Su nombre será...

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Capítulo seis.

—Descansa amor. —Dijo Frank mientras me observaba fijamente.

—Tú igual.

—Y mi pequeño igual. —Comentó y reímos.

—Lo observé fijamente— ... ¿Ya has pensado en un nombre?

—La verdad no. ¿Tú sí?

—Tengo algunas opciones, pero quiero que ambos lo escojamos.

—Sonrió— Bien, ¿qué has pensado?

—... He pensado en Arthur... —Mi estómago sonó y supe que a mi pequeño no le simpatizaba ese nombre— Mm... Quizás Steve... —Mi estómago volvió a retumbar.

—Ya sé, digamos lo más original que se nos venga a la mente y lo decimos en voz alta, ¿Te parece?

—Okay. 1...

—2...

—¡3!

A mi mente llegaron las imágenes de cuarzos y cristales de mil colores, y entonces sucedió.

—Ónix. —Dijimos al unísono.

Frank y yo nos miramos y sonreímos, mi pequeño dio una leve patada y supe que ese sería su nombre... Un hermoso y original nombre.

—Entonces... ¿Estamos de acuerdo?

—Claro que sí.

—¿Escuchaste, pequeño Ónix? Ese será tu nombre. —Dijo Frank, agachándose y poniendo sus manos en mi estómago. Sentí cómo Ónix se movió y yo sonreí.

—Recuerda que te amamos, Ónix. —Dije y sonreí— Te estamos esperando.

Luego de aquella escena me despedí de Frank y entré a la habitación, no vi a mamá por ningún lado y había dicho que se quedaría conmigo esta noche, supuse que se había camuflado para ir a dar un paseo, aún hay muchas cosas de su don desarrollado que no entiendo, algo me dice que eso hace parte de su vínculo con nosotros, debía preguntarle cómo funciona.

Decidí ir a dormir. Cuando me recosté en la cama caí en un sueño profundo y extraño, comencé a tener una especie de sueño: ya no veía el hospital y el llanto, pero los ojos rojos se repetían en varias ocasiones, el sello se hacía más nítido, mientras una voz comenzó a hacerse más clara.

"Continúa con tu destino."

Me desperté de golpe y observé la hora, 2:30 am.

Extrañaba el calor de Frank cuando me despertaba sobresaltada y me abrazaba, diciéndome que todo estaría bien.

Una sombra me observaba desde las cortinas blancas, y sus ojos color sangre brillaban con más intensidad mientras una sonrisa torcida se formó en sus labios.

—Un placer volver a verte, Marietta.

—Abrí los ojos para tratar de verlo con más detalle— ¿Cómo conoce ese nombre? ¿Quién es?

—Rio— Es una pena que no me recuerdes... Pero tiene sentido, eras una "niña" cuando nos vimos la primera vez.

—Lo observé confundida— No comprendo.

—Rió de nuevo— ¿Ni siquiera recuerdas mi nombre? Incluso vine a visitarte el año pasado, por los viejos tiempos.

Entonces me remití al recuerdo de la fiesta de Halloween. El día que conocí a papá...

—Gastón... —Susurré con desdén mientras la rabia surgía desde lo más profundo de mi ser.

—Se acercó a mí y la luz de la luna que cruzaba por la ventana me dejó vislumbrar su rostro: pálido, rubio y de cabello largo, vestido de negro y con un sombrero que parecía nunca faltarle— Me alegra que lo hayas recordado.

—Tú... Asquerosa rata. ¡Mataste a mis abuelos!

—¡Nunca fue tu familia! Tu familia está muerta desde hace mucho más.

—Claro que lo eran, cuidaron de mí cuando nadie más quiso hacerlo y se hicieron cargo de mí cuando estaba indefensa.

—Rio con desdén— Aún estás indefensa.

Me volví invisible y, con una daga que guardaba en mi tobillo le hice un pequeño corte en el brazo y volví a mi lugar— No del todo.

Se llevó la mano a su brazo y me observó levemente sorprendido.

—Ya que no quieres conversar iré directo al grano. El punto es, que tu criatura es una amenaza para la especie.

—Dijeron lo mismo de mí hace algunos siglos. Créeme, eso ya no importa ni tiene validez.

—Claro que sí la tiene. Tu hijo debe ser destruido, pero aún no lo haré.

—Ni lo sueñes, no vas a tocarlo.

—No estés tan segura, querida. Voy a volver, y lo haré para destruir la mayor amenaza para los Black Hunters.

—Alcé una ceja— Disculpa, ¿quiénes?

—No importa. Solo debes saber que destruiré a tu criatura... Y a todo aquel que se interponga en mi camino. —Dijo y se acercó lentamente a mí.

—Sentí cómo mis ojos se tornaban rojos y traté de suprimir la ira, que cada vez se hacía más incontenible— Lárgate.

—Oblígame.

—Mis ojos ardían con intensidad y supe que estaba muy enojada, mis colmillos salieron y las venas de mis ojos se tornaron negras— No querrás que me enfurezca.

—De sus ojos brotó un fuerte color rojo y sus venas brotaron, pero no con tanta intensidad— Quiero ver que lo intentes.

Tomé su cuello y lo elevé, con mi don mental más desarrollado logré conectar con los objetos de la habitación y abrí la ventana principal, con un movimiento ágil lo lancé. Todo ocurrió muy rápido, fue en cuestión de segundos.
Sentía una conexión extraña con Ónix y por ende, me sentía más fuerte y eso era nuevo.
Me puse de pie en la baranda de la ventana y ví cómo se incorporaba aturdido.

—Se colocó en posición para atacarme y bajé hasta el jardín, las hojas de los árboles se agitaron con fuerza— No te atrevas a tocar a mi hijo.

—Vendré y lo destruiré, y a ti también como debí haberlo hecho hace 5 años.

—Cerré los ojos y una descarga le cayó del cielo— Bien dicho, debiste haberlo hecho. Ahora, ¡Largo!

Dicho esto su figura achicharrada salió corriendo entre los árboles del bosque, dónde los Lycans comenzaron a aullar.
Deseaba con todo mi ser que lo despedazaran en el bosque.
Volví a dormir y caí de nuevo en un sueño profundo donde tuve una visión.
Caminaba por un campo parecido al de los Lycans. Un niño pequeño iba de mi mano.
Cuando volteó a verme me sentí plenamente feliz: ojos violeta, cabello negro, pálido y con una hermosa expresión en el rostro.
Frank apareció a nuestro lado y tomó al pequeño de su otra mano.

Gracias, papás.

Y desperté, ya era de día. Me sentía renovada para continuar.

—Siempre estaré aquí, Ónix.

***

Hola a todos!
Espero estén excelente, ¡denle la bienvenida a Ónix!
¿Qué les parece el nombre? ¿Habían pensado en otro?

Nos leemos luego,

-Nana fuera.

Blue Blood: el destino de la familia real corre peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora