veintinueve

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Sinu entró corriendo a la habitación de su hija menor, después de que su esposo hubiera salido solo unos segundos antes y le importaba poco si empezaban una discusión por ir a cuidar a su hija. Nunca se imaginó que entrar a la habitación de su bebé le haría sentir tan mal, es que ver a su hija menor en el suelo llorando por haber recibido cinturonazos por parte del hombre que amaba no era lindo. Después de tragarse sus lágrimas con dificultad fue a cuidar de su pequeña bebé de veintiún años 

-¿Que te hizo pequeña?- dijo en un susurro casi inaudible, con muchísimo cuidado abrazo a su hija y la acurrucó entre sus brazos y su pecho, llorando junto a ella. Camila lloraba por el dolor que sentía en las piernas y espalda, y Sinu lloraba por no haber sido capaz de defender a su hija

Camila se removió entre sus brazos y con lágrimas rodando por sus mejillas le habló a su mamá:

-Vete por favor

-Hija, no sabes cuanto lo siento- musitó entre sollozos, cubriendo su boca con la mano derecha y haciendo caso a lo pedido por su hija. Con cuidado cerró la puerta de la habitación y Camila se encontró sola. Con un horrible dolor de labio, y un insoportable dolor de piernas, y una opresión en el pecho, no estaba segura si se debía a la culpa de ser una decepción para sus padres o porque ya estaba decepcionada de la actitud de su padre

Con mucha dificultad se levantó del suelo y con algo de lentitud entró al baño. Se miró al espejo y se entristeció más al verse en ese momento. Su labio estaba hinchado y enrojecido con algo de sangres, su rostro en general era de un color rosado por el llanto y las lágrimas comenzaban a secarse en sus mejillas. Se quitó la blusa y efectivamente, las zonas que habían sido golpeadas también estaban enrojecidas, buen día para usar una falda pensó al ver sus piernas donde habrían marcas más tenues y opacas, fue entonces donde deseó no ver a nadie el día de mañana

No quería ver a su padre o su madre, tampoco a sus amigas y a Luke, y definitivamente no quería ver a Lauren, no porque estuviera enojada con ella por convencerla de salir del closet, solo no quería que la viera de esa forma vergonzosa, tan débil y humillada por algo que ella no había elegido 

Sabía muy bien lo que haría Lauren, la abrazaría y de forma inocente y sincera le diría que las cosas mejorarían con el tiempo, entonces con algo de enojo diría que iría a arreglárselas con Alejandro porque nadie tenía derecho de hacerle daño físico o emocional y Camila se negaría, pidiéndole con tristeza que no la dejara sola y Lauren le diría que podía ir a vivir con ella y Camila sería tan dependiente como para aceptar la propuesta. Pero no quería hacerlo, irse a vivir con Lauren le haría bien, pero... muy a pesar de todo, no quería hacerles lo mismo que Sofía había hecho. No quería ser la razón de tanto dolor y angustia otra vez

Camila había vivido esos tiempos duros y difíciles. Había visto a sus padres más deprimidos de lo que hubiera imaginado y el solo imaginar que ella sería la razón de hacerlos sentir así otra vez la hacía sentirse peor de cómo se sentía ahora 

Tratando de dejar todos sus pensamientos aparte, termino de quitarse toda la ropa y se metió a la ducha para bañarse con agua tibia y si decidiera llorar una vez más, al menos sus lágrimas se confundirían con el agua 

[...}

-Camila hija- se escuchó la voz de su madre al otro lado de la puerta, seguida del ruido de la perilla de la puerta, había puesto el pestillo cuando salió de bañarse la otra noche y no pensaba quitarlo en un largo rato- Por favor, baja a desayunar... Está bien no bajes, te dejaré el desayuno en el microondas para que lo comas cuando decidas bajar

Los pasos de su mamá se escuchaban ahora tan lejanos y fue en ese momento en el que abrió los ojos de golpe. Se sentó en su cama, soltando algunos quejidos por los golpes y con algo de dificultad se levanto de esta 

Siguió la rutina de siempre, con la única excepción de que no salió de su habitación. Fue al baño hizo sus necesidades, se la cara y los dientes con cuidado por su labio roto, se coloco un poco de crema en los golpes que tenía incluyendo el labio, y se cambió de ropa dispuesta  a esperar a que sus padres se fueran al trabajo para así poder salir y desayunar algo

[...]

