horas contadas.

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Luego de la declaración de Rin no se habían separado ni un momento, ni quitado sus manos de encimas del uno del otro, Como se encontraban solos no tenían porque contenerse, la soledad nunca les había sentado mejor.

Todo iba de maravilla hasta que una noche Obito soñó otra vez.

- Obito- fue llamado.

-Minato-sensei- lo saludó- no esperaba verlo tan pronto.

- comprendo que no sea bienvenido.- fingió entristecer.

- no me mal entienda.- se apresuró a decir.

- era broma- río divertido.

- típico de usted sensei.

- bueno, dejando eso de lado- comenzó ya de nuevo serio- he estado investigando Obito y conseguí una forma de que Rin pueda ir con nosotros.

-entiendo, puede contarme- dijo con la mayor seriedad mientras por dentro sentía como si se estuviera apagando poco a poco.

- habrá una brecha entre los mundos en dos días, está estará ubicada en las puertas de la aldea, ella es la única que podrá cruzarla, solo necesita atravesar dichas puertas y ya está a hecho.

-entiendo, solo tengo que llevarla hasta allá con un pretexto.

-¿no le dirás la verdad?- preguntó con preocupación por como podían terminar acabando las cosas.

- si se lo digo ella no querrá ir.

- pero no puedes forzarla a hacer algo.

-¡pero es por su bien!- soltó un alarido lastimero, esto estaba doliendo más de lo que esperaba.

- esta bien- no lo presionó más- sólo te pido que lo vuelvas a pensar- ese día a mediodía, kushina y yo los estaremos esperando.

- excelente así podré decirle que vinieron de visita.- ya había encontrado la mentira ideal.

Minato lo tomó de un hombro y lo miró fijamente- no importa lo que pase Obito, siempre vendré a verte.

- gracias sensei.- para su sorpresa Minato lo jalo para poder abrazarlo, esto terminó conmoviendolo y hacerlo llorar un poco, se dejó consolar mientras su alrededor se volvía oscuro.

Se despertó llorando de un golpe alarmando a Rin quien dormía a su lado.

- ¿Obito, estas bien? ¿que sucede? ¿por que lloras?

- no es nada Rin, perdón por despertarte,  sólo tuve un mal sueño.- dijo para tranquilizarla.

- ¿no quieres contarme?

- es solo un recuerdo, ya pasó, no tienes de que preocuparte- la despeino para hacerla enfadar le divertía verla hacer pucheros.

- pero no tenias porque revolver mi cabello.- se quejó.

Le besó una mejilla y la jaló hasta acostarla junto a él- lo siento, ven sigamos durmiendo.

- esta bien- se dejó llevar pero no estaba convencida, algo no le cuadraba, pero prefirió no darle vueltas.

El tenía los ojos cerrados, pero no pudo dormir el resto de la noche, por más que lo pensara ya había tomado una decisión, no volvería a ser egoísta, Rin tenía que irse y el lo había aceptado aunque en el fondo lo que más quería era retenerla para siempre a su lado.

Una Vida Juntos (Obirin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora