"Lo eres todo para mí"
-¿No crees que es demasiado? Digo, solo es una cena.- Se miró por tercera en vez el espejo sin poder acostumbrarse del todo al look que llevaba y miró a Rohan dudoso, esperando a que dijera algo.
El peliverde le analizó unos cuantos segundos más desde el marco de la puerta, sin poder despegar sus ojos de él.
-¿Por qué tienes que ser tan jodidamente atractivo?.- Tomó su cara entre sus manos con desesperación, maldiciéndose por haber escogido a la perfección el outfit ajeno.
-Mira quien lo dice, podría mirarte todo el día de lo hermoso que eres.- Le silbó coqueto, avergonzándolo aún más.
-¡No cambies el tema!.- Se cubrió más, esperando que con eso, pudiera cubrir el carmín en sus pómulos.
Josuke solo atinó a reír y manteniendo una sonrisa traviesa se acercó, tomando sus manos y haciendo que se descubriera el rostro; encontrando la preciosa vista del ojiesmeralda evitando su mirada con las mejillas rojas.
-Puedo cambiarme, si quieres.- Ofreció a sabiendas de la respuesta. Rohan levantó la mirada indignado, casi ofendido.
-Ni te atrevas, Higashikata.- El ojiazul rió, soltando sus manos para tomarlo de las caderas y plantar un suave beso en sus labios; el cual fue correspondido. El aire pronto los tuvo que separar pero ninguno se alejó, disfrutaron plenamente el tenerse tan cerca.
-Deberíamos darnos prisa, la cena se inicia en una hora.- El peliverde solo asintió mientras acomodaba unos cuantos mechones salvajes del cabello del mayor. Había aprendido a amar ese estúpido pompadour y aunque Higashikata luce bien con lo que sea, su mayor placer era verle con el cabello despeinado.
-Tienes razón.- Rohan sonrió para sí una vez hubo dejado perfecto su peinado, logrando que Josuke se sonrojara levemente ¿Por qué Kishibe siempre tenía que ser tan lindo? Dañaba su supuesto autocontrol.
-Ven aquí, lindura.- Con un movimiento un tanto brusco, le acercó más a su cuerpo, sorprendiéndonle. Rohan sonrió para sus adentros y le miró coqueto.
-¿Qué planeas Higashikata? Tú mismo lo dijiste, llegaremos tarde.- Contrario a lo que salió de su boca, sus manos viajaron hasta su cuello y se dedicó a delinearlo suavemente, haciendo que una corriente eléctrica atravesara la espalda ajena.
-Cambie de opinión, no puedo controlarme al verte así.- Susurró coqueto contra su oído para después lamerlo, regocijandose con los suaves suspiros que emitía su chico.
-N-No... Josuke.- El peliverde acarició su nuca, pasando sus manos a través de todo su cuello hasta llegar a su espalda. Le costaba negarle sus caprichos cuando era así de seductor, simplemente destrozaba toda su razón y le encantaba.
-Vamos, Rohan.- Mordió su lóbulo, haciéndolo dar un ligero respingo acompañado de un jadeo que no hizo más que encenderlo. Tomó sus labios en un casto pero húmedo beso, dejando que un hilo de saliva conectara sus bocas al separarse y complacido con la nula resistencia del menor, se dirigió a su cuello, dejando que su aliento golpeara contra su piel.
-Mgh.- Se aferró fuertemente a su espalda, buscando acomodarse en su hombro para darle todo el espacio que necesitará en su cuello mientras Josuke colaba una pierna entre las suyas. Estaba cediendo lentamente al calor del momento y a los suaves pero candentes toques de su pareja.
-Nadie lo notará.- Pasó travieso su lengua por toda su extensión, sacando un suave jadeo de los labios ajenos, para después mirarle suplicante; el menor suspiró entre deleite y resignación al verle ¿Qué podía hacer si Josuke le miraba así?.
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¡¿Yo y él?! ¡Ni loco! (Josuhan)
RandomEn una sociedad dónde tu apellido lo es todo, los dos herederos de las más grandes familias de Japón son elegidos para un matrimonio arreglado. Acompañen a nuestros protagonistas a un mundo de status dónde enamorarse es posible.