Última tentación (Gerard Way y tú)

1. Compromiso

Mi vida había cambiado tan drásticamente desde que me fui de casa de mis padres para vivir con mis amigos. Realmente yo no quería hacerlo, pero mi padre siempre ha estado desconforme con cualquier cosa que yo hiciera, ya que yo no era como mi hermana mayor, no... ella siempre fue la princesita de plástico de papá, toda una dama... y yo... yo siempre fui bastante rebelde, y si bien me llevaba bastante bien con mi madre no me sentía segura, desde que recuerdo siempre fue un problema para papá entenderme, y peleábamos todo el tiempo, por lo que a la edad de 14 años me dio una fuerte depresión, terminé con un psiquiatra, cortes en la muñeca y antidepresivos, por un momento creía estar bien, pero mi depresión era intermitente, un día estaba feliz y al día siguiente no... era complicado; hasta que un buen día conocí a un muchacho y sus dos amigos, Jan, Katriel y Luca. Jan era alto, pelo negro hasta los hombros, piel tan pálida que parecía que nunca había salido de casa, delgado pero era experto en artes marciales, y tenía unos ojos color gris... mirada intensa que te dejaba atrapada, y siempre vestía de negro. Katriel era un poco más bajo que Jan, tenía el cabello castaño y un tanto corto, siempre lo tenía en picos, no era tan delgado, era pecoso, de tez trigueña, y ajos color mie, por alguna razón tenía una obsesión con colores anaranjados. Luca también era un tanto alto, cabello negro corto excepto la parte del flequillo, era delgado, también tenía la piel trigueño, y ojos azules. Los tres eran japoneses, pero con ascendencia de diferentes lugares de Europa, por lo que entendí la madre de Jan era Francesa, por lo que él no tenía rasgos asiáticos tan marcados; los abuelos de Katriel eran de Japón, sus padres de Londres, y para continuar con la "raza" decidieron tenerlo en Japón; La madre de Luca era japonesa y su padre español.

¿Pero qué diablos hacían éstas tres personas en Estados Unidos?, vinieron a estudiar, de hecho los conocí un mes antes de que empiecen las clases, justo cuando iba a inscribirme, primero me topé con Jan sin darme cuenta, yo iba con mi celular y e venía hacia mí con el suyo, y como no nos habíamos visto chocamos y terminamos en el piso, él cayó sobre mí y se me quedó mirando, pasaron unos minutos hasta que yo me harté y le dije- ¡Quítate de encima!- lo saqué de su trance y se puso de pie extendiéndome la mano para ayudarme, pasó un momento y nos pusimos a hablar, él era irresistible, pero también un engreído, por lo que no le presté mucha atención hasta que se lanzó:

-Nos vemos en la puerta del instituto a las 3pm y no acepto un no por respuesta- ¿perdón? ¿Quién se creía que era?

-Púdrete- le dije y pasé de él, no volví a saber nada más de Jan hasta que empezaron las clases, donde se ponía bastante insistente para hablarme (pero siempre con un aura fría), me resultaba divertido porque tal parece le había marcado lo que le había dicho ese día.

Un día en el que estaba con mi mejor amiga Ángeles paseando por el patrio del instituto se acercó Jan con sus dos amigos, los dos se presentaron y me cayeron bastante bien y a mi amiga también.

Pasaban los meses y yo peleaba cada vez más con mi padre, lo único bueno que había ocurrido era que al fin Jan decidió invitarme a salir, pero como es debido, luego de eso se me declaró, yo le acepté, después de todo él no era tan engreído, y me gustaba.

-¿Por qué me insistías tanto?- pregunté sin pensar.

-Porque nunca antes me habían rechazado, y menos de esa manera- respondió un poco sonrojado, yo me reí y le di un beso.

Pasaron los años y nuestro amor crecía cada vez más, Jan era bastante atento conmigo, y pensé que sería del tipo que tiene un montón de amigas, y no era así, de hecho un montón de chicas iban babeando detrás de él, pero el no les prestaba la más mínima atención, además de mí, la única chica en su vida era mi mejor amiga, quien estaba en ondas con Luca. Como sea, mi depresión se volvía más inestable, pero Jan nunca flaqueó y siempre se mantuvo a mi lado.