Capítulo 2

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"A veces el Diablo tiene cara de Ángel"


Miro a los oficiales y sin pensarlo los lanzo contra la puerta del departamento, esto caen al suelo. Sus armas quedan flotando en el aire.

Del cielo hago que se desprendan las vigas y las ventanas explotan en cientos de pedazos. Todos se tapan las cabezas.

— ¡Corre! —le ordeno, ambos corremos entre las siguientes explosiones que causo con mi mente. Salimos y nos dirigimos hacia el tránsito.

— ¿Qué haces? —me grita.

Me paro en medio de la calle y detengo una camioneta con mi mente, lanzo al conductor afuera y me subo.

— ¡Entra ahora! —este hace lo que le digo y sube.

Conduzco a toda velocidad mientras escucho las sirenas de patrullas venir por nosotros.

Conduzco a toda velocidad mientras escucho las sirenas de patrullas venir por nosotros

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Doy vuelta una intersección y veo autos militares persiguiéndonos a gran velocidad.

— ¡Joder! —exclamo —vienen por nosotros.

Me salto varias luces rojas y derrapo en varias intersecciones.

Miro por el espejo retrovisor y veo que un tercer auto se une a la persecución. Es una camioneta negra con vidrios polarizados. Esta estrella a los dos autos militares que se van contra unas tiendas.

— ¿Qué rayos está pasando? ¿Quién es ese que nos persigue? —ese auto definitivamente no es del gobierno.

El ángel mira hacia atrás y veo como sus pupilas se dilatan.

—Sigue conduciendo ¡No te detengas! —exclama.

— ¿Lo conoces? ¿sabes quién es?

Este me mira, por su expresión deduzco que si sabe.

—Estamos huyendo y tu ni siquiera me das una maldita respuesta —lo miro molesta mientras me salto otra señal del tránsito.

—No necesitas saber nada, solo sigue conduciendo este maldito objeto con ruedas.

—Se llama auto, no objeto con ruedas.

—Solo sigue conduciendo esta maldita cosa —dice de mala gana.

—Pensé que los ángeles no maldecían.

—Por si no lo has notado estoy en la tierra y hago lo que tus amigos humanos saben hacer mejor, maldecir y tratarse como basura.

Doy la vuelta para tomar otra ruta, cuando algo se estrella contra el parabrisas. Es una figura negra. Freno a todo lo que da mi pie y siento como cae traes el auto.

— ¿Qué mierda fue eso? ¿he atropellado a alguien?

Miramos hacia atrás y veo que hay un chico que se está levantando del suelo como si nada, sus ojos están inyectados de sangre, las venas de su cuello no podrían marcarse más y va completamente vestido de negro.

Mi Nombre es AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora