Capítulo 14

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Las bodegas están por donde hemos entrado. El lugar me resulta tenebroso, sobre todo por eso inquietante silencio y ese olor a suelo recién limpio.

—Espero que sepas adónde nos llevas niño —le dice Razi a Ian.

Prácticamente lo ha traído a empujones hasta aquí abajo.

—Claro que lo sé, este es el único lugar en donde los demás nefilims no pudieron registrar.

— ¿Los demás nefilim? —pregunto — ¿hay otros además de los que nos encontramos allá arriba?

—Si, hay más.

— ¿Porque no pudieron registrar este lugar? —pregunta Razi.

—Cuando se tomaron el lugar, encontraron a un nefilim siendo torturado en una de las habitaciones de aquí abajo, al parecer este lugar hace experimentos.

Razi hace una mueca, él fue un experimento.

Nos encontramos con habitaciones vacías, parecen pequeñas cárceles o reclusorios.

—No me agrada este lugar, me causa escalofrío —comenta Ian.

Siento lo mismo.

Razi sigue avanzando, mirando hacia todos lados, atento a cualquier cosa y con su cabeza en lo alto, supongo que con la esperanza de sentir la esencia de la corona, que podría estar en cualquier parte.

— ¿Sientes algo?

Me mira de reojo.

—No, todo parece... muerto.

Ian y yo fruncimos el ceño.

— ¿A qué te refieres con eso?

—No se siente nada, además de nuestras respiraciones. Pareciera que estuviésemos en un subterráneo abandonado, pero... es extraño.

— ¿Extraño?

—Si, todo está en calma. No hay ruido, no hay viento, no hay... nada.

Razi tiene razón, en este lugar no hay nada. ¿Cómo es que la corona puede estar aquí?

Avanzamos por unos minutos, mientras Razi alza su cabeza para poder detectar cualquier cosa. En un momento se detiene e Ian y yo lo quedamos mirando.

— ¿Que pasa? ¿Porque te detienes? —frunzo el ceño.

El ángel parece ido en sus pensamientos. Es en ese momento cuando escuchamos un ruido venir desde una de las habitaciones.

— ¿Qué fue eso? —pregunta Ian temblando.

—Aquí hay algo —dice Razi mirando hacia la habitación de donde ha venido el ruido —y no es bueno.

Intento avanzar, pero me detiene de una mano.

—No Annie, no te acerques.

— ¿Porque? Solo iré a ver.

—No te hagas la valiente ahora, humana. No es algo bueno, incluso para mí, puedo detectarlo.

—Pero si no vamos a ver nunca sabremos que fue ese ruido —me zafo —solo abriré la puerta y miraré, ustedes espérenme aquí.

El ángel me vuelve a detener.

—No, iré yo, ustedes espérenme aquí.

—Pero Razi...

—Solo hagan lo que les digo —se adelanta.

Ian y yo lo observamos mientras se acerca a la puerta. Un escalofríos extraño me recorre la nuca. Ahora que veo al ángel acercarse, presiento que lo que hay ahí dentro no es para nada bueno.

Mi Nombre es AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora