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El mapita de habitaciones que Namjoon había dibujado en un ticket mal doblado de una tienducha de snacks hawaiianos había supuesto un fin terrible que Jungkook ya había previsto.

De modo que cuando el azar decidió deliberadamente hacer que Jungkook compartiera una habitación matrimonial con su enemigo acérrimo de aquellos últimos días, lo primero que hace es ignorar la carcajada irónica de Jimin a sus espaldas.

Tras ello se apresura hacia su cuarto, mientras el resto de chicos envidian su posición y admiran las vistas del pequeño departamento paradisiaco.

Siente las pisadas de Jimin detrás suyo, sí, sí, mirando a Jungkook fijamente como si su espalda fuera el blanco perfecto mientras espera con ansias que el chico la cagase.

Pero no va a suceder.

El perímetro está rodeado de cámaras en su plenitud y, a pesar de que Jungkook es consciente de que cualquier escena incómoda será eliminada durante la edición para no dar lugar a malentendidos entre la audiencia, prefiere no dar de qué hablar al staff.

Jungkook resopla al contemplar la habitación que compartirá con Jimin los próximos días. La cama es amplia, pero no lo suficiente como para no tocarle por las noches sabiendo lo inquieto que él mismo puede llegar ser mientras dormía, y no le dará al rubio el beneficio de su tacto, ¡No señor!

-¡Me pido el lado de la ventana!- grita Jimin muy emocionado tirándose sobre el colchón amoldado- Fíjate, Kook, tenemos palmeras en el jardin. ¡Y un jacuzzi! Para bañarnos esta noche.

Jungkook se mantiene impasible mirando al frente, Jimin se sorprende al comprobar su indiferencia.

-Kook- intenta atraer su atención- Esto de las vacaciones está muy bien, ¿no? Para olvidarse de todo. Ya sabes, como en un mini-paraíso.

Jungkook esboza una sonrisa irónica sin decir una sola palabra, en cambio ignora a Jimin, y en vez de dejar sus pertenencias sobre su lado de la cama, toma una de las almohadas y las mantas y las coloca en el suelo, haciendo su lecho particular para evitar compartir su espacio con el insensible de Jimin.

Quizás se parta la espalda esta noche pero al menos su orgullo permanecerá intacto.

El rubio le mira muy desconcertado.

-No hace falta que hagas eso...

Pero antes de terminar su frase Jungkook ya ha cerrado la puerta en sus narices, dejando a Jimin hablando solo de lo agradable que resultaba este paraíso costero mientras Kook aún habita en su pequeño inferno cotidiano.

Las cosas no van a ser tan fáciles de arreglar con un chapoteo en el pacífico.

***

Jimin ha probado cientos de técnicas para sacar a Jungkook de su burbuja en los últimos días, y ya que no sabe qué efecto han tenido sus acciones en el menor, pensó que en cosa de dos días volverían a ser tan amigables como antes.

Jimin había aprendido de primera mano de Taehyung sus cientos de secretos para realizar una buena actuación delante de cualquiera, y las había empleado de maravilla con Jungkook. Hasta el punto de que resultó creíble al cien por cien, hasta el punto en el que ni siquiera le dio risa al besar su cuello y hasta el punto de que, a pesar de ser extraño y vengativo, no le desagradó.

Jimin había pensado que, simplemente, después de esto ambos sacarían la bandera blanca que sellaría la paz, pues al fin y al cabo, Jungkook no había actuado mejor. No puede evitar recordar la historia que leyó unos días atrás en aquella red social donde los usuarios se dedicaban a suplantar su identidad de idols y a poner sus propios selfies ridículos de foto de perfil junto con nombres de usuario referidos a sus penes, ¡vaya desvergüenza! Y se hacen llamar fans.

Kookmin's ArchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora