Del odio al amor (German Garmendia Y Tú) [Completa]

Capítulo 34

Ya había pasado más de una hora y no teníamos información sobre German y mis hermanos.

Diego, Cecilia y yo estábamos en la sala de espera, Diego abrazaba a Cecilia y yo estaba en una esquina tratando de dejar de llorar.

—¿Familiares de German Garmendia? —nos levantamos de inmediato y nos acercamos al doctor — debido al accidente sufrió varias fracturas y  recibió un fuerte golpe en su cabeza, se encuentra en un estado de coma.

—¿El despertará? —preguntó Diego con temor.

—No podemos asegurarlo, tenemos que ver como va a avanzando...A los niños con los que estaba nos les ocurrió nada grave. El otro auto impactó al asiento del conductor.

**

Miré a Alan y una lágrima deslizó por mi mejilla, tenía unos raspones en su rostro y le habían hecho un punto. Acaricié su mejilla y deposité un besó en ella susurrado que volvería.

Salí de ahí y fui donde Natasha, ella era la menos afectada físicamente, en el accidente ella se golpeó la cabeza y estaba muy sustada y exaltada que le tuvieron que dar un tranquilizante.
Besé su frente y limpié mis mejillas, ella abrió con lentitud sus ojitos y me miró.

—____, hermana ¿Qué hago aquí?—trató de levantarse pero tenía conectado el suero por medio de una aguja.

—No te muevas, por favor descansa.

—Germán y mi hermano, ¿Dónde están? ¿Cómo están? Necesito verlos. —mi hermana trató de levantarse pero puse insistencia para que volviera a acostarse en la camilla.

Llegó una enfermera y un doctor y comenzó a revisarla.

—¿Recuerdas algo de lo que sucedió? —preguntó el doctor a la niña.

—Germán iba conduciendo, Alan y yo íbamos atrás. De un momento a otro German nos pidió que nos pongamos los cinturones. La velocidad del auto aumentaba, lo siguiente que pasó fue que un auto se atravesó en nuestro camino. Yo me golpeé muy fuerte...Germán y mi hermano... —sus ojos se llenaron llenaron de lágrimas — ¿Cómo están ellos?

—Están bien, tranquila. Todo estará bien, te lo prometo.

La abracé y traté de creer en mis palabras.

***

Miraba el suelo pérdida en mis pensamientos cuando sentí que alguien se aproximaba a mí, no tenía ganas de levantar la mirada así que seguí mirando a la nada.

—_____...

Cerré mis ojos al escuchar esa voz, la voz que pensé no volver a escuchar más.

Miré a Lucas, su rostro mostraba preocupación.

—Lucas. —me limité a decir.

Sus brazos me envolvieron en un fuerte abrazo que no respondí, el colocó sus manos en mis mejillas y lo miré.

— ¿Qué haces aquí?

—Supe lo que sucedió, yo realmente lo siento. Vine a ver como estabas.

—Pensé que no querías volver a verme.

—Estaba muy molesto, te dije cosas sin pensarlas. No quiero perderte ____, eres muy importante para mí. Perdón

—No te preocupes, eso es lo que menos importa ahora.

Lucas volvió a abrazarme y acarició mi mejilla.

—¿Cómo estás? —mis ojos se llevaron de lágrimas, abracé a Lucas con fuerza.

—¿Por qué nos ocurre esto? Todo estaba tan bien, éramos felices. ¿Por qué el destino se pone a nuestra contra? Lucas.

—Las cosas suceden por algo, ____. Tienes que tranquilizarte, él se mejorará. Volverán a estar juntos y todo será mejor. Lo prometo.