FRUTO DE NUESTRO AMOR [EUNHAE]

Capítulo 13. Lo siento, amor mío.

"Hay decisiones que la vida te hace tomar de un momento a otro, decisiones que podrían matar de dolor a las personas a nuestro alrededor, esa misma decisión que te hace estar entre un hilo de la vida y la muerte y eres tú el único responsable de elegir una de las dos opciones donde el egoísmo y el amor luchan por tomar la mejor respuesta y no equivocarse. Y cuando eliges, cuando tomas la decisión que piensas es la correcta sólo puedes dar un lastimoso y desgarrador...

Lo siento, amor mío.

Todo pasó en cámara lenta ante Hyukjae que sostenía en sus brazos a su inconsciente Donghae. Solo podía mirarlo a él mientras las lágrimas caían cuan río, mojando el rostro dormido de Donghae, uniéndose con las huellas saladas que habían quedado del llanto del castaño. Escuchaba los gritos de los chicos, los pasos apresurados, la voz de Zoé pidiendo ayuda y a lo lejos la sirena de una ambulancia. Sentía unos brazos sosteniéndole los hombros, evitándole caer sobre el inerte cuerpo de Donghae y de su hijo.

Quería levantarse y ser él quien llevara a Donghae al hospital, pero su cuerpo no le respondía. No encontraba las fuerzas para levantarse y poner en función sus piernas. No había fuerzas que conectaran sus sentidos, que lo despertaran del trance que estaba sufriendo ahora.

Su pequeño, su pequeño y dulce esposo comenzó a removerse en sus brazos, intentando vagamente abrir sus ojitos, pero le era tan difícil. Todo lo que salía de él eran jadeos lastimosos de sus labios secos. Quejas que despertaron a Hyukjae, que conectaron sus sentidos.

-¡¿Dónde mierda está la ambulancia?!-grito Hyukjae, haciendo saltar a todos en la habitación-. ¿Por qué no llegan?

Los chicos le miraron sin saber que decir o que más hacer. Cada uno miraba a Donghae removiéndose en los brazos de Hyukjae, jadeando de dolor y envuelto en una mancha de sangre sobre la alfombra. Sus caras horrorizadas y lágrimas en sus ojos.

Ryeowook. Kibum. Kyuhyun. Les temblaba el cuerpo entero, sus lágrimas caían sin descanso por sus ojos temerosos y tristes.

-Ahhhhhhhhhhhh-Fue el grito desgarrador de Donghae. Erizando a cada uno con escalofríos, aumentando su llanto que resonaba con fuerza en la habitación. Llena de sollozos y gritos de dolor cuando miraban a Donghae que se revolcaba en el piso y no dejaba de sangrar.

-Por favor...-Hyukjae susurró lagrimoso-. Qué alguien pare su dolor-.Hyukjae miró a Donghae sufriendo, sintiéndose impotente por no poder hacer más-. ¡Por favor qué pare!

A paso rápido Zoé se acercó a ellos. Tomo el vientre de Donghae entre sus manos y comenzó a masajearlo, tarareando una canción de cuna, aquella que siempre le cantaba el castaño cuando se dormía en su regazo. Los chicos le reclamaron:

-¡¿Estás loca?! No es momento para eso...

Pero cortaron sus palabras al ver que Donghae dejaba de llorar, que soportaba mejor el dolor con los labios y los ojos apretados, aferrándose a los brazos de su marido. Zoé no se detuvo, no dejo de cantar ni de masajearle hasta que la sirena de la ambulancia se escuchó cercana. Kangin y Shindong bajaron corriendo a abrir la puerta. Suerte que contaban con un elevador en casa.

Los médicos no tardaron nada en llegar a la habitación. Con esfuerzo los chicos lograron separar a Donghae de los brazos de Hyukjae que se negaba a dejarlos. Cuando los médicos lograron acomodarlo en la camilla y ponerle la mascarilla de oxígeno y, literalmente correr hasta el elevador, los chicos corrieron hacía el estacionamiento a preparar los autos y salir tras la ambulancia. Zoé y Hyukjae iban tras los paramédicos.