«Rohan's pov»
La luz mañanera se hacía presente por los ventanales de su habitación de manera suave, dando de poco a poco en su rostro. Abrió con pereza sus ojos, lentamente para acostumbrarse a la reciente luminosidad; una calidez increíble le rodeaba, se sentía seguro, querido, cosa que le agradaba, hacía tiempo que no tenía esa sensación tan presente. Miró toda la habitación, o al menos lo que su campo le visión le permitía y detuvo su vista en el estante al lado de la cama.
-Es temprano.- El reloj marcaba apenas las 8:00 a.m. y su cuerpo demandaba más descanso debido al alcohol de anoche. Sin más, decidió
volver a dormir, dió vuelta sobre sí mismo, encontrándose con él que anoche había sido su compañía.-¡¿Qué demonios haces aquí?!.- Sintió su corazón pararse por un momento, fácil pudo haber saltado un metro fuera de la cama. Su cabeza estaba llenas de preguntas sin respuestas: ¿Qué hacía ese idiota dormido en su cuarto? ¿Por qué no tenía playera? ¿Por qué él mismo solo llevaba bóxers y camisa? ¿Lo habían hecho? Y si así era ¿Cómo carajo dos hombres tienen sexo? A todo esto, ¿Por qué Higashikata tenía un cuerpo tan exquisito?.
El ojiazul despegó los ojos sin muchas ganas al oírlo gritar, mirando sin gran importancia la cara contraída del menor, casi asustada. Dirigió su vista al reloj y al notar la hora solo se acostó de nuevo.
-Deja de hacer ruido y duerme, es temprano.- El peliverde ahora sí no sabía que sentir, estaba molesto con Josuke, confundido por la situación y su corazón no paraba de latir al pensar que durmieron juntos.
-¡Respóndeme!.- Se aferró a las sábanas, esperando la peor de las respuestas. Su cara mostraba a leguas la preocupación por lo sucedido. El mayor le miró por un momento, con una sonrisa burlona, Rohan no podía sentirse más exasperado y molesto.
-Tú, me pediste anoche que me quedara contigo.- Se levantó ante la atenta y sorprendida mirada del peliverde. No podía creerlo, él, el Gran Kishibe Rohan, le había pedido a un idiota que durmiera a su lado y por si fuera poco, no recordaba nada de aquello, aún peor, su corazón no dejaba de latir como desquiciado ante la idea.
-¡¿Yo?!.- Rápidamente encaró a Higashikata, quién se estiraba relajado, había dormido muy bien y le hacía gracia ver a Rohan a la defensiva después de lo de ayer. Sonrió para sus adentros cuando notó como el menor se acercaba a él con claras intenciones de obtener respuestas.
-Sí, tú.- La cara de Rohan palideció.- También pasó otra cosa ¿Vas a decirme que no lo recuerdas?.- El mayor se acercó lentamente hacía él, dejándolo acorralado entre la puerta de la habitación y su cuerpo.
-No sé de qué me estás hablando.- Desvió la mirada al suelo, la impotencia de no poder recordar lo de anoche lo estaba matando y eso sin mencionar, que su cabeza dolía por la resaca y sus sentimientos eran un lío.
-Vamos Rohan.- Sintió como su cabeza era elevada por dos manos y lejos de sentirse asqueado, le confortaba pero se negaba a levantar la mirada, en ese punto no sabía si mirar más a Josuke le haría mal.- Mírame bien, tal vez con eso puedas recordarlo ahora.- Notó sus pulgares acariciar sus mejillas, invitándolo. No quería, sabía lo que pasaría si lo miraba.
-Rohan, por favor mírame.- Hizo caso lentamente, resignado a dejar todos sus pensamientos de lado y se dejó llevar por el hermoso azul de sus ojos.
-¿Cómo sabes que lo recordaré?.- Su voz se quebró un poco, la respuesta le daba miedo pero a la vez le llamaba, le quemaba la consciencia, necesitaba saberlo.
-No te dejaré olvidarlo.- La sonrisa del mayor le relajó, le hizo sentir que todo estaría bien y por un momento dejó caer sus defensas.
La distancia comenzaba a disminuir entre ambos, Rohan se aferraba desesperadamente a la puerta de su habitación mientras sentía como sus ojos se cerraban, esperando. Las manos de Josuke rodeaban con delicadeza su rostro y sus labios temblaban ante el ansiado toque.
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¡¿Yo y él?! ¡Ni loco! (Josuhan)
RandomEn una sociedad dónde tu apellido lo es todo, los dos herederos de las más grandes familias de Japón son elegidos para un matrimonio arreglado. Acompañen a nuestros protagonistas a un mundo de status dónde enamorarse es posible.