DIECISIETE

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Joshua caminaba a paso ligero por los pasillos de la escuela, sin embargo lo acompañada ese ya tan usual pesar en su corazón. Llegando a la sala de música, dónde esperaba encontrarse a su mejor amigo, sintió la necesidad de escapar y dejar plantado a Vernon. Claro que no lo haría. Su conciencia no se lo permitiría ni en un millón de años. El problema era suyo al haberse comprometido en un primer lugar. ¿Pero quién lo mandaba a ser tan idiota?

Suspiró frustrado y abrió la puerta de la sala, encontrándola vacía. Claramente, ya habían terminado las clases ¿qué esperaba? Dejó su mochila sobre el piano de cola y se sentó en un banquillo cerca de la ventana. Sacó su cuaderno y comenzó a escribir palabras al azar, algo que solía hacer al momento de escribir canciones.

Tenía algunas ideas pensadas, algunos acordes en mente y una melodía que resonaba en su cabeza cada vez que pensaba en Cathy, era hermosa, y se golpeaba mentalmente por eso. Tenía que dejar de pensar en ella de esa forma. Vernon escribiría la letra, se vería sospechoso de otra forma. ¿Se imaginan a Joshua llegando con una extensa canción sobre lo maravillosa que le parecía la novia de su amigo? No, claro que no.

Gruñó con enojo cuando la punta de su lápiz se rompió, haciendo un gran agujero en la hoja. Estaba seguro de que ni siquiera lo estaba apretando tanto. Intentó buscar el sacapuntas en su mochila, pero con un movimiento erróneo su cuaderno se cayó al suelo, al igual que él. ¿Acaso algo no podía salirle bien?

-Shua Hyung, ¿Estás bien?- Preguntó el menor quien recién había llegado, mientras intentaba ayudar a su amigo a levantarse.

-Si, Junnie, estoy bien- dijo forzando una sonrisa y poniéndose de pie- ¿Qué haces aquí?

-Bueno... Yo buscaba a Minnie, pero me encontré a Vernon, quien parecía muy apurado y algo exaltado... Me pidió que te buscara y te dijera que lo sentía, pero que algo le había surgido y tuvo que irse antes.

Genial. Pensó Joshua reprimiendo otro bufido.

-De acuerdo, gracias...- Juntó sus cosas y se colgó la mochila al hombro- Te ayudo a buscar a Xú- sentenció, aunque más bien había intentado que sonara como pregunta.

-Uhm, claro- accedió el más joven y caminaron juntos fuera del salón.

Caminaban sin apuro hablando de trivialidades, poniéndose al tanto el uno del otro. Joshua sentía la necesidad de proteger al rubio cada vez que lo veía. Era tan puro e inocente que deseaba empacarlo y llevárselo a su casa.

-¿Que tal las cosas con...?- preguntó el mayor intentando no parecer demasiado interesado, sabiendo que el tema solía incomodar a Wen. Pero se sorprendió al ver como éste le sonreía abiertamente en respuesta.

-¿Crees que tenga alguna posibilidad, hyung?- se limitó a decir mientras jugueteaba con sus dedos. Joshua se quedó pensativo. Nunca había visto al americano salir con nadie, ya sea hombre o mujer, lo cual no sabía si encontrar reconfortante o sentirse completamente desesperanzado.

-¿sinceramente, Junnie? No se que esperar cuando se trata de YoungHo Seo.

El rubio sintió la necesidad de contarle sobre todo lo que había ocurrido. Sobre la lista, sobre como Johnny lo había salvado el día anterior y como lo había tomado de la mano voluntariamente. Pero no lo hizo.

-Hyung...-El tono de voz del menor pasó a ser más cauteloso, algo inseguro y titubeante- ¿Que tal... Cathy?

Joshua suspiró y miró de reojo al chico. Jun era el único que conocía sus sentimientos por la chica ¿Por qué? Porque el muchacho era una tumba, y un buen oidor. Cuando miraba al menor a los ojos le resultaba imposible guardarle secretos. Además sentía la necesidad de desahogarse de vez en cuando, y por claras razones no podía hacerlo con Vernon.

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