"Fine", parte dos.

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El tiempo de espera para la noche roja fue muy corto. Pero mis nervios me hicieron creer todo lo contrario. Aún no entendía por qué demonios estaba nervioso hasta que toqué la puerta de la habitación de Kiara. Demonios, era eso. Ella comenzaba a ponerme algo ansioso y fuera de lugar.

-Ahí, estás, pasa. -Dijo ella, dejándome pasar- En esa silla está tu ropa, avísame cuando estés vestido. 

-Oh, ¿no te quedarás a ver? -Dije con diversión y su rostro se tornó rojo- Ya deja de sonrojarte, no he dicho nada malo.

-Tú... -Suspiró con frustración- De verdad eres un patán. Apresúrate o llegaremos tarde. -Entró al baño y yo me acerqué a la silla que había señalado.

Un  traje formal pero sobrio de color negro descansaba en el lugar, sonreí en mis adentros y comencé a cambiar mi ropa. Luego de unos minutos la voz de la chica salió del baño.

-¿Estás listo?

-Sí, termino de arreglar el moño.

La puerta se abrió y con ella mi boca. Era un vestido largo, de color rojo y con encaje en las mangas, sobrio sin salir de lo elegante, se ajustaba perfecto a ella, se veía espectacular.

-¿Qué sucede?

-Estás... Eres hermosa.

-Su cara enrojeció de nuevo y soltó una risa nerviosa- Bueno, te lo agradezco mucho. Ven, déjame ayudarte con el moño.

Se acercó a mí y con sus manos delgadas acomodó el accesorio. En unos minutos más estuvimos listos para irnos.

-Tendremos que bajar 400 pisos.

-En realidad no, ¿estás listo para ser teletransportado?

-No.

-¡Perfecto! Eso quería oír.

Tomó mi mano, la suya estaba fría al tacto. Cerró los ojos y la habitación comenzó a oscurecerse.

-Abrió los ojos y se habían tornado azul eléctrico- ¡Telextransportiam!

Su voz retumbó en el lugar y la fuerza que nos arrastró me hizo cerrar los ojos con fuerza. Al instante, nos encontramos en la entrada de un bosque que se veía acogedor en su interior.

-Bien, funcionó. -Dijo orgullosa mientras miraba los árboles con las manos en su cintura.

-Me alegra que hayamos llegado en una pieza pero, creo que nos espera una fiesta, después de usted. -Dije abriéndole camino.

Mientras comenzamos a adentrarnos en el bosque, destellos de luz roja se veían volar a gran velocidad hacia la dirección donde la música se hacía más y más fuerte, eran las hadas engalanadas con vestidos de color carmín.
Al llegar al centro del valle me quedé impresionado con la escena que admiraban mis ojos. Antorchas de fuego rojo estaban distribuidas por todo el lugar, todos se movían al compás de la música que un Lycan de aspecto amigable ponía en el mezclador, elfos, hadas y duendes ayudaban a unas brujas a repartir diferentes tipos de bebidas y una mesa custodiada por dos ninfas del bosque estaba llena de bocadillos.
Era una gran fiesta, pero más que eso, noté que era el único vampiro aquí.

Kiara me hizo bailar, me llevó hasta el lugar donde todos estaban mostrando sus mejores pasos y comenzamos a bailar sin que nos importara si nos veíamos bien o mal, era divertido... Estar con ella era divertido.

Por accidente, choqué con un duende que me miró mal y comenzó a gritarme.

-¿Qué es lo que te pasa, cuál es tu problema?

Blue Blood: el destino de la familia real corre peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora