"Nunca me digas "Adiós", prefiero el "Hasta luego" Tiene tiempo límite, pero el "Adiós" No.
Un adiós es simplemente el final de algo"
Las horas pasaron. El pelinegro, mirándose miserable, no lograba separarse de su esposo durmiente. Los doctores habían tratado de que se fuera a descansar, sin lograrlo. Los chicos le habían llamado la atención por ser tan necio, pero como si él estuviera en otro lado, simplemente los ignoraba. Zoé se había acercado a él, no para decirle que se marchara, si no para abrazarlo junto a Donghae, llorando junto a él. Después se había quedado él y su esposo en aquella habitación fría y sin color.
No tenía idea de hacía donde caminar a partir de hoy sin su Donghae. Qué dirección debía tomar para seguir adelante con su vida. No tenía idea de cómo sobrevivir sin su otra mitad.
Por otro lado, estaba su pequeño Haru esperando por él para ser sostenido por primera vez y conocerlo. Pero aun no conseguía la fuerza para enfrentarlo. En estos momentos, mirando a Donghae tendido en una cama y con los ojos cerrados, culpaba al bebé por hacerle esto a su castaño. En el fondo de su corazón moría de ganas por conocer a ese pedacito de carne que era fruto del amor entre ellos. De sostener el pequeño cuerpecito y arrullarlo como soñaba desde que había sabido que vendría al mundo.
Se sentía con ganas de llorar hasta caer dormido y al despertar saber que todo se trataba de una pesadilla. La noche ya podía observarse por los ventanales de la habitación. Hyukjae estaba recostado en el sillón, mirando al techo blanco mientras sus lágrimas silenciosas y apenas visibles, mojaban su rostro.
Fuera de la habitación, se encontraban Zoé y Leeteuk. Los demás habían regresado a casa para descansar. Mientras ellos esperaban a las familias de Hyukjae y Donghae. Los dos a una distancia aceptable, en silencio tomando café. El frío en la habitación empezaba a sentirse, pero más era el frío de sus corazones que en estos instantes sentían.
Ellos ya habían conocido al pequeño integrante de la familia Lee. Era tan hermoso, tan tierno durmiendo ajeno a lo que pasaba con sus padres. Zoé había tenido la oportunidad de sostenerlo y darle su biberón. Leeteuk había sostenido su manita, sonriendo al ver como se aferraba a él. Cuando abandonaron la habitación de recién nacidos, derramaron lágrimas y, por primera vez, se abrazaron. Era aceptable que se derrumbaran tras haber sostenido a Haru, de ser conscientes de la situación. Llorando porque Donghae no pudiera conocer a su hijo, por Hyukjae que negaba conocerlo, por perder a su chico más preciado del grupo. Sincerándose sin ser negativos, claro estaba por las palabras que la Doctora había dicho. Sería muy difícil, casi un milagro que Donghae despertara del sueño eterno.
¿Cómo decírselo a Hyukjae? Pensaban en la habitación silenciosa y fría. Cuando escucharon la puerta principal abrirse, por un instante creyeron que sería alguna de la familia Lee, pero desecharon la idea cuando entro una enfermera acompañada de una cunita móvil, donde se encontraba el pequeño Haru dormido.
Zoé se levantó y camino hasta la enfermera que se había detenido en medio de la habitación para sonreírles cuando llegaron a su lado.
-La doctora dice que es tiempo de afrontarlo-susurro la enfermera evitando despertar al pequeño-. El señor Hyukjae no puede seguir huyendo, no ahora que su hijo lo necesita. Para la doctora y, si me permiten darles mi opinión, para mí también este hermoso bebé le dará un poco de felicidad al señor Lee y las fuerzas para luchar por su familia.
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FRUTO DE NUESTRO AMOR [EUNHAE]
Storie d'amoreAprendimos y sentimos como el amor es más fuerte que cualquier cosa pero antes del final feliz, tiene que haber momentos de lucha y tristeza para el día de mañana aquello se les cuente a sus hijos y fans y, una vez más demuestren que el amor puede c...