-Buenos días- saludó Alejandro entrando en la cocina y sentándose en su lugar del comedor. Sinu no respondió, es más ni siquiera volteó a verlo solo siguió preparando el desayuno- Huele bien ¿que es el desayuno?

-Macarrones con queso- respondió ella cortante, le sirvió el desayuno y lo dejo en frente de el de mala gana. Acto seguido se sentó frente de él y le siguió mirando con seriedad, molesta como si se estuviera aguantando las ganas de iniciar una discusión 

-Sinu, no me mires así...      

-¿Y como quieres que te miré Alejandro? Golpeaste a mi hija ayer 

-Ella tenía que aprender que no puede ser una sucia lesbiana

-Deja tu mierda, por favor- golpeó la mesa con los cubiertos. Alejandro sintió un nudo en la garganta más no quito su expresión seria y demandante- No te atrevas a llamar a mi hija sucia lesbiana otra vez, es bisexual no una 'sucia o maldita' lesbiana y si no puedes entender eso, creeme que este matrimonio acabara muy mal 

Alejandro Cabello no pudo evitar que su esposa se fuera a la habitación, cuando se fue, dejó salir un suspiró con fastidio. El más que nadie sabía que su actitud con Camila no había sido la mejor, solo esperaba que Camila estuviera muy molesta con el, más no se imagina que Sinu también lo estaría. ¿Es que nadie en esa casa comprendía su forma de pensar?

[...]

Camila bajó con mucho cuidado las escaleras cuando vio por la ventana que sus padres ya se habían ido. Fue directo a la cocina y sacó su desayuno. Macarrones con queso, no lo gustaban mucho pero vaya que tenía hambre, tanta que se acabó el desayuno en lapso de media hora. Cuando terminó busco entre los cajones de la cocina unas pastillas para el dolor y tosió un poco después de tragarlas, podrían pasar los años pero ella seguía detestando tragarse las pastillas. Después de eso miro el reloj de la sala y a pesar de que aún estuviera a tiempo de llegar a la escuela a las carreras, mejor decidió quedarse en casa. No quería explicar el porqué de su labio partido 

Al menos se tomo la molestia de llamar a la universidad y justificar el porqué de su falta. Más no se tomo la molestia de llamarle a sus amigas y a su mejor amigo.

Más o menos a las once de la mañana alguien tocó la puerta y Camila maldijo a quien sea que se atreviera a interrumpir su maratón de series de improvisto. Abrió la puerta con falsa amabilidad y su expresión cambió mucho al ver a esa chica en la entrada de su casa ¿No se suponía que esa imbécil debía estar en la escuela?

-¿Que mierda te paso en la cara?- preguntó la chica de cabello rizado con su voz chillona y esa expresión pedante pero a la vez preocupada

-Nada que te interese

-Como sea- rodó los ojos- Mamá les manda esto 

-¿Que es eso

-Pay de manzana

-¿No lo envenenaste, verdad?- cuestionó la castaña desconfiada antes de agarrar el plato que venía envuelto con papel aluminio 

-Sabes que no me interesas tanto como para comprar veneno y usarlo en tu contra- sonrió y Camila también lo hizo, tomando el plato entre sus manos, Valentina se fijó mejor en su rostro y se sintió aún más preocupada, Camila no le agradaba tanto, pero pensar que los señores Cabello podrían estar dañándola físicamente no le agradaba, no por Camila, sino porque era un tema jodidamente serio- Oye, si te pasa algo malo no dudes en decirmelo, ¿vale? No me malinterpretes sólo... tómalo como cortesía de vecinas

-Esta bien, lo tomare en cuenta- le sonrió por amabilidad. La actitud de Valentina la confundía un poco  

Sugar Mommy [Camren]{Adaptación}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora