Del odio al amor (German Garmendia Y Tú) [Completa]

Capítulo 17

El fin de semana estuve con German y mis hermanos, salimos al parque y nos divertimos mucho, me había acostumbrado a tener a German en la clase junto a mi pero lo cambiaron de lugar y ahora está ubicado en la parte de atras. Me giré a verlo y me sonrió seguido de lanzarme un beso.

En el recreo no salí con German, ya llevaba algunos días donde no estábamos juntos en recreo y extrañaba su divertida forma de ser, era mi novio y mi amigo a la misma vez, podíamos conversar de cualquier cosa, tal vez no éramos tan iguales pero podíamos entendernos.

Ahora salía con mis dos amigas: Nohemí y Erika, estaban en mi misma clase. Al principio del año escolar no habíamos hablado, pero gracias a los cambios de lugar comenzamos a intercambiar unas palabras hasta que llegamos a ser grandes amigas. Me sentía muy feliz al tenerlas, ya que no sólo eran amigas sino mis hermanas.

Cuando les comenté sobre mi relación con German y nuestro pasado, no aprobaron la relación pero al pasar del tiempo ellas también llegaron a conocerlo y aceptaron nuestro noviazgo, pero eso no significaba que aún no tenían sus dudas e inseguridades. Aún recuerdo la vez cuando una de ellas amenazó  a German diciéndole que sí me llegará hacer llorar lo haría pagan, recuerdo la cara de miedo de German, Erika podía ser kawaii pero también tenía un gran carácter.

Mientras caminaba con mis amigas les iba contando sobre German y el anillo, Nohemí decía que aún éramos jóvenes para todo esto pero Erika la callaba.

—Nohemí sólo hablas de matemáticas y Estudios Sociales, por eso no quieres escuchar  —se burló Erika, Nohemí sólo se limitó a rodar su ojos.

No era la primera vez que la molestaba de esa forma, nosotras tres podríamos estar hablando de cualquier tema y Erika siempre la molestaba de esa manera, a veces yo me le unía.

Era muy gracioso cuando se enojaba.

Luego dejamos de lado el tema de nuestro noviazgo y Nohemí y Erika comenzaron a hablarme de sus vidas.

Poco después volvimos a la clase.

—¿Qué es esto? —Preguntó  Stiven sacandome de mis pensamientos, él agarró  mi mano y observó él anillo. —¿Te pidió matrimonio? —sonreí en forma de respuesta — las cosas entre ustedes van en serio. Pensé que después de todo ya no estarías con él y resulta que ahora te casaras. ¿No son muy jovenes?

— No ahora, en unos años más.

—¿Y durarán juntos? —dijo mirando mis ojos.

—Sí, prefiero pensar que sí. Y no quiero que intenes intervenir en lo nuestro — miré la pizarra y decidí prestar atención a la clase.
Cuando las clases acabaron, Stiven se habló:

—Te quiero ____, pero mis planes no van más de una amistad. Disculpas por besarte ese día, no debí hacerlo.

— Pero lo hiciste y me molesto mucho.

—Te besé porque quería demostrarle lo que podría perderse, eres una chica muy linda y cualquiera podría enamorase de ti.

—Gracias por tratar de ayudar pero no lo necesitaba, espero que no se vuelva a repetir.

—¿De que están hablando? —escuché la voz de Germán a mis espaldas. —  ¿De que beso están hablando. —dijo  cambiando su tono de voz enfadado acercando desafiante a Stiven.

— Germán, tranquilizante... —pero fue demasiado tarde ya que levantó su puño y golpeó con fuerza su cara.

Me coloco entre ellos evitando que Stiven le devolviera él golpe.

—Vamonos de aquí.

Tomé de su brazo y lo llevé lejos de Stiven evitando su pelea.

—¿Puedes escucharme? No me gustó que hayas hecho eso.