En una sociedad dónde tu apellido lo es todo, los dos herederos de las más grandes familias de Japón son elegidos para un matrimonio arreglado.
Acompañen a nuestros protagonistas a un mundo de status dónde enamorarse es posible.
Kishibe Rohan, su nombre sonaba a viva voz a lo largo de todo Japón y tonto era el que no le reconociera. El único heredero de la prestigiosa familia Kishibe, dueña de un cuarto de las empresas existentes en todo Japón, un habilidoso artista que con una belleza descomunal había cautivado todas las miradas y el ojo público; no solo era el creador de uno de los Mangas más leídos en la historia: Pink Dark Boy, sino también, el modelo Gucci del momento; eso sumado a la enorme cantidad de dinero que se metía bajo su nombre, hacían a Rohan el soltero más codiciado del momento.
De personalidad altanera, desde pequeño se hizo a la idea de ser superior pues incluso entre sus compañeros de colegio, destacaba por sus singulares talentos, su extravagante forma de vestir y ser. Sin duda, era alguien que no podía pasar desapercibido por más que lo quisiera, sin embargo, siempre fue un chico solitario. A sus cortos 18 años de edad, Rohan había adquirido una personalidad huraña y reservada, puesto que siempre hubo quien hablara a sus espaldas o esparciera rumores de su persona, incluso había algunos que se acercaban a él solo para ganar renombre, todo ello le molestaba en demasía.
Podría decirse que su única amiga sincera era Reimi Sugimoto, una chica un año menor, hija única de una familia amiga. Ambos chicos crecieron juntos debido a que los Kishibe, matrimonio arreglado que escaseaba de amor, tiempo y comprensión hacia el prodigio, solían dejar a Rohan a su cuidado mientras ellos trabajan. Aquella amistad que logró darle una infancia decente al joven con el tiempo se transformó en un inmenso cariño, que al paso de los años se convirtió en amor, siendo Reimi su actual pareja.
Inició su carrera de modelo a edad temprana por capricho de su padre, quién en su juventud quería ser modelo. A sus cortos 15 años debutó al estrellato con su primera sesión fotográfica y desde entonces se dedicó a romper todos los esquemas impuestos por aquel mundo de extravaganza, llegando incluso a presentar ropa femenina sin ningún atisbo de vergüenza; con ello llegaron los rumores sobre la sexualidad del chico, revistas diciendo que era homosexual, programas debatiendo sobre si usaba a la joven Reimi para cubrir sus preferencias, algunos llegaron a especular que se la pasaba en bares gays buscando una noche de pasión... Estupideces y nada más que eso, a Kishibe Rohan no le importaba el género, ni mucho menos algo de una noche, sobre todo jamás usaría a Reimi, la amaba demasiado.
A pesar de todo, Rohan amaba su trabajo y los rumores no le impidieron continuar con su carrera, la cual disfrutaba en demasía. En las agencias era conocido como "Heaven's Door", ya que muchos aseguraban que lidiar con su actitud era una pesadilla pero a la vez su belleza inigualable compensaba cualquier cosa.
Rohan podría ser huraño pero con Reimi era diferente, amaba pasar tiempo con ella, ya fuese dibujándole o mimandola, quién gustosamente aceptaba el afecto. Entre ellos no había mucho que ocultar, se conocían a la perfección, al punto en el que una mirada bastaba para entender la mente del otro.
No era una persona que tomara las cosas a la ligera, si algo era importante para él, haría cualquier cosa por ello. Tal como lo era Reimi o su manga, el cuál era espléndido, sin embargo, era preocupante el tiempo excesivo que pasaba frente a su escritorio creando nuevo material, sin comer o incluso sin dormir durante horas continuas. Reimi trató reiteradas ocasiones hacerlo entrar en razón acerca de esto o al menos suplicarle que comiera aunque siempre era amablemente reclinada por Rohan.
-"Estoy bien, no necesito que alguien cuide de mí."
Kishibe Rohan, un amante de lo extravagante, la ropa cara, pasarelas, exposiciones de arte, pero sobretodo de sí mismo, era la clase de persona que Higashikata Josuke odiaría...
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Oh shit, here we go again. Desde hace tiempo la idea de mejorar había cruzado por mi mente, agregarle más material y corregir la ortografía y redacción, supongo que estando el final tan cerca puedo hacerlo para darles el final qué se merecen.
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