DIESIOCHO

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Incluso una vez después de que la puerta se hubiese cerrado detrás de WonHo, Johnny no apartaba la vista. Aún estaba tenso, con una mirada de odio inexplicable en su rostro. Le tomaba todas sus fuerzas no salir en ese mismo instante y asesinarlos.

-Johnny-ssi- escuchó el acento del tailandés, quién murmuró por lo bajo.
Antes de que pudiera terminar de hablar, el castaño se dio vuelta con brusquedad y se acercó al menor. Parecía una bestia. Tomó la cara del chico entre sus manos y lo examinó con rudeza- Estoy b...

-Te hicieron daño- la mirada de Johnny era venenosa, y ardía.

-Estoy bien...

-¡NO!- Gritó. Era diferente al día anterior, cuando le gritó a Jun. No era un grito debido al cansancio y la exasperación. Era de pura ira, rabia, dolor, angustia. Todo eso se entreveraba y formaba una pelota dura que se posesionaba en la garganta del castaño. Pasó su pulgar por la comisura de los labios del tailandés, limpiando la sangre. Había olvidado por completo la presencia de los otros tres chicos.
Jun estaba sintiendo una tempestad en su interior, reviviendo como esos tres chicos lo habían molido a golpes el día anterior. MingHao estaba igual o peor que Johnny, pero intentaba calmarse a sí mismo empuñando sus manos y clavando sus uñas en su palma.
Joshua, por su parte, estaba atónito, uniendo los puntos en su cabeza. Los golpes de Jun y la parálisis del mismo al ver a los tres matones... Ahora todo cobraba sentido.
Pero Seo era completamente ajeno a esas situaciones.

El tailandés esbozó una mueca de dolor al sentir el tacto del castaño sobre el área lastimada.

-Eso es todo, voy a asesinarlo-Intentó voltearse en dirección a la puerta, pero ahora fue Ten quien acunó la cara del castaño entre sus manos, acercándolo a él y obligándolo a mirarlo.

-Hey, estoy bien- lo calmó mientras lo miraba a los ojos y pintaba una pequeña pero bella sonrisa en su adolorido rostro- Aquí estoy, estoy bien- Johnny cerró los ojos e intentó regular su respiración. La voz del menor se quebró y sus ojos se cristalizaron un poco al ver a su amigo tan preocupado- Ya, no es la primera vez que esto pasa... No será la última... Tranquilo, fueron más palabras que golpes.

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo?- La voz del castaño salió temblorosa al abrir los ojos y ver a su amigo a punto de llorar- Ten, acaban de golpearte. No es justo. No está bien...

-No, no está bien. Pero yo estoy bien, ¿de acuerdo?- acarició la cara del castaño suavemente con sus pulgares- Estoy bien gracias a ti.

-Si yo no hubiese llegado...- rodó sus ojos hacia el piso.

-Pero llegaste, ya basta, ¿si? Johnny, mírame. Mírame- Lo obligó- Aquí estoy, estoy bien. Tranquilo.

Cuando Jun salió de sus pensamientos comenzó a prestarle atención a la escena y un nudo se le formó en su garganta. Jamás había visto al americano tan frágil. Sintió una cálida mano en su hombro, MingHao le susurró al oído que sería mejor dejarlos solos. Jun volteó y vio a Joshua con un rostro serio parado junto a la puerta, Ming pasó sus brazos por la cintura del rubio y lo guió a la salida, ya que este parecía no tener control alguno de su cuerpo. Dejaron a ambos chicos solos, quienes se habían olvidado completamente de los otros tres.

Johnny ahogó un sollozo y abrazó con fuerza a su amigo. El menor escondió su cara en el pecho de Seo y respiró su perfume. Era tan dulce. Antes de darse cuenta estaba llorando contra la camiseta del castaño, sin preocuparse de mojarla con sus lágrimas. El otro solo se limitó a acariciar su cabello y a sostenerlo con fuerza, aguantando sus propias ganas de partir en llanto.

-Gracias por estar aquí- Dijo Ten en un susurro solo audible para el mayor. Entre sollozos se las había arreglado para pronunciar esas palabras, lo que solo provocó que Johnny apretara su abrazo.

-Siempre- respiró pesadamente- Siempre. Siempre. Siempre estaré para ti.

Se quedaron en esa posición un rato, disfrutando del abrazo. Ten oía los latidos del corazón de Seo y estos lo relajaban, eran rápidos, pero constantes, firmes y ligeros.

-Te quiero- dijo un poco más calmado sorbiendo por la nariz, lo que causo una pequeña risilla del mayor.

-Eres un cursi- dijo sin soltarlo en ningún momento, pasó su mano que jugaba con el cabello del tailandés y la bajó a su espalda, donde estaba la otra- Yo también te quiero.

Joshua se había ido, con una expresión de confusión. Se propuso hablar con ambos, Xú y Wen el día siguiente, cuando sus ideas estuvieran más ordenadas. El par de amigos avanzaba hacia la salida también, en un silencio sepulcral, hasta que uno decidió romper con eso.

-¿Como está to mano?- Dijo al ver que el menor se frotaba la muñeca con el ceño fruncido.

-Creo que me rompí algo- dijo divertido y le dedicó una de sus mejores sonrisas a Jun, lo cual lo alivió casi completamente- Pero lo haría otra vez... Se lo merecía.

Esta vez fue el rubio quien rió y le pasó un brazo por sobre los hombros.

-Gracias- La cara sonriente del menor se transformó en una de pocos amigos.

-No me agradezcas, hyung... Debí haber llegado ayer cuando te estaban golpeando.

-Ah, cállate. No hagas eso, no te culpes- Miró hacia otro lado pretendiendo molestia- Eso es lo último que quiero.

MingHao quería preguntarle por qué no se había defendido, por qué dejó que lo golpearan sin dar pelea. Y la verdad es que no lo había hecho. ¿Por qué? A Jun le gustaba imaginar que había sido por algo de principios, porque no quería caer tan bajo como ellos, pero eso era una estupidez. No se defendió porque lo pillaron cuando estaba desprevenido. Se estaba cambiando, quitando su camiseta, iba a mitad de camino cuando lo tiraron hacia los lokers. Después de eso le estaban poniendo la cinta al rededor de la tela para que no pudiese utilizar los brazos y bloquearle la vista.
Jun había tomado clases de diversas artes marciales con MingHao, estaba muy entrenado, y de haber sido una situación distinta se hubiera defendido. Ming dedujo eso, por lo que se abstuvo de hacer preguntas de ese tipo.

-¿Y tu como estas?- Dijo mirando al mayor de reojo.

-¿Mhm? Ah... Supongo que bien. Es decir, no me han tocado esta vez...

-No. Me refiero a... Ya sabes, Johnny.

-¿Que con Johnny?- Jun sabía la respuesta a su pregunta, pero pensaba que si se hacía el tonto no debería pensar en ello.

-Bueno... Él y Ten...

-¡Ay, Mira que bonito pájaro!

-Jun, ahí no hay ningún pájaro.

-Claro que sí, solo que se fue volando y tu no lo viste...

-Hyung...

-¿Si?- Dijo haciendo el mismo tono de desentendido que hace unos momentos.

-¡Yah! ¿Podrías dejar de hacerte el tonto?- Jun se llevó dramáticamente una mano al pecho haciéndose el ofendido.

-¿Que forma es esa de dirigirte a tu Hyung?

-¡Yah, Hyung! Estoy intentando ser serio.

Ambos chicos se miraron con seriedad por un minuto, ñero a los pocos segundos estallaron en carcajadas notando lo ridículo de su conversación. Y continuaron riendo en trayecto a casa del mayor.

LA TEORÍA DE YOUNHO SEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora