Blue Blood: el destino de la familia real corre peligro

"El bosque de los Lycans."

Capítulo nueve.

Llegó el día del curso de defensa personal, liderado por Nick y Frank, y tomado por todas las personas que habitaran en la academia. Consistió en aprender a identificar los enemigos de nuestro hogar, qué aspecto podían tener y de qué manera podían camuflarse. También aprender a identificar qué tipo de arma era mejor para cada uno de nosotros, y a mi personalmente me encantaba la pistola con balas inteligentes, que impactaban justo en el pecho del enemigo y lo hacía polvo en segundos. Ya estaba sonando como toda una mercenaria.
Al principio Grace pensó que era una mala idea, pero terminó siendo persuadida por nuestros maestros y ahora estábamos todos apuntando hacia objetivos hechos con paja y restos de tela.
Para todos fue un entrenamiento fructífero, todos aquellos que no tenían idea de cómo tener un arma en sus manos ahora disparaban a la perfección, y en nuestro caso, la guerra fue de mucha utilidad, solo tuvimos que mejorar nuestra puntería y precisión.
La clase fue todo un éxito, todos los alumnos quedaron satisfechos con la lección y pidieron a Frank y Nick una segunda sesión muy pronto, ellos accedieron con gusto.
Días después, luego de asegurarle a los chicos que estaba bien y en capacidad de defenderme pude ir a dar un paseo por el bosque de los Lycans, sin embargo Grace preocupándose por Ónix y por mí, decidió enviar a dos de los guardias que el concejo nos habían suministrado desde hacía aproximadamente un mes.

—¿Segura que no quieres que vaya contigo? —Preguntó Frank con evidente preocupación.
—Relájate, además estaré en el bosque de los Lycans, tendré cuidado.
—Suspiró y me besó con suavidad— Bien, te amo.
—Sonreí— Te amo.

Emprendimos el viaje y al llegar a los límites busqué con la mente al Lycan que custodiaba la entrada, el cual apareció entre los árboles con un aullido potente.

—Señorita, sea usted bienvenida al bosque, ¿Quiénes son sus acompañantes? —Dijo la voz del Lycan en mi mente.
—Guardias del Concejo Vampírico, no darán líos ni perturbarán él equilibrio de la naturaleza.

O eso esperaba.

—Muy bien. Adelante.

Nos adentramos al bosque y comencé a acariciar las hojas de los árboles, los colores se veían mas claros y recordé que en aquel lugar fue la primera vez que Ónix se manifestó haciéndome colapsar en pleno bosque.

— Pronto podrás ver esto conmigo, querido hijo.

Entonces sentí una pequeña patada y la identifiqué como una respuesta afirmativa, tenía un bebé muy inteligente y aún no había nacido.

El sonido de un golpe seco me hizo salir de mis pensamientos.

—¡Señorita, cuidado! —Gritó uno de los guardias cuando alcancé a ver una rama volando hacia mí, apenas logré esquivarla y busqué con la mirada al responsable.

El otro guardia cambió de forma y un tatuaje de dragón apareció en su rostro, sus ojos tomaron un fuerte color escarlata y sus colmillos brotaron, noté al instante su aura roja y lo supe: era un Black Hunter. Lo sabía.
Usé mi telequinesis para tomar él tronco que había lanzado sobre el otro guardia, quien tenía una cara de sorpresa que me dio a entender que al igual que yo, no sabía cómo habíamos llegado a esto.
Al quitárselo de encima, lo lancé contra el agresor el  cual voló varios metros, y se impactó contra un árbol.
Cruzamos muchos golpes, y aunque los míos y los del otro guardia eran fuertes, era un mercenario muy resistente, sentía que Ónix hacía su mayor esfuerzo  para que pudiéramos vencerlo, pero comenzamos a quedarnos sin fuerza.

—Me senté con dificultad contra un árbol y suspiré— Necesitamos ayuda. —Dije en un susurro.

En cuestión de segundos y como por arte de magia, unos aullidos me hicieron volver a sentir esperanza, los refuerzos habían llegado.
Uno de los Lycans tomó al cazador con sus fuertes dientes y lo lanzó con furia contra un conjunto de arbustos, del cual se puso de pie dando tropezones, estaba a punto de caer inconsciente.

—Déjenlo vivo, tengo preguntas que hacerle. —Musité recuperando el aire.

El Lycan asintió y le dió un fuerte golpe en la cabeza con una pata, haciéndolo caer en un profundo estado de inconsciencia, qué hábil.

Me puse de pie y mi madre apareció con su pelaje gris y sus ojos azules me miraron con gentileza, cambió de forma y me abrazó con fuerza, mis ojos se llenaron de lágrimas y pensé en cuántas veces quise que mi madre llegara así, a mí rescate. Hubiera sido todo muy diferente.

—Viniste. —Dije en sus brazos.
—De ahora en adelante siempre estaré contigo, voy a protegerlos así tenga que dar mi vida. —Dijo acariciando mi cabello.
—¿Cómo llegaste tan rápido?
—Nuestro vínculo hace que sienta cuando uno de los dos está en peligro, por eso envié a un par de mis guardias para que te ayudaran lo más pronto posible.
—Gracias, mamá.
—No hay de qué. Ven, los escoltaremos de vuelta a la academia.

Nos encaminamos de vuelta y al llegar con los chicos el guardia y yo les contamos lo sucedido, tomaron al cazador y lo amarraron con fuerza a una silla en la oficina de Grace, teníamos muchas preguntas que hacerle.

Cuando despertó, nos miró con sorpresa y trató de escapar.

—No puedes huir, vas a tener que hablar.
—Pueden matarme si quieren.
—Tú lo pediste. —Dijo Nick y con una sonrisa retorcida dio un paso adelante, Tony lo sostuvo por la camisa y él suspiro, volviendo a su puesto anterior.
—Me acerqué a él y coloqué mi cabeza hasta su altura— Vas a decirme qué es lo que Gastón busca, ahora. —Dije hipnotizándolo, tardó unos segundos, pero finalmente su mente cedió.
—Tratan de evitar que la profecía de Galilea se cumpla, el bebé no puede crecer, cambiará la estructura de gobierno y ellos no pueden permitirlo.
—¿Por qué le ha de interesar a ustedes la forma de gobierno si son buscados por el concejo? —Preguntó Frank.
—Soltó una risa macabra— No nos buscan, nos delegan trabajos. Nosotros hacemos el trabajo sucio y ellos nos brindan protección, no van a poder vencernos.
—Lo haremos. Ten eso por seguro.
—¿Dónde está su guarida?
—No lo sé, siempre me he hecho pasar por un guardia del concejo, nunca he conocido a nuestro líder o su escondite.
—¿Cómo sabemos que dice la verdad? —Preguntó Aron.
—Volteé a mirar al cazador de nuevo, su pupila se distorsionaba y se mezclaba con el color escarlata de sus ojos— Dice la verdad, está hipnotizado.

—Bien, ¿ahora que haremos con él? —Cuestionó Tony.
—Puedo asesinarlo. —Dijo Nick de lo más tranquilo.
—Sin violencia, Nick.
—Podemos dárselo a los Lycans. —Propuso Harry.
—Los calabozos Lycan, me parece bien. —Dijo Grace— Llamen a Carol por favor.
Harry y yo unimos nuestro don y lo utilizamos para llamarla, llegó en menos de lo esperado y aceptó gustosa llevarlo con ella.

Ahora había mucho qué pensar, recién nos enteramos de la red de corrupción que existe en el concejo y tal vez por esto nos enviaron al dichoso guardia-cazador, no podíamos confiar en nadie más, a partir de ahora seríamos solo nosotros, por lo menos hasta que mi pequeño naciera.

***
Hola a todos.
Felices fiestas, ¿Me extrañaron? Espero que sí, por favor disfruten el capítulo, trataré de escribir lo más constante posible.
Nos leemos luego,
-Nana fuera. 💜