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Jungkook suelta una risita silenciosa antes de volver a correr por el pasillo sin contestar a Jimin, le arrastra haciendo que el chico prácticamente tropiece y Jungkook no puede evitar que miles de situaciones fantásticas sobre lo que pasará en la habitación se asomen a los lugares más recónditos de su imaginación.

-¿Kook?- pregunta Jimin dudoso mientras el otro abre la puerta de su habitación. Nunca ha estado tan nervioso y ansioso al mismo tiempo. Le gustaría ofrecer a Jungkook el beneficio de la duda pero no puede seguir utilizando su inocencia de respaldo.

Jungkook no le lleva allí a dormir.

Porque ambos están completamente desvelados a estas alturas. En todos los sentidos.

Jungkook agarra por la cintura a Jimin y le da besos el cuello, robándole carcajadas ahogadas por los dedos que le cosquillean en las costillas, cierra la puerta a sus espaldas con su pie y avanza hasta depositar a Jimin boca arriba en su cama con la mayor delicadeza posible.

No se molestan ni en quitarse los zapatos a pesar de que estar vestidos sobre la cama suponga uno de los pecados capitales para Seokjin.

Jimin trata de incorporarse con los codos prácticamente jadeando por la carrera hasta aquí. Podría bailar cuatro horas seguidas y su respiración no se agitaría ni una cuarta parte de lo que está ahora mismo.

Bailar está de puta madre pero le falta el factor Jeon.

Jungkook es impredecible y se termina colocando a horcajadas sobre él, repartiendo su cuerpo de manera perfecta con sus manos a ambos lados de la cabeza de Jimin. Se flexiona sobre él lamiendo su labio inferior, parece tener mucho que decir.

-Me vuelves loco...- admitirlo en alto hace que Jimin se tape los ojitos con la mano bajo la mirada lujuriosa de Jungkook. Se siente demasiado bien tenerle encima. Porque Jimin no había sido controlado así nunca antes y es sorprendente lo bien que se siente a su merced.

-Bichito...- susurra Jungkook observando y perfilando los labios de Jimin con la yema de su dedo.

-¿Desde cuando me llamas esas cosas?- Jimin deja que Jungkook continúe acariciándole la cara a pesar de estar muriendo de un ataque al corazón.

-Desde que me quedo sin adjetivos para expresar lo adorable que eres.

Jimin sonríe de oreja a oreja. Esa sonrisa plena que es un rayito de luz.

-Va... Explícame ya tu juego.

Jungkook se lleva una uva a la boca y alza las cejas, encantado de que a Jimin le encante a pesar de que aún no sepa su plan.

-Esto es así...- rueda una uva entre sus dedos que Jimin contempla con diversión bajo él- Te llevas una uva por cada promesa.

-¿Cuántas promesas tengo que hacer?- se revuelve bajo Jungkook.

-Solo quedan.... dos, tres...- cuenta- Cinco uvas.

-¿Cuando se acaben las uvas se acaban las promesas?

A Jimin no le gusta demasiado la idea de prometer, pero sí que quiere uvas... Uvas y lo que sea que venga después. Ademàs... supone que después de esta noche debe algo así a Jungkook. Y está deseando saber qué tipo de promesas le presentará.

-No tiene porqué- Jungkook sonríe ladino. Se agacha para estar más cerca de su boca- Podemos buscar otras alternativas...

-¿Y si no quiero prometer?- susurra Jimin.

Jungkook inclina la cabeza mirando a Jimin fijamente, alza una ceja y pone una expresión que denota "castigo contra el muro".

-¡Jungkook!- Jimin abre la boca por la perversión de Kook y le golpea indignado con la almohada- Va, empieza.

Kookmin's ArchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora