VEINTIUNO

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El alto chico de mirada profunda se encontraba parado frente a la puerta de la residencia Wen sin saber que hacer. Debía tocar el timbre, pero su cuerpo no se lo permitía ¿Por qué se sentía nervioso?
Se convenció a sí mismo de que la razón era que no le era agradable estar en un lugar desconocido, además que temía que el menor mal entendiera sus intenciones. Si, eso debía ser. Infló su pecho con coraje y extendió el brazo hasta el timbre, haciéndolo sonar. A los pocos segundos un sonriente Jun apareció por la puerta. Tenía el cabello húmedo y alborotado, como si recién hubiese salido de la ducha. Esto se confirmó al notar la pequeña toalla que el muchacho tenía colgándole del cuello.

-Hyung, por favor pasa- Se hizo a un lado y el castaño se hizo paso por la puerta de entrada- ¿Puedo ofrecerte algo? Tal vez un jugo, un café...

-No, estoy bien, gracias- Le dedicó una pequeña sonrisa y examinó el lugar. Estaba todo perfectamente ordenado y reluciente. Parecía una de esas casas que se exponen en las revistas. Los grandes y lujosos muebles se extendían pulcramente por la estancia y daban una sensación de recatada frivolidad.

La mirada del mayor se detuvo en una pared donde colgaban fotos familiares y se acercó discretamente. Una en especial llamó su atención; un pequeño niño, de no más de cinco años, sonreía a la cámara subido a una linda bicicleta azul con rueditas de entrenamiento. Señaló la foto y miró al rubio.

-¿Eres tú?- Jun sonrió con melancolía y negó suavemente.

-Es... Mi hermano menor- Johnny lo miró con incredulidad, no sabía que tenía un hermanito. Jun lo notó y se acercó un poco más al mayor- El falleció cuando aún estaba muy pequeño... Tuvo una grave neumonía y murió dos días antes de su cumpleaños numero seis... Esta es la última foto que tenemos de él.

Los ojos del menor brillaban observando aquella foto. Su voz había salido ronca y baja y estremeció los adentros del castaño. Un nudo se formó en la garganta de ambos y se quedaron unos minutos en silencio. Johnny se sintió agradecido de que le haya compartido información tan íntima y sintió ganas de abrazar al chico, pero se contuvo.

-Lo lamento...- Jun sonrió apenas y miró con ojos tristes al mayor.

-Gracias, Hyung- El rubio negó con la cabeza y habló, ahora más repuesto y alegre- ¿Vamos arriba?- Dijo, y sin esperar respuesta, comenzó a empujar levemente el hombro del castaño hacia las escaleras, hasta llegar a su cuarto.

-Junnie, ¿Y tus padres?- Preguntó algo nervioso dejando caer su mochila en la cama del menor y sentándose en el borde de la misma.

-Em... Mi madre está en China, visitando a la familia mientras está de viaje de negocios, volverá a fin de mes...- Dijo acomodando innecesariamente los objetos en su escritorio- Y mi padre... No tengo idea. Nos abandonó cuando GuanLin falleció... Dijo que yo le recordaba demasiado a él.

-Junnie...

-No digas nada, ya lo he superado hace tiempo- Le sonrió y se sentó en la silla giratoria- ¿Empezamos? En serio necesito aprobar la próxima evaluación...

-Si, claro- El mayor comenzó a buscar en su mochila sus cuadernos y apuntes.

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-...Y por eso, la masa del objeto con velocidad y es igual a 364. ¿Entiendes?- Johnny despegó su vista de la hoja garabateada con fórmulas y miró a Jun, quien solo observaba sin expresión alguna.

-Em... Si, claro. Por supuesto... 637, como no lo vi antes- El mayor reprimió una risilla.

-364- Lo miraba divertido, mientras el menor solo se limitaba a mirar la hoja con el ceño fruncido.

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