Del odio al amor (German Garmendia Y Tú) [Completa]

Capítulo 29

Tomé un taxi y me llevó hacia un gran edificio, me subí en el ascensor y coloqué el numero de piso.
Cuando las puertas por fin se abrieron me dirigí a su departamento, estaba con los nervios de punta, pero tenía que hablar  con él.
Toqué la puerta y esperé unos segundos, la puerta se abrió y Germán estaba ahí, no traía camisa.

—¿____? ¿Qué haces aquí?

—Quiero hablar contigo. ¿Estas ocupado?

—No, bueno sí, no importa yo...

Miré detrás de él y una chica estaba ahí con una de sus camisas, sentí una punzada en mi pecho.

—Lo siento, no quería interrumpir. Me tengo que ir.

Salí caminando lo más rápido que pude.

—____, por favor. Hablemos. —sujetó mi brazo.

Respiré profundo, no somos novios pero aun así me dolía que estuviera con otra. Limpié mis lágrimas en seguida y asentí con la cabeza.

—Hablaremos otro día, nos vemos. Tengo que irme.

Me metí en el ascensor y me despedí de él levantado mi mano, el hizo lo mismo y se ascensor se cerró.

**

La puerta estaba entreabierta y me resultó muy extraño.

—¿Germán? —dije su nombre con preocupación.

Entré y todo estaba desordenado, habían botellas de cerveza en el suelo y los vidrios rotos de una estaban dispersas en el suelo.
Seguí con la mirada las botellas vacías y encontré a German, tirando en el suelo con una botella en su manos.

—¡German!

Corrí hacia él y sujeté su rostro con mis manos.

—Por favor, despierta. German.

Sus ojos se abrieron con dificultad, se quedaron fijos en mi rostro y frunció el ceño.

—¿____? Estoy delirando.

—Estoy aquí German, contigo. Todo estará bien. —Germán tocó mi mejilla comprobando que soy real.

Lo ayudé a levantarse y lo llevé al la ducha.

—No quiero

—Germán, estas ebrio. Lo necesitas, por favor entra.

—Lo haré sí es contigo. ¿Te acuerdas que nos bañabamos juntos? Extraño eso ____. A decir verdad la mayoría del tiempo no sólo nos bañabamos —dijo sonriendo.

—Germán, por favor.

—Está bien, lo haré. —dijo dándose por vencido.

German se quitó la camisa y sus pantalones, cuando se metió a la ducha salí de ahí.

Busqué ropa para él y la coloqué sobre la cama. Poco después salió con una toalla envuelta en la cintura, tenía su cabello mojado y gotas de agua se deslizaban por su pecho, evité mirarlo y salí de su habitación diciendo que luego regresaría.

Hice un recorrido por todo su departamento, por su decoración, estilo y ubicación debía costar mucho. Ni trabajando horas extras podría juntar menos de la mitad de su precio.

Toqué la puerta y después entré, German estaba sentado en la cama con sus codos apoyados en sus piernas y sus manos sosteniendo su cara.

—¿Aún sigues aquí? Este es mi departamento, no el tuyo. ¿Qué viniste a hacer? —dijo enojado, respiré profundo e ignoré sus palabras.