de interrumpir?

— ¿Mercado negro? ¡¿Y tú qué sabes del mercado negro?! — Se levantó retando a Veinte. — ¡Todos tenemos los mismos recuerdos! ¡La única diferencia es nuestra marca en el pecho! ¡Como si fueramos animales! ¡Somos iguales! — Dió un empujoncito sobre su hombro tratando de verse superior.

— ¡Tal vez mis recuerdos son más inteligentes que los tuyos! — Correspondió a la agresividad de Dieciocho y se levantó. — Al parecer, mejoraron mucho como me crearon a mi a como te crearon a ti.

Dieciocho le dió una bofetada a Veinte. No pasó mucho cuando Veinte le lanzó un puñetazo a Dieciocho y lo hizo caer sobre la cama ligeramente aturdido. Yo salté y me interpuse ante Veinte defendiendo a Dieciocho .

— Hazte a un lado Diecinueve .

Lo miré pidiéndole que se detuviera. Me estaba muriendo de miedo. Es tan extraño tenerme miedo a mí mismo. Estaba apunto de partirme la nariz con mi propio puño. Creo que Veinte se dió cuenta del miedo que me estaba haciendo sentir y bajo el puño. Para nuestra mala suerte entró papá al cuarto. Miró a Dieciocho y la sangre acumulada en su mejilla derecha igual que en la de Veinte . Esto no va a acabar bien.

— ¿¡Pero que carajos está pasando aquí!?

— Nada. — Dijo Veinte que dió unos pasos para atrás y tropezó con mi cama, cayendo de sentón.

— Ustedes dos vienen conmigo.

Papá jaló a Dieciocho y Veinte con dirección a la puerta. Esa fue la primera vez que me preocupe por la vida de mis dos hermanos.

— E-espera, ¿A d-dónde l-los llevas?

Jerry ya había abierto la puerta y había empujado a Veinte fuera de la habitación. Dieciocho me miró como si nunca nos volveríamos a encontrar. Mis ojos se llenaron de lágrimas pero no permitiría que se llevara a mis hermanos.

— Tu espera aquí Morty, solo vamos a hablar con ellos. Le contaré a tu madre para que... Hable con ellos.

— ¡No por favor! Y-y-yo los golpeé.

— ¿Qué? — Dijeron los tres al mismo tiempo.

— Y-yo le pegué a Dieciocho y a Veinte. — No sé que mierda estoy haciendo. — Y-ya se q-q-que s-somos clones, y-y que quieren vender n-nuestros órganos.

— ¿Eres Diecinueve?

— Si.

— Perfecto, — Dijo papá, pero se escuchaba más molesto que complacido. — tú vienes conmigo.

Volvió a empujar a mis hermanos al interior del cuarto y a mí me jaló de la ropa. Ya estando afuera escuché como Dieciocho corría hacia la puerta para evitar que se cierre pero Jerry lo logro antes de que él llegara.

— ¡Diecinueve! ¡Diecinue...! ¡Diec...!

Escuché como la voz de Dieciocho se iba perdiendo en lo que papá me guiaba por los pasillos a donde estaba la oficina de mamá. ¿Qué estará haciendo despierta a estas horas? ¿También habrá escuchado los ronquidos de Veinte?

En la entrada estaba una silla en la que Jerry me puso unas esposas en la mano derecha para que no me fuera corriendo, me dejo afuera en lo que le contaba a Beth lo sucedido.

— ¿Adivina quien comenzó una pelea a la mitad de la noche? — Anunció papá al entrar.

— ¿Nisiquiera llevan un día despiertos y ya se pelearon? — Respondió mamá con notorios aires de superioridad. — De seguro fue Morty Veinte, tiene menos testosterona.

— No, no fue Veinte, fue Diecinueve. — Escuché como lo mencionaba como si hubieran hecho una apuesta en donde mamá había perdido. Así como también la escuché razpar la silla contra el suelo, como si se hubiera levantado muy deprisa.

— ¿Cómo que empezó Diecinueve?

— Te dije. El problema siempre está en los números nones. ¡En lo que le haces a los números nones!

— ¡Tengo autorización para hacer lo que quiera con mis experimentos! — Mamá se comenzó a escuchar amenazante y predominante. — Cuando tú sepas cómo ensamblar ADN para crear copias exactas de Mortys, puedes venir y gritarme lo que quieras, pero sigues siendo un simple guardia de seguridad, así que no te metas con mis trabajo.

Mamá se tranquilizó para proseguir.

— No sabes cuánto batalle para que me autorizaran... Hacer diferentes a los nones.

¿Diferente? ¿Por qué soy diferente?

outside {Rickorty}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora