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Cuando Jimin despierta enmarañado en el paracaídas y en estado de shock no sabe qué es lo que más le preocupa: las ramas que tiene clavadas en el culo o el puto pájaro dodo que le mira desde la copa del árbol.

-¡Maldita sea!- se queja por el dolor de su espalda -¡Y tú que miras! ¿No te habías extinguido?

Tira una de las frutas del exótico árbol, similares a cerezas, hacia el pájaro con el fin de espantarle, pero es en vano. Y entonces reflexiona sobre qué coño hace atrapado en la copa de un árbol. Y qué respuesta podía ser sino Jungkook.

Jungkook.

Últimamente es él quien se acredita todos los méritos de sus desgracias. Pero esto ya es el colmo. Ha puesto la guinda sobre el pastel al literalmente tirarle al vacío contra su voluntad. El paracaídas se abrió a medio camino, sí, pero sin bastarle con eso, Jungkook pensó que sería mucho mejor idea aterrizar sobre un bosque de secuoyas gigantes que en un terreno llano. ¿Sabes cuál fueron los argumentos que utilizó en el aire antes de desviar su peso y el de Jimin hacia una muerte segura? Que le gustaba más el paisaje de la derecha.

Jimin no tuvo que sufrir el aterrizaje ni el golpe contra el árbol, porque se había desmayado nada más caer, y no sabe si eso le tranquiliza o le hace aumentar sus ganas de pisar la cabeza de Jeon Jungkook y decir lo mucho que le odia.

Pero, espera, si Jimin está en la copa del árbol y Jungkook no está colgando a su lado, entonces ¿donde está?

Jimin mira abajo, ha olvidado el pequeño detalle de estar colgando a más de diez metros del suelo y por tanto le entra el vertigo. Pero aún más vertiginosa es la vista cuando se encuentra a Jungkook literalmente estampado contra el suelo, visto desde arriba como Patricio Estrella.

Traga saliva.

-Jungkook- dice inseguro, se agarra con fuerza a una rama para no caer -Deja de hacer el idiota y ven a sacarme de aquí.

Jungkook siempre le hace creer que se ha roto el tobillo cada vez que tiene una caída en los bailes, y Jimin se emparanoia corriendo a buscar vendas y antinflamatorios cuando en realidad la única intención del maknae es recibir un masaje de pies.

Es como el cuento del pastor y el lobo, Jimin ya no le cree ni loco. Menos cuando está tan cabreado como ahora.

¿Y si sus sesos están aplastados como una tortilla? Ay, Dios Mío. No se le mueve ni un músculo. Podría tener un codo dislocado por la posición de su brazo. ¿¡Y qué es eso?! ¿Es sangre? No. No. Son unas de esas frutas rojas que se han caído del árbol, ¿verdad?

-¿Jungkook?- lloriquea- No me fastidies...

Llega a la conclusión de que tendrá que arreglárselas para descender solo. Taehyung sabría qué hacer en esta situación, pero cuando mira el cielo observa el helicóptero bastante lejos y además su walkie talkie está fuera de uso.

Jimin no ha tenido tanto miedo desde que un grupo de ARMY consiguió infiltrarse en su habitación de hotel.

El terror le inunda el pecho cuando se abraza al árbol como un koalito, aterrado ante la posibilidad de caer desde el elevado tronco a medida que se va deslizando hacia abajo milímetro a milímetro. Quiere ir más deprisa, pero no puede. Obviamente la ejercitación de sus muslos por el baile le permite aguantar el agarre alrededor del tronco, pero no piensa mucho en la resistencia porque la vista ya se le ha nublado por llorar, porque se teme lo peor respecto a Jungkook y la posibilidad de haberse roto las cervicales y no poder bailar en meses.

¿Y qué coño le importa bailar, siendo francos? Cualquier pensamiento de planes futuros de empresa que Jimin tenga se han vuelto completamente superfluos cuando ha colocado a Jungkook boca arriba y ha visto su rostro sin color. Los coreanos pagarían por saber cuál es el tratamiento blanqueador de Jungkook.

Kookmin's ArchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora