Requiem for a Blue Jean [Billy Hargrove]

El sonido de las cosas al caer

Por cada sujeto que no lee la nota al pie, se muere un Billy en el mundo. Ahre.
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✘Narra Billy✘
15 de abril de 1991

Me desperté de un sacudón al oír la puerta ser azotada con fuerza, en ese momento me di cuenta de que me encontraba en el sofá y mi movimiento brusco había echo caer a ambos niños quienes dormían en mi regazo al suelo. Tenía a Leah tomada del brazo, pero Benjamin se encontraba completamente en el suelo y a pesar de que no estuviese llorando tuve un pequeño remordimiento acerca del acto.

—Fue un accidente ¿Si? Tendrás miles de esos golpes, ya no me mires así —Respondi mientras dejaba a la niña en el sofá observando como Benjamin me veía con ambos ojos azules bien abiertos sin entender la situación.

—¿Billy? —Le oí bramar mi nombre desde la puerta, oí su voz con tanta claridad que un escalofrío me recordó cuan bien me sentía al oírla cerca de mi.

—En la sala, princesa —Anuncie acomodando a mis niños en el sofá simulando que nada había pasado. Ella me observo desde la puerta reprochándome con su mirada, pero a la vez, reteniendo una incontenible sonrisa graciosa. Benjamín le miraba como si intentara decirle lo muy confundido que estaba ante la situación. Maldito niño.

— Lo has hecho de nuevo ¿Cierto? —Soltó intentando con todos sus ánimos contener la risa. Asentí avergonzado.

—Es tu culpa, si no me dieras sustos podría... —Me puse de pie dejándole paso para que corriese a besar mis labios, le sonreí con orgullo y despeine su cabello. —También te extrañe, zorrita.

Sonrió como una niña pequeña, su típica sonrisa, y me esquivó para sentarse junto a los pequeños para colocárselos encima. No sin antes lanzarme a las manos una caja alargada, celeste, con algo suelto dentro.
Mis ojos se cristalizaron al encontrar en el interior un dispositivo con dos rayas celestes bien destacadas en él.

—Pensé que no irías a llorar en estas circunstancias.

—Pensé que esto se detendría en el número dos —Me carcajee sensible secando las lágrimas que se escurrían por mi rostro y tome asiento a su lado tomando conmigo a un inquieto Benjamín. —Te extrañe ¿Sabes?

•Narra Leslie•

Habíamos llegado a Arizona hacia ya más de tres horas, tras hablar con mi tía Alison acordamos buscar por separado en la gran ciudad. Cabía mencionar que había intentado en dos ocaciones localizar a Aiden mediante mis dones, muy fallidamente ya que bien sabía que él podía inhibirme con facilidad, intentaba pensar que estaba utilizando un bloqueo mental por protección y no que le habían lastimado. No quería imaginarme una situación en la que él se encontrase inconsciente, pero lastimosamente a mi cerebro llegaban como ráfagas pensamientos acerca del estado en el que podría encontrarse mi hermano menor en ese momento, situaciones en las que corría completo peligro.

Tenía poco claro a estas circunstancias como le encontraría, incluso si lo haría o no.
Más aún me preocupaba cómo estaría en este momento, esperaba que no sufriese, por nada del mundo. Pero el miedo a ello me carcomía las entrañas.

La noche se avecinaba, y me rehusé a detenerme estando allí, de las miles de posibilidades que a Billy se le ocurrían en esas circunstancias yo tenía algunas muy diferentes. No podía develarlas, por lo tanto, siendo las tantas de la madrugada, mientras todos dormían, tome una linterna y me escabullí por los pasillos de la residencia hasta dar con la puerta de salida trasera, la puerta que daba en dirección al bosque en el que, tras buscar por varios lugares con mi sexto sentido, encontré un pequeño ingreso al mundo intermeditetraneo.
Utilizándolo con fuente de energía me sumergí en mi mente, intentando entrar por tercera vez en la mente de mi desaparecido hermano. Entre en pánico, nuevamente.

Maldecía el ser tan idiota y pedía perdón en voz baja, una y otra vez rogando a quien sabe quien que protegiese al pequeño. Desbordaba de lágrimas, sin embargo no me rendí.
Utilice diferentes factores, códigos, normativas, códices e incluso patrones de los cuales ninguno me teletransportaba a la mente que quería realmente.

Pude conectar nuevamente con Once, mandándole una señal directa de mi mente a la suya con la imagen de Aiden. Y volví a hacer lo mismo con el 008 quien se encontraba aun en compañía de la niña.
Por supuesto no falto contactar con los demás experimentos, encontré que el 003 y 010 no estaban vigentes, al igual que la mente de Aiden podían encontrarse inconscientes, muertos o con un bloqueo mental.
Casi ahogo a 006 quien se encontraba en alguna playa de aguas cristalinas realizando surf, pero me asegure de mantenerle consciente para recibir mi claro mensaje.
007 trabajaba cuidando el jardín floral de una gran casa cuando recibió mi mensaje, a diferencia de los demás, él pareció tolerar mi don mejor que los demás, cosa que me sorprendió. Hasta pude percibir una cálida confianza rodearme cuando en su mente me colé.
El 004 se encontraba tocando una guitarra, por sus manos percibí que era un hombre, el instrumento cayó al suelo, pero antes de que el sonido me desligase de sus fibras envíe el cometido a su cerebro.
005 fue el último.
A saber por qué le deje al final, cuando en sus ojos me metí lo primero que vi fue la nítida imagen de sus manos sosteniendo un papel en el que bien se leía el plumón negro con indicaciones: "Camarillo State Mental Hospital California. Búscame Matheus Sixx".
A su frente estaba sentado él, mirándole fijo, sonriendo torcidamente.

Allí estaba un desfasado Aiden.
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Holius!
Bueno, les regalo este capituló básicamente para anunciarles que...
ACABO DE PUBLICAR LA PRIMER NOVELA DE MAGNUS NIELSEN EN ESPAÑOL DE WATTPAD.
Si si si si, y para celebrarlo, les dejo este capitulo.
Es una novela que vengo editando desde hace ya por lo menos un mes y en la que realmente vengo poniendo todo mi empeño y mente así que les invito a leerla, tipo, no hace falta ver la serie para entender la novela pero si de que se trata.
La encuentran en mi perfil como: You Are My Secret.
Bueno, comenten, voten, y un gif partido en dos de Magnus que me encanta de regalo ❤️