treinta y uno

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Lauren dejo sus maletas en la habitación que de ahora en adelante compartirían todos los días y todas las noches. Camila dejo apoyada sobre una de las paredes su guitarra eléctrica, a un lado su vieja guitarra acústica y al lado de esta el pequeño amplificador de la otra guitarra.

-Puedes poner tu ropa en el otro armario y ya después comprare otra cajonera para que puedas acomodar bien tu ropa interior- comento la ojiverde. Camila asintió y seguía con su mirada perdida- Tienes algo

-¿Crees que fue lo correcto?

-Yo digo que si- Camila bajo la mirada, abrazándose a si misma con nostalgia- Mira algunas veces las personas de la edad de tus padres necesitan un poco de tiempo para aceptar ciertas cosas. Tienes que darles un respiro y dejar que reflexionen bien las cosas por su cuenta

-¿Cuando le dijiste a tu papa sucedió lo mismo?

-Pues, era algo que ya se esperaba desde que apareció mi "amigo"

-Que suerte- sonrió. Lauren se acerco a ella, la abrazo con cuidado y le dio un beso en la mejilla que reconforto mucho a la morena

-Toma un ducha y si quieres puedes ponerte algo de mi ropa. Te llevo a comer unos tacos si quieres- Cabello asintió y camino hasta la puerta del baño donde se quito la ropa antes de entrar. La ojiverde vio con tristeza y un enojo muy reprimido los moretones que tenía su novia en las piernas y brazos

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Al salir del baño sintió el aire frío atacar su mojada y morena, se acomodo bien la toalla blanca y abrió las puertas del armario, encontrándose con un montón de ropa en colores neutros y otros más variados pero manteniendo un tono oscuro o no tan brillante. Se encontró con muchas opciones de ropa y por un momento sintió ganas de ir y sacar su ropa de la maleta que había traído, claro que, cuando recordó lo mal empacada que estaba toda su ropa le dio flojera y decidió agarrar un camisa cualquiera junto con un pantalón de mezclilla medio entallado con rasgaduras en la zona de las rodillas

Después se puso la ropa interior, a punto de ponerse los pantalones, Lauren entró a la habitación y le abrazó por detrás, acariciando su cintura y sus caderas, subiendo con lentitud y cuidado hasta los costados de su torso que estaban marcados con unos moretones de color morado verdoso

Camila se estremeció por el cálido tacto de las manos de su novia y bajo la cabeza para después retorcerse un poquito por los pequeños besos que la ojiverde estaba dejando por su cuello, hombros y el espacio entre estos dos 

-¿Que?- preguntó la mayor con una sonrisa, bajando sus manos para acariciarle el trasero

-Me da cosquillas- respondió la menor con una ligera pero preciosa sonrisa.

-Supongo que debería de besarte el cuello más seguido- y siguió con su labor, besando cada centímetro de la suave piel que se encontraba en las zonas cerca del cuello y del hombro. Camila mientras tanto se retorcía entre sus brazos y dejaba escapar varias risitas que encantaban a su novia.

{...}

-¿Porque no comes?- pregunto la mayor

-Porque comes con tanta elegancia que me siento corriente a tu lado- respondió la menor con las mejillas coloradas 

-Oh déjate de eso, para mi no existen reglas para comer en una taquería- dijo divertida y escurriéndose un poco de la silla, haciendo así que solo la parte superior de su espalda estuviera apoyada en el respaldo de su asiento

Camila rió y siguió comiendo con las manos al igual que su novia. Todo estaba bien, como siempre estar con Lauren era muy agradable, tanto que casi no le tomo importancia a las miradas indiscretas que varias personas en el restaurante le dedicaban cuando veían su labio partido. Anteriormente se hubiera avergonzado y le habría pedido a Lauren que volvieran a casa pero por alguna razón ahora no. Tal vez porque involuntariamente ya había aceptado lo sucedido. Papá le había golpeado por ser bisexual y con eso tomo la decisión de irse a vivir con su novia después de haber faltado a la universidad por tres días.

Entonces recordó la existencia de Luke, Dinah, Normani, Ally, Taylor. Se cubrió la boca, la cual tenía llena de comida, se limpió las manos con una servilleta rápidamente y saco su celular del bolsillo trasero

-¿Que sucede?- pregunto su novia

-Tengo que hablarle a mis amigas y a Luke...

-Oh cierto. Luke dice que por ahí tiene guardada tu merca- hizo comillas en el aire con sus dedos y Camila le sonrió dejando salir una risita de sus labios- ¿Porgue le dicen así a los dulces?

-Porque mamá y papá me prohibían comer demasiados dulces, solo me compraban una bolsa de paletas al mes así que yo le pedía que me comprara dulces para que me los diera a escondidas en la universidad- explicó con una sonrisa- Contrabando de dulces, merca como si fueran drogas ilegales para mis padres

-Pasas demasiado tiempo con el- comentó la ojiverde

-Desde que estábamos en pañales

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-¡Estupidaaa!- exclamó Luke al teléfono cuando le respondió la llamada 

-Te dicen- respondió

-A ti- Camila rió por la creatividad grosera que podía llegar a tener su mejor amigo algunas veces- Tonta me tenías preocupado

-Lo siento, jeje- volteó a ver a su novia que estaba pagando la cuenta en la caja- Pasaron algunas cosas que tengo que contarte en la universidad 

-¿Porque no me cuentas ahorita, culera?

-Cálmate, Dinah dos punto cero. No puedo ahorita estoy con Lauren

-¡Ah, ya como ella te da pene todos los días tiene más derecho sobre ti!

-¡Luke! Sabes muy bien que no es eso, además te quiero contar en persona para que entiendas mejor

-¿Y si mejor voy a tu casa?- Camila sintió sus mejillas aún más rosadas que de costumbre y rió bajito- ¿Que?

-Es que no estoy en casa

-Hija de tu madre ¿ya estas viviendo con la condenada vampira?

-Te veo mañana- y con esto, colgó 


...

lamento la demora, pueden regañarme o lo que ustedes quiera 

Sugar Mommy [Camren]{Adaptación}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora