c u a t r o 🌙

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Tres días después de la muerte de Namjoon/China–Hong Kong/5:00pm.

Jackson Wang había sentido esos tres días, como los peores y los más lentos. En su trabajo le habían dado descanso por el tiempo que él deseara, pues todos entendían y sabían lo unidos que eran él y Namjoon.

—Tienes el tiempo que quieras, Jackson.—dijo Seok.

—Lo sé...—pensó y ambos quedaron en silencio.—Voy a aprovechar ese tiempo—dijo con voz seria.

—¿Qué harás?

—Iré por ese hijo de puta.

—¿Quieres estar en problemas, Wang?—preguntó sorprendido.

—No me queda más que perder.—dijo y se paró, hizo el gesto para que Seok se fuera.

—Estás loco.

—No lo estoy, quiero venganza. Porque justicia no hubo al dejar dos veces libre a ese idiota.—bufó—Vete.

Seokjin se fue de la casa y Jackson no tardó en prepararse para ir por el pelinegro. Se quitó el tinte rubio, dejando su cabello en color natural, castaño. Pues pensó que Jinyoung lo reconocería más fácil por el anterior color. A Jackson lo creían inservible en cuestión de analizar, pero él no dudo que esos policías a quien contactó en ese día, habrían deseado que Jinyoung quedara vivo para llevárselo a salvo. El ser un oficial y agente, era privilegiado de tener algunas armas y páginas para poder buscar él mismo a los criminales, aunque esa clase de trabajo siempre lo hacían Namjoon. Localizó el carro de policía, pues vio que esos dos que le detuvieron están oficialmente registrados. A Jackson le impresionaba cada vez más la corrupción. Se puso un traje y se dirigió en su auto hacia ese par de imbéciles que le habían ayudado a Jinyoung escapar.

Estación de policía/Baños de hombres/6:00pm.

—Ahora sí—dijo Wang, acorralando a uno de los policías contra la pared.—¿En dónde dejaste al hijo de puta?—dijo con ira—Es mejor que me digas antes de que mueras—susurró cerca del oído del contrario, puesta su arma en el estómago de éste.

—¿Conoces a los Im’s?—preguntó, su voz se escuchó con demasiado nervios.

—Sí, gracias.—habló y disparó en el estómago del contrario.

Jackson ya sabía a qué se refería escuchando esa palabra, pues era una de las familias más sobresalientes en China y Corea. Sus padres siempre salían a trabajar contra ellos, pues les escuchaba decir que puede ser una familia adinerada, pero no todo es legal. Sin embargo, no sabía que los Im seguirían existiendo, no después de ese día.

Carretera/China/Hong Kong/6:30pm.

El castaño iba conduciendo, dirigiéndose a la especie de casa de los Im. En el camino, le pareció ver una silueta parecida a ese asesino. Estacionó su auto y bajó de éste, avanzando hacia esa persona. Le cogió del hombro y lo volteó hacia él. Si, Jackson no se había equivocado, era Jinyoung.

—¡Me vuelves a ver!—exclamó y golpeó en la cara del contrario.—Hijo de puta—dijo y pateó al pelinegro. Quedó acorralado sobre un carro, y sin más, Wang empezó a descargar fuertes golpes sobre la cara de Jinyoung. Sintió un leve chuzon en su abdomen. Y empezó a notar que sus ojos se apagaban y se alejó.—¿Qué me aplicaste, idiota?—fue lo último que preguntó, pues cayó al suelo, en un profundo sueño.

Guarida de los Im’s/7:00pm.

—Jaebum, ya tengo a tu bebé,—dijo Jinyoung en tono de burla—aunque ahora ya no está rubio. El castaño le queda bien.

—Voy a ignorar eso para no asesinarte.—habló—Traémelo.

—Vaya, también te quitaste el tinte rojo.

—Deja de hablar y tráeme al puto Wang acá.—mandó.

Cuando vio a Jinyoung con un hombre bajo, cuerpo marcado y de cabello castaño que apenas podía caminar, venir hacia su cuarto, se puso de pie e hizo una sonrisa ladilla.—Wang, Wang—susurró.

Jackson fue puesto en una silla con sus brazos y pies totalmente amarrados, y despertado por una fuerte cachetada.

—¿Dónde estoy?—susurró.

—Hey, Wang—dijo alguien, poniendo a Jackson un poco nervioso.

—¿Quién eres?

—¿No me reconoces?—se acercó al contrario—¿No reconoces estos ojos?—Ambos se quedaron mirando fijamente al otro, quedando una poca distancia en ellos.

—N-No—respondió con voz temblorosa. En realidad no quería pensar que de verdad era él, pues sus recuerdos de pequeño eran borrosos.

—Bah, a ver si con esto.—el nuevo pelinegro cortó la distancia entre los labios de Jackson y los de él.—¿Y ahora?

—T-Tampoco—respondió, Jackson estaba totalmente seguro que era él, pero no quería suponer. Pues siempre sus sentidos le fallaban y especialmente en esta clase de casos.

—Soy el puto niño que te besó el día anterior de la muerte de sus padres y viste llorar cerca de los ataúdes de ellos.—habló cerca a su oído.

Jackson había acertado, era ese chico.

Remember me? [JAESON].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora