Las alarmas se han encendido y el gobierno ya esta enterado del peligro al que se enfrentan.
Un ser ha caído del cielo y no viene con buenas intenciones.
Annie es la única que puede ayudarlos, ¿pero que pasaría si las cosas no salen de acuerdo al p...
Nos metemos a las calles y vemos que abunda la policía local, intentamos evitarlos a toda costa.
Pronto se darán cuenta de lo que el ángel hizo. No le basta con que el gobierno ya este tras de nosotros, si no que ahora la policía local intentara ubicar al asesino de esos hombres.
Nos detenemos a medio camino.
El ángel me queda mirando.
—Deberíamos separarnos ya que llegamos a la ciudad.
— ¿Separarnos?
Asiente.
—No te ofendas, pero creo que a tu lado me causas más problemas.
Alzo una ceja, es increíble que me esté echando la culpa a mí de algo que él hizo, pero tipo más hipócrita.
—Fuiste tú quien causa problemas, no yo, que no se te olvide.
—Hey, no me vengas con eso. Tengo asuntos que resolver y tú ya eres suficiente problema para mí.
—Como si tu no fueras un problema —ruedo los ojos —que no se te olvide que estas aquí gracias a mí y mis capacidades, sin mi ayuda nunca podrías haber escapado de ese lugar, tenlo claro.
— ¿Quieres remordimiento? No lo tendrás. Seguiré mi camino y tú el tuyo.
Voy a responderle algo malicioso, cuando unas llantas rechinan por el pavimento. Ambos nos damos vuelta. Una camioneta negra viene directa hacia nosotros, tiene los vidrios polarizados y no puedo ver al conductor, pero estoy segura de quien es.
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—Ese auto no es del ejército.
—No, es el ángel oscuro.
Ambos corremos mientras el auto nos persigue a toda velocidad.
— ¿Qué rayos quiere ahora? ¿Acaso no se da por vencido? —exclamo.
—Ellos nunca se dan por vencidos.
— ¡Ven! —tomo al ángel y nos escondemos tras unos botes de basura.
Me giro hacia él, me está mirando — ¿podrías quitarme tu mano de encima?
Miro mi mano, tiene tomada la suya, lo suelto de inmediato.
—Lo siento —digo girándome para que no vea el rubor de mis mejillas. ¿Por qué rayos estoy sonrojada? Debería sentir asco. Acaba de matar a unas personas hace solo unas horas y ni siquiera siente remordimiento por ellos.
Me levanto para ver si el auto se ha ido, pero veo como alguien se está bajando. Es un chico vestido de negro, algo en él me causa escalofríos. Mira hacia todos lados y huele el aire al igual como lo hacía el ángel en el bosque.
