Mi Nombre es Angel

Capítulo 7

'Todo Diablo fue alguna vez un bondadoso Ángel'

'Tenía apenas tres años cuando mi madre comenzó a notar que había algo extraño en mí. Primero era cuando la comida siempre salía disparada del plato o cuando me enojaba y los cuadros de la casa se caían a pedazos. Pero cuando verdaderamente se dio cuenta de lo que me sucedía fue cuando levanté a una niña en el parque, me había golpeado y yo me defendí.

Mi madre corrió hasta mí. Estuvimos encerradas varios meses sin salir de la casa, en vez de tenerme miedo, me ayudo a controlar algo que no se podía controlar.

Comenzó a estudiar sobre mi condición, pensó que era una rara enfermedad, luego descubrió que era un don y también una maldición.

Cuando Erick nació, mi padre se fue de la casa, era de la marina. Mi madre se sumió en una depresión, una que le costó salir. Nunca más supimos de mi padre, mamá crio a Erick tal cual como me crio a mí, como si ambos fuésemos especiales, y lo éramos. Erick es solitario, pero sabe muchas más cosas que las de un niño de su edad. Muchas veces sabía lo que iba a pasar antes de que las cosas sucedieran. También tenía un don, un don que se le fue con el tiempo.

Algunas personas nacen con dones excepcionales, dones que ni ellos saben que tienen y que se van perdiendo.

Yo fui una excepción, mi don no se desvaneció, solo creció, hasta que se hizo tan grande que tuvimos que mudarnos, cambiarnos de escuela, vivir dentro de un auto y escapar continuamente de la policía, gobierno y todo lo que pudiese delatarnos.

Mamá me consoló cuando pensaba que era una extraña, me abrazo cuando tuve miedo de mí misma y estuvo conmigo cuando no creía en mí.

Y ahora, cuando siento que moriré de dolor, es cuando más la necesito'.

Tendría que haber seguido durmiendo, tendría que haberme tapado los oídos o haberme hecho la sorda para no haber escuchado, pero no lo hice.

El ángel habla con alguien más, sus susurros me llegan hasta los oídos. Hablan sobre mí.

— ¿Por qué la has traído aquí? Sabes que me andan buscando, la corte de arcángeles no fue tan benevolente conmigo que contigo.

—Yo te ayude a salir de ahí, es lo que querías, no intentes hacerte el bueno conmigo. Me debes una —dice el ángel.

—Quiero volver Razi, me canse del mundo humano, me canse de intentar ser uno de ellos. Veo como mueren, veo como nada les importa. Me enferma, quiero volver y tu deberías hacer lo mismo, podríamos pedir perdón y...

— ¡No! —responde tajante —si quieres puedes arrodillarte, suplicarles, lamerle los zapatos, pero yo nunca pediré perdón por lo que hice ¿me escuchas? No me arrepiento. Si quieres volver allá tú, yo no lo haré.