Narra Milk
Era lunes y ya estaba cansada. Las clases se me habían hecho muy largas y tediosas y los niños del comedor de los que me hacía cargo habían estado hoy muy revolucionados e hiperactivos.
Me estaba desatando el pañuelo de mi uniforme cuando llamaron al porterillo. Raro. Descolgué el auricular y pregunté.
-¿Sí?
-Soy Gine - menos mal que mi porterillo no era de los modernos y no tenía cámara incorporada, sino Gine vería la cara de panoli que se me quedo.
Le abrí. Por estas horas, ya creí que estaba volando de vuelta. Esta mañana, Goku había salido temprano, no había desayunado conmigo. Se disculpó por no haberme avisado ayer, se sintió culpable de que yo hubiera preparado café para dos cuando él no iba a desayunar aquí. Me dijo que iría por su madre y que no iría a algunas de las primeras horas de clase para estar con ella, y que luego la dejaría en el aeropuerto. Sin embargo, Gine estaba ahora golpeando la puerta de mi piso. Abrí.
-Hola, Gine - le sonreí - pasa, pero Goku no está.
-Lo sé, cariño - entró tirando de su maleta de ruedas - vengo a hablar contigo.
-¿conmigo? - la seguí perpleja hasta el salón - creí que ya estabas en tu vuelo.
Decidí preguntarle para así retrasar la conversación. Pero, ¿de qué querría a hablar? ¿y conmigo? Quizás había descubierto lo mala que estaba siendo con su hijo y me venía a regañar, pero... en ese caso, ¡debería regañarlo a él!¡Ha sido Goku el embaucador!
-No, le dije a Goku una pequeña mentirijilla - me sonrió.
¡Vaya! Eso viene de familia, pensé. Nos sentamos en el sofá grande.
-Le dije que mi vuelo salía a las tres y me dejó allí sobre la una y media para que él pudiera ir a sus prácticas. Almorcé algo y me cogí un taxi de vuelta. Mi vuelo no sale hasta dentro de tres horas.
-Oh - no podía decir otra cosa.
-Milk - me tomó las manos - tengo que preguntarte algo.
Creo que se me iba a salir el corazón por la boca.
-Claro, dime - hice un intento de sonrisa.
-Y quiero que seas sincera.
-Por supuesto - no podía hacer más que mirar fijamente sus preciosos y brillantes ojos verdes.
-¿Eres lesbiana?
-¡¿Cómo?
Del salto que pegué, mis manos salieron del agarre de Gine. ¿Les... lesbiana? A ver, sé que no soy el ser más femenino de la tierra, pero ¿lesbiana? ¡Dios mío, si muero por follarme a su hijo!
-Lo supuse - Gine me miró complacida - me olía algo raro en la actitud de Goku y Black - se dijo para sí misma
-Pero Gine, ¿cómo llegaste a esa conclusión?
Estaba entendiendo ahora toda la conversación que habíamos tenido hace dos días. Resulta que yo creía que hablábamos de su hijo y estábamos hablando de mí, ¡de mi homosexualidad!
-Cuando Goku encontró el anuncio de tu piso, nos comentó a Bardock y a mí que venía verlo, sin embargo, no tenía muchas esperanzas porque decía que la chica parecía rara, por lo que se leía en el anuncio - explicó - al final, nos llamó y dijo que se había quedado con el piso - se puso un mechón tras la oreja - cuando le pregunte por ti, me dijo que eras lesbiana. A mí me pareció estupendo, sobre todo después de haber roto con su novia de prácticamente toda la vida. No quería mujeres pesadas atosigándolo